lunes, 27 de abril de 2020

El gran Gatsby, de Francis Scott Fitzgerald


El gran Gatsby, de Francis Scott Fitzgerald. Libro 2, de la Colección Millenium publicada por el Mundo, Unidad Editorial, año 1999, traducido por E. Piñas y prologado por Gustavo Martín Garzo.  

Tuve la tentación de no continuar con su lectura. Ni los personajes ni las situaciones descritas eran de mi agrado. Los tiempos son los conocidos como los locos años veinte del pasado siglo, y el escenario  la ciudad de
Nueva York. Son ricachones jóvenes con mucho dinero e influencias que se comportan como si fuesen los reyes del mundo, aunque no han hecho nada, absolutamente nada, por méritos propios. Tanto su fortuna como su posición les viene de familia, heredados, son un legado. Viven como vulgarmente se dice “sin pegar golpe”, en jolgorios y fiestas continuas, regadas con mucho alcohol. Y, además, están convencidos de su superioridad social; ellos son superiores, y los demás, basura. Desconocen lo qué significa Ética, pero juzgan con severidad a los que de origen pobre y oscuro logran fortunas mayores a las suyas.
Jay Gatsby, es el protagonista de la novela, personaje de oscuro origen y pasado.  Un self made man. Todo lo que era, incluido el nombre, y lo que tenía, influencia y gran fortuna, él se los había procurado. Riquezas de las que hacía ostentación, y gastaba con prodigalidad. Lo cual le granjeaba muchas y nuevas interesadas amistades. Aunque en el plano amoroso no mostró tanta visión pagando un alto precio por ello. 

En lugar del "gran" yo le llamaría "El pobre Gatsby".


domingo, 26 de abril de 2020

“El Americano Feo”, de William J. Lederer y Eugene Burdick.



“El Americano Feo”, de William J. Lederer y Eugene Burdick. Bruguera “Libro Amigo”, nº 242, Edición 1973. Traducción R. Gil Novales. Cubierta A. Pujolar. Título original: “The Ugly American. Primera edición en lengua castellana de “Ediciones Grijalbo”, año 1959.

Hace ya unos cuantos días que terminé de leerlo. Había visto la película “El embajador”, de 1963, protagonizada por Marlon Brando,  inspirada en este libro, y ello me movió a su lectura.

La novela consiste, según insisten los autores, tanto al inicio como en el epílogo, en varias historias reales. Nombres de lugares y de personajes inventados, pero no los hechos. Relatos con los que pretenden  ilustrar al lector de los modos y estrategias hasta esos momentos llevadas por los norteamericanos en su expansión por el mundo. Pero más  concretamente en el sudeste asiático. La en un ayer ya lejano conocida como Indochina Francesa, y al presente Vietnam, zona núcleo  de la novela.

Políticas y estrategias que se caracterizaban  por un gran  distanciamiento del personal norteamericano (diplomáticos, funcionarios, militares, etc.) desplazado a estos países,  tanto de las necesidades básicas de los habitantes del lugar, como de sus costumbres, los usos y hasta del idioma local del país, que, por regla general, les era  desconocido. Funciones, además,  ejercidas, mayormente, por gentes mediocres  que vivían al margen, apartados de los nacionales, en zonas residenciales con coches, bebida  y comidas norteamericanos.  Y, en suma, inmersos en  una continuación del modelo de vida de su país de origen. Nada de integración, nada de conocer las necesidades, ni la cultura, ni las tradiciones.  Empleos transitorios dotados de grandes ventajas económicas.

Por otra parte, en franco contraste con el modus operandi de los comunistas soviéticos, con los cuales, entonces, mediados del siglo XX, estaban en puja por el control de aquella zona asiática, tras la pérdida  del peso de los franceses en ella. Se resalta cómo los funcionarios y personal ruso dominaba el idioma local y además habían sido rigurosamente seleccionados y adiestrados para el objetivo que de ellos pretendían. Gente superiormente preparada, que lograba infiltrarse plenamente entre las gentes del lugar.

Según Lederer y Burdick, como ya cité  “es un libro de ficción, aunque basado en hechos reales”, escrito,- dicen-  para “estimular el pensamiento y, así lo esperamos, la acción”. (¿? ) Particularmente, una vez leído, creo que más bien lo que desean y esperan es una rectificación de las políticas y estrategias que hasta entonces,- repito-  finales de los cincuenta  del pasado siglo, eran practicadas por la Administración norteamericana en su política de expansión mundial. Las cuales no eran efectivas y  cedían espacio y poder a los rusos (soviéticos).

Una lectura, en fin, nada edificante. Eché en falta una severa crítica  al  imperialismo (1) practicado por quien lo practique, (francés, británico, americano, soviético, chino, japonés…). Su único valor , al menos para mí, es mostrarnos los perniciosos efectos de la avaricia del ser humano, y en especial, la del ser humano de cultura occidental, de la que el sudeste asiático es un espléndido ejemplo, tal como lo evidencia su cruenta historia con el colofón de la  Guerra del Vietnam.(4)


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(*)Sudeste Asiático:
“El término “Sudeste Asiático” está traducido directamente del inglés, proveniente del South East Asia Command (Mando del Sudeste Asiático) en la Segunda Guerra Mundial, y es una denominación postcolonial de los territorios conocidos como Indochina (Sudeste Asiático continental) y las Indias Orientales (Sudeste Asiático insular o archipiélago malayo).
Suele incluir los países detallados a la derecha a los que en ocasiones se le añaden Papúa Nueva Guinea (parte de Oceanía) y la isla de Taiwán (parte del Asia Oriental).
Desde el punto de vista político toda Indonesia forma parte del Sudeste Asiático, pero desde el geográfico sus provincias ubicadas al este de la línea de Wallace, como las de la isla de Nueva Guinea, pertenecen a Oceanía y no a Asia.”(…)El nombre de la región fue acuñado por primera vez en el siglo XX. Antes fue conocida como Indias Orientales o Insulindia en referencia al vecino subcontinente indio. La zona incluye 11 países, algunos situados en el continente y otros en el archipiélago; Malasia es la única de las naciones del Sudeste Asiático que posee territorio en los dos.(…) En tiempos históricos, la región fue peculiar por estar situada entre dos importantes áreas culturales, el mundo chino y el mundo indioDe dichos países ha habido influencias del tipo cultural, lingüístico, religioso y político que todavía subsisten.(…) Los siglos XVII y XVIII vieron también el advenimiento del colonialismo. El único país que lo pudo evitar, gracias a las políticas de modernización de su monarca, fue Siam.
Después de la independencia de las colonias, el Sudeste asiático se vio sacudido por fuertes guerras internas e internacionales y escenario del enfrentamiento de la Guerra Fría que provocó situaciones como la guerra de Vietnam con sus consecuencias en Camboya, así como duras dictaduras militares en Filipinas (Ferdinand Marcos), Indonesia (Suharto) y Birmania (junta militar).( https://es.wikipedia.org/wiki/Sudeste_Asi%C3%A1tico)
(1) Imperialismo:
“El imperialismo (generalmente en forma de un imperio)que se basa en ideas de superioridad1​ y aplicando prácticas de dominación— es el conjunto de prácticas que implican la extensión de la autoridad y el control de un Estado o pueblo sobre otro. También puede ser una doctrina política que justifica la dominación de un pueblo o Estado sobre otros; habitualmente mediante distintos tipos de colonización (de poblamiento, de explotación económica, de presencia militar estratégica) o por la subordinación cultural (aculturación)(...) Aunque los términos "imperialismo" y "colonialismo" están muy relacionados, no son sinónimos.
(2)  Indochina:
 “Indochina o península de Indochina, es una zona del sureste asiático situada entre la India y China. Comprende el territorio de los actuales países de CamboyaVietnamLaosBirmania y Tailandia, así como Singapur y la parte continental de Malasia, estos dos últimos en la península de Malaca. En sentido más estricto, solo se denomina Indochina a los territorios que fueron colonias francesas de Asia, estas son: LaosCamboyaAnnamTonkín y Cochinchina.1​ Está ubicada aproximadamente entre los 25º de latitud norte y la línea del ecuador, y los 90º de longitud este y los 110º de longitud este.”(https://es.wikipedia.org/wiki/Indochina )
(4) Guerra del Vietnam. (Guerra del Vietnam.)
La Guerra de Vietnam (Vietnam War en inglésChiến tranh Việt Nam en vietnamita),29​ llamada también Segunda Guerra de Indochina,30​ y conocida en Vietnam como Guerra de Resistencia contra América (Resistance War Against America en inglés, Kháng chiến chống Mỹ en vietnamita)31​ fue un conflicto bélico librado entre 1955 32​y 1975 para impedir la reunificación de Vietnam bajo un gobierno comunista. En esta guerra participó la República de Vietnam (Vietnam del Sur, capitalista) con el apoyo de los Estados Unidos y otras naciones aliadas de los Estados Unidos contra la guerrilla local del Frente Nacional de Liberación de Vietnam (Viet Cong) y el Ejército de la República Democrática de Vietnam (Vietnam del Norte), respaldados por China y la Unión Soviética, todos ellos comunistas. Se calcula que murieron en total entre 3,8 y 5,7 millones de personas.nota 2​ Estados Unidos contabilizó 58 159 bajas y más de 1700 desaparecidos, constituyendo la contienda más larga de dicho país hasta la Guerra de Afganistán. Fue una de las guerras más importantes del periodo llamado Guerra Fría.”






jueves, 23 de abril de 2020

“Un forastero en la ciudad”, de Georges Simenon


“Un forastero en la ciudad”, de  Georges Simenon. (*) Luis de Caralt, 1971. Colección “Las Novelas de Simenon”. Núm. 3. Versión española de Julio Gómez de la Serna. Título de la obra original: “Un nouveau dans la ville”, 1951.

La novela me gustó, y ello a pesar de que el protagonista de esta historia, una historia sencilla  que nos lleva a una pequeña ciudad norteamericana, es uno de esos seres malo, muy malo, que disfruta haciendo el mal y con los males ajenos.  Este personaje es Justin Ward. Compartiendo protagonismo con él está Charlie, el propietario del bar en donde  y alrededor del cual acontecen los principales hechos. Un tipo humano del montón, cuya vida transcurre en su negocio, compartiendo con su mujer la atención de la clientela.  Clientela fija compuesta por gentes del lugar.

Simenon en esta novela demuestra ser “el profundo analista de los móviles más recónditos y de las más tenebrosas pasiones del alma”, tal como se señala en la contraportada del libro. ¡Un maestro!


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(*)   Es seguramente uno de los pocos si no el único autor de literatura policial reconocido como gran autor literario. Como grafómano que escribía todo el tiempo –no solo las historias de Maigret sino también las llamadas novelas duras, que son magníficas– constituye una especie de anomalía. Era un hombre que vivía para la escritura y su capacidad para escribir tanto y tan bien todo el tiempo le convierte en una especie de genio”, resume a EL PAÍS Stéfanie Delestré, editora de la Série Noire de Gallimard. "(   https://elpais.com/cultura/2019/03/30/actualidad/1553977532_979419.html )

miércoles, 8 de abril de 2020

Un caso de urgencia, (2) de Jeffery Hudson


8 de abril de 2020: Posteriormente a mi última entrada sobre este libro, hallé traspapeladas las cuatro que originalmente, en el 2006, le dediqué . Comentarios que he decidido incorporar  sin ninguna enmienda o corrección porque  allí abordé la cuestión básica, fundamental, de la conducta ética del buen profesional de la Medicina, cuya función es sanar, curar; y, en esta dirección y objeto, deberá emplear hasta agotar todos sus conocimientos, así como los recursos médicos a su alcance.  No le compete juzgar a quién debe asistir y tratar de curar de su afección. Al menos, según creo, lo prescrito por el código deontológico de su profesión.  Es un sanador, alguien que cura a seres con alma, y no un simple matarife, cuyo oficio es matar y descuartizar animales, criaturas sin alma.

Seguidamente resalto, copio y pego, algunos de los artículos del Código Deontológico por el cual se deben regir, según creo,  los profesionales de la Medicina en España.

Capítulo II PRINCIPIOS GENERALES Artículo 5   1.‐ La profesión médica está al servicio del ser humano y de la sociedad. Respetar la vida humana, la dignidad de la persona y el cuidado de la salud del individuo y de la comunidad son los deberes primordiales del médico.   2.‐ El médico debe atender con la misma diligencia y solicitud a todos los pacientes, sin discriminación alguna.   3.‐ La principal lealtad del médico es la que debe a su paciente y la salud de éste debe anteponerse a cualquier otra conveniencia. El médico no puede negar la asistencia por temor a que la enfermedad o las circunstancias del paciente le supongan un riesgo personal.   4.‐ El médico jamás perjudicará intencionadamente al paciente. Le atenderá con prudencia y competencia, evitando cualquier demora injustificada en su asistencia.  

Artículo 6   1.‐ Todo médico, cualquiera que sea su especialidad o la modalidad de su ejercicio, debe prestar ayuda de urgencia al enfermo o al accidentado.   2.‐ El médico no abandonará a ningún paciente que necesite sus cuidados, ni siquiera en situaciones de catástrofe o epidemia, salvo que fuese obligado a hacerlo por la autoridad competente o exista un riesgo vital inminente e inevitable para su persona. Se presentará voluntariamente a colaborar en las tareas de auxilio sanitario






Este libro puede catalogarse como del género policíaco.- Hay crimen, presunto culpable, intriga, y un investigador aficionado que es el protagonista de la novela, un médico especialista en Patología. La novela está escrita en primera persona. En ella a la par de la historia se nos explican determinados términos médicos o enfermedades, algunas en el propio texto o nota a pie de página y con siete apéndices al final del libro para los temas más complejos. En ellos se habla del presumible origen del blanco de las batas y paredes de los hospitales, de la desconfianza entre médicos y policías, argumentaciones en pro y en contra del aborto, etc. etc.; dignas de agradecer por todo aquel que, como a mí, el tema de hospitales, médicos, medicina, terapias , etc. le sean algo distantes.

Hay que especificar que el mundillo médico y hospitalario descrito en el libro es el de Boston (EEUU), por los años sesenta del pasado siglo XX. La intriga se mantiene hasta el final. Pero lo que de este libro despertó mi interés fue la temática de fondo sobre el aborto provocado y la ética profesional médica. Como conclusión diré que si tuviera la obligación de clasificar a sus personajes principales no designaría a ninguno como sano o benéfico. ¡Qué colectivo! Supongo que el autor de esta novela quiso personificar el bien, bueno, correcto o justo en la figura de John Berry, el patólogo narrador de la historia e investigador aficionado, pero me resulta difícil darle buena calificación a un profesional de la medicina que con el fin de ocultar las prácticas delictivas de un colega amigo, adultera y falsea las muestras clínicas por él analizadas, así que...repito, ¡menuda panda!
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Este libro va de médicos y hospitales y de la potencialidad de aquéllos de emplear sus conocimientos en curar o matar. Es decir, la capacidad de sanar y dar vida enfrentada con la de matar o ayudar a morir.

En estos momentos, cuando inicio el comentario de la novela, desconozco quién es su autor y tampoco tengo referencia alguna sobre el libro. Lo escogí al azar de la estantería y puedo decir que desde el comienzo hasta el final de su lectura me acompañó cierta sensación de pesadumbre, consecuencia de la trama argumental desarrollada en torno a los médicos y al empleo por algunos de éstos de sus facultades y conocimientos para enfermedad y muerte en lugar de para vida y salud. Así como el debate acerca de las limitaciones o prejuicios de orden moral y del corporativismo extremo que existe entre la clase médica.
El escenario escogido está en Boston, Estados Unidos y el mundillo que se cuece es el de los grandes hospitales de aquella ciudad. Por otro lado, famosa por su avanzada práctica médica e importantes centros de medicina.
El libro es una edición para el Círculo de Lectores, cedida por Ediciones Grijalbo, 1970. Título del original en inglés, "A case of need", traducción de Margarita García de Miró y cubierta de Marigot. No suelo hacer mención a este dato que, sin embargo, entiendo es importante cuando, como en este caso, la imagen o dibujo diseñado es capaz de tan completa y sintética ilustración del contenido del libro.
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La conclusión que saco de la actuación de los médicos protagonistas de esta novela, es la de unos profesionales de conducta poco Ética  que se han extralimitado de modo pernicioso en sus funciones. Tanto en cuanto a las normas propias e intrínsecas de su profesión médica - basadas sustancialmente en los principios contenidos en el juramento de Hipócrates, médico de la Grecia antigua y pagana, que rigen de modo generalizado por todo el mundo civilizado desde hace muchísimo tiempo; como  en lo referente a las normas legales de la nación en que viven, cuyo respeto y cumplimiento es obligado a todos los ciudadanos del lugar. Me pregunto, pues,  ¿por qué ellos no las han de acatar y cumplir como el resto de mortales comunes y corrientes? ¿Acaso ellos están por encima de los principios morales y de las Leyes? ¿Por qué sus criterios han de ser más válidos o prevalecer ante los comúnmente aceptados y vigentes entre la mayoría? ¿Se creen acaso dioses? Son mortales, viles mortales, quizás, incluso más viles que la media- que ya es decir - y por lo tanto se les debe exigir hacer y respetar lo mismo que estamos obligados todos los demás.

Es fácil intuir que no sólo me estoy refiriendo a la clase médica, sino a cualquier tipo de actividad o profesión que implique y afecte al bien común general y especialmente a los altos cargos y puestos públicos que cuando toman posesión de ellos lo hacen bajo juramento y luego... tararí que te vi, y hago lo que me viene en gana... y entre mayor sea el cargo, más difícilmente se ciñen al cumplimiento fiel de lo jurado. Sin embargo no les pasa nada.
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domingo 9 de marzo de 2008
A continuación reproduzco parte del Juramento de Hipócrates:

“Y me serviré, según mi capacidad y mi criterio, del régimen que tienda al beneficio de los enfermos, pero me abstendré de cuanto lleve consigo perjuicio o afán de dañar. Y no daré ninguna droga letal a nadie, aunque me la pidan, ni sugeriré un tal uso, y del mismo modo, tampoco a ninguna mujer daré pesario abortivo, sino que, a lo largo de mi vida, ejerceré mi arte pura y santamente.
Y cada vez que entre en una casa, no lo haré sino para bien de los enfermos, absteniéndome de mala acción o corrupción voluntaria,...
Así pues, si observo este juramento sin quebrantarlo, séame dado gozar de mi vida y de mi arte y ser honrado para siempre entre los hombres; mas, si lo quebranto y cometo perjurio, sucédame lo contrario".


Decía en mi último comentario que ninguno de los médicos de la novela me había convencido. Hoy trataré de explicarme. En esta obra se  plantea lateralmente la importante cuestión de la licitud moral de ciertas prácticas médicas. Considero que en la obra  se defiende o al menos se justifica, aunque solapadamente, que algunos médicos contravengan sus promesas o Juramento Hipocrático, universalmente aceptado por esa clase profesional, y, consecuentemente, hagan cosas moralmente ilícitas según su propio código moral o de conducta.

A esta cuestión, por otra parte, primordial, del quebrantamiento de unas normas de conducta a las que está obligado por un juramento, se añade el hecho de que su acción es ilegal; es decir, fuera de la Ley, y, por ende, delito objeto de castigo(sanción).

He averiguado que Jeffrey Hudson es uno de los dos seudónimos empleados por Michael Chrichton, autor del libro Parque Jurásico, en sus comienzos como escritor.
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martes, 7 de abril de 2020

Un caso de urgencia, de Jeffery Hudson (Michael Chrichton)


Encontré los  comentarios realizados en el 2006 sobre esta novela,pero no recuerdo  si los quité intencionadamente y por ello decidí volverla a leer. Lectura que ha coincidido con la Pandemia del Covid19, y su particular azote sobre España.

Tuve serias dudas de continuar leyéndolo. El autor, Jeffery Hudson, seudónimo utilizado por Michael Chrichton, hace gala de sus conocimientos de Medicina, y, a lo largo de toda la obra, ilustra al lector sobre enfermedades, síntomas, medicamentos, técnicas, usos, terminologías, y un larguísimo etcétera, que, en ocasiones, tanto detalle en la descripción de, por ejemplo, la disección de un cuerpo humano, o de una cobaya de laboratorio, te anima a cerrar el libro. Es desagradable, al menos para mi gusto. Pero mis motivos reales estaban en el   lamentable y muy sombrío cuadro que esta novela policíaca ofrece en relación al mundo de la Medicina, en el que prima el corporativismo sobre la dignidad y la profesionalidad. Y entre muchos de  sus colegiados no hay vocación,  sólo ven su profesión como una buena y segura fuente de ingresos y de estatus socialY muchos de los de mayor rango y prestigio están endiosados, y  dan muestras  escandalosas de su soberbia.

Aún menos edificante es el cuadro de las costumbres sociales y familiares  allí reflejadas, que nos dibuja una sociedad farisaica y clasista, con unas clases altas entre cuyos miembros domina la promiscuidad sexual, el consumo de drogas, el racismo, etc. etc. Sociedad, sin duda,  enferma, al menos moralmente.

Considero, en suma,  que la cruenta trama novelesca está encaminada a justificar, solapadamente, la legalización del aborto, con el argumento de defender la salud física de las mujeres. Muestras de ello son el  olvido de las consideraciones de índole moral y psíquicas para la propia mujer ; pero, fundamentalmente, el absoluto olvido del humano embrión y de sus derechos(*). Ni él, ni sus derechos, cuentan para nada en toda esta obra.  La novela se publicó en 1968 , teniendo como escenario  la ciudad estadounidense de Boston, y sus hospitales .

Libro cuya lectura no recomiendo.No obstante, como bien dice el dicho: ”Para gustos se han hecho  los colores, y para colores, las flores”. Yo me inclino por éstas.



(*) Los derechos del embrión humano me ha traído a la memoria una vieja novela, "El Derecho de Nacer", un enternecedor culebrón, de inmortal contenido.Su autor,  Félix B. Caignet

miércoles, 1 de abril de 2020

La vuelta de Don Camilo, de Giovanni Guareschi( Ayudando a morir en Paz)

Hoy, 1º de abril de 2020, comentaré “El viejo Tirelli”, la IV dentro de las “Historias del destierro y del regreso”, narración en torno a  un anciano, con muchos años sobre sus costillas, aquejado de una afección pulmonar y ya desahuciado  por el médico, quien a pesar de ser conocedor de su inmediato fin y precisar conciliarse con el Creador,  se obstina en hacerlo   sólo mediante Don Camilo.  Es una entrañable historia. El fondo gira en torno a la administración del hoy llamado Sacramento de la Unción de los enfermos, así conocido desde el Concilio Vaticano II, y antes como Sacramento de la Extremaunción, pues sólo se administraba en caso de muerte más o menos inmediata.
Seguidamente, copiado de Wikipedia, detallo los beneficios para el enfermo de recibir dicha unción:

  • Un don particular del Espíritu Santo. La primera gracia es de consuelo, paz y ánimo para vencer las dificultades propias de la enfermedad o la fragilidad de la vejez. Es un don del Espíritu Santo que renueva la confianza y la fe en Dios y fortalece contra las tentaciones del maligno, como el desaliento y la desesperación.
  • El perdón de los pecados. Se requiere además el arrepentimiento y confesión de la persona que recibe el sacramento.
  • La unión a la Pasión de Cristo. Se recibe la fuerza y el don para unirse con Cristo en su Pasión y alcanzar los frutos redentores del Salvador.
  • Una gracia para la Iglesia. Los enfermos que reciben este sacramento, uniéndose libremente a la Pasión y Muerte de Jesús, contribuyen al bien del Pueblo de Dios y a su santificación.
  • Una preparación para el paso a la vida eterna. Este sacramento acaba por conformarnos con la muerte y resurrección de Cristo como el bautismo había comenzado a hacerlo. La Unción del Bautismo sella en nosotros la vida nueva, la de la Confirmación nos fortalece para el combate de la vida. Esta última unción ofrece un escudo para defenderse de los últimos combates y entrar en la Casa del Padre. Se ofrece a los que están próximos a morir, junto con la Eucaristía como un "viático" para el último viaje del hombre.

Lectura que nos muestra cómo  los  más inmediatos familiares, cura y médico incluidos, del viejecito,  se afanan porque se le pueda administrar  a éste el Sacramento de la Unción, de efectos saludables tanto para el alma como para el cuerpo, elementos ambos que conforman toda criatura humana.

 Esperemos que  los muchos enfermos que esta pandemia del Covid-19 nos trae, también tengan parecidos afines a los del viejo Tirelli que se afanen y luchen por paliar sus males y sufrimientos últimos, al mismo tiempo que ayudar a prepararlos para su encuentro con el Creador.



11 de marzo de 2021: Llevamos ya un año de Pandemia y muchos son los que se fueron. Con exactitud no sé cuantos. Algunos dicen que rondan los cien mil . En las residencias de ancianos hizo estragos. Como  tantas otras cuestiones , ésta se politizó.  Pero muchos, tristemente, murieron en condiciones muy lejanas a las del protagonista de esta entrañable historia de Guareschi, sin los suyos ni asistencia espiritual.  

Al presente, un día de éstos, el Gobierno socialista-podemita última en el Senado sacar una ley que han denominado de "prestación de ayuda a morir", que es simplemente legalizar la eutanasia

Detallo enlace con artículo publicado por ABC en relación a esta cuestión:


viernes, 28 de febrero de 2020

Cuando los nazis vinieron a llevarse a los comunistas, de Martin Niemöller


Comúnmente se le atribuye a Bertolt Brecht ,el famoso pasaje que más adelante transcribo, copiado de Wikipedia, pero su autor fue el pastor luterano alemán y antinazi, Martin Niemöller .

Original
Traducción
Als die Nazis die Kommunisten holten,
habe ich geschwiegen;
ich war ja kein Kommunist.

Als sie die Sozialdemokraten einsperrten,
habe ich geschwiegen;
ich war ja kein Sozialdemokrat.

Als sie die Gewerkschafter holten,
habe ich nicht protestiert;
ich war ja kein Gewerkschafter.

Als sie die Juden holten,
habe ich nicht protestiert;
ich war ja kein Jude.

Als sie mich holten,
gab es keinen mehr, der protestieren konnte.
Cuando los nazis vinieron a llevarse a los comunistas,
guardé silencio,
ya que no era comunista,

Cuando encarcelaron a los socialdemócratas,
guardé silencio,
ya que no era socialdemócrata,

Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas,
no protesté,
ya que no era sindicalista,

Cuando vinieron a llevarse a los judíos,
no protesté,
ya que no era judío,

Cuando vinieron a buscarme,
no había nadie más que pudiera protestar.

Acabo de leer que el pasaje formaba parte de un sermón , titulado ¿Qué hubiera dicho Jesucristo?, pronunciado en la Semana Santa de 1946 . Y especifica  Wikipedia que  " trata acerca de las consecuencias de no ofrecer resistencia a las tiranías en los primeros intentos de establecerse".  

Desconozco el contenido íntegro del sermón, pero mi consideración particular sobre el famoso pasaje acerca de lo que quiere decirnos y transmitirnos, es acerca de los oídos sordos a los dictados de nuestra propia conciencia que, por regla universal, los seres humanos hacemos, mientras que las villanías, las manifiestas mentiras, los reiterados y flagrantes abusos y transgresiones de normas y leyes, etc. etc., que los poderosos de turno hacen, perjudican o afectan a los demás, a los otros. 

Porque el Creador, que no tiene acepción de personas, dotó a cada uno de nosotros de esa guía, nuestra conciencia, esa bombillita que se enciende y se apaga, y que nos indica por sentido común, lo que es correcto, lo que debe ser, lo que es justo e injusto, bueno o malo,... Esa poderosa arma que ni el más poderoso régimen podría acallar, estando ésta despierta. Y por ello, hay que adormecerla por los más diversos modos, mediante la permisividad en el consumo de drogas, la promiscuidad, la relajación y hasta perversión de las costumbres  con imposición del todo vale, adoctrinamiento sistemático desde la más tierna infancia  a través de la imposición de escuela y tipo de educación, la propaganda mediática con exaltación de prototipos humanos muy lejanos a los hasta ahora convencionales en los que primaban las virtudes y los valores éticos, ... En fin, que lo que entonces ocurriera en la Alemania Nazi, lo más probable, seguro, hoy se repite porque, según creo, las adormideras proliferan.