En busca del tiempo perdido. 1.“Por
el camino de Swann”, Marcel
Proust. El libro de Bolsillo. Alianza Editorial, 1966. Título
original: A la recherche du temps perdu,1. Du côté de chez Swann. Editions
Gallinard, París 1919-1927. Traductor: Pedro Salinas. Cubierta: Daniel Gil.
Grueso libro de letra pequeña
que empecé a leer en el 2020 y cuya lectura fui interrumpiendo continuamente
porque me resultaba muy plomiza; hasta que, en este 2023, me animé a terminar
de leerlo. Todavía estaba en la primera parte,” Combray” concretamente cuando los
recuerdos narrados son los relacionados con la tía Leoncia y su criada
Francisca.
La novela, no sé si llamarla así,
porque a mí no me lo ha parecido, consta de tres partes:” Combray”, “Unos
amores de Swann” y “Nombres de tierras: El nombre”. En total 504
páginas. La segunda, y puede que la más larga, es la dedicada en su integridad a
Swann, un acaudalado miembro de la sociedad parisina que se codea con la
nobleza nacional e incluso con la internacional, por ejemplo, el Príncipe de Gales,
así como con prestigiosos políticos y artistas tales como literatos, músicos y
pintores; y, cuyos amores con Odette, una “cocotte”, o sea, una
prostituta de lujo, nos son explicados extensamente en este capítulo o parte.
Para mí, por cierto, la más amena o entretenida.
Lectura, resumiendo, densa.
¡Muy densa! A veces, hasta farragosa. El narrador es un niño singular, de una
familia pudiente, muy enmadrado y enfermizo. Narración en tono introspectivo, minuciosa
y plena de detalles en torno a la población, Combray, los parajes colindantes
con sus personajes sobresalientes e historias respectivas, las diversas piezas de
la casa familiar y las gentes con las que convivía, es decir, padres, abuelos,
tías, servidumbre y visitantes asiduos, acompañado todo ello con impresiones particulares
y comentarios sobre los mismos. Acaso porque lo comparo con lo conocido por mí
y de esta época, me asombran las lecturas y música preferidas de este muchacho.
A mi modesto entender superiores para un niño de su edad.
Según leí, Proust tardó unos
cuantos años en escribir esta obra, en la que hay mucho de él y de su entorno
familiar. No encontraba editor y la publicó a sus expensas. Con la segunda parte, alcanzó el Premio
Congourt.
Son muchos los libros que he releído, alguno, hasta tres o cuatro veces. Éste pienso que no lo volveré a leer.