miércoles, 1 de enero de 2014

Doña Berta, de Leopoldo Alas, "Clarín".(1)

aquellos_ primeros_ libros: ADIOS “CORDERA” Y OTROS RELATOS(ZURITA, LA IMPERFE...: Son narraciones breves del mismo autor de “ La Regenta” , Leopoldo Alas , “ Clarín” . En todos estos cuentos, el escritor denuncia situacion...


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2 de enero de 2014:





“Doña Berta” es el título de una novela corta , primera de la antología de relatos de Leopoldo García Alas- Ureña, alias “Clarín”, Libro RTV nº 38, Biblioteca Básica Salvat, Salvat Editores, S.A., año 1969, prólogo de José María Martínez Cachero. Es una segunda lectura y la realicé hace unos tres años. Estaba entre los libros leídos pendientes de comentario.


De esta novela, “Doña Berta”, recordaba como de mayor importancia, - ¡simple de mí! -  la denuncia del autor, Clarín, a los prestamistas y sus leoninos contratos. Particularidad que daba al relato un valor testimonial al describir, a mi modesto entender, con tanto acierto,  la universal práctica del abuso del más débil necesitado mediante recursos legales
. En las páginas 46 a 48 del libro, se describe tanto al personaje don Casto Pumariega, como su modus operandi, un modelo de eterna vigencia : notario retirado de la profesión y usurero en activo servicio…gran coleccionista de fincas de pan llevar y toda clase de bienes raíces, se presentó…con aquella sonrisa eterna que había hecho llorar lágrimas de sangre a todos los desvalidos de la comarca…Y , siguiendo su costumbre, …odiaba los personalismos, y no veía en la parte contraria jamás un ser vivo, un semejante…Don Casto insistía en querer engañarla, en hacerle ver que no perdía a Susacasa necesariamente en las combinaciones que él le proponía…Siempre llamaba él posesión, por falsa modestia, a lo que sabía hacer suyo con todas las áncoras y garras del dominio
quiritario que le facilitaban el papel sellado y los libros del Registro.”


 Antes de continuar con mi comentario, aclaro que la expresión “pan llevar” si bien se refiere a las tierras de cultivo de cereales, también representa, simbólicamente, a cualquier bien, como el pan, de uso cotidiano y necesario. Lo cual me lleva a pensar en la España de hoy y en las muchas viviendas de las clases modestas y media, adquiridas mediante préstamos con garantía hipotecaria, que, como todos sabemos, en estos tiempos de crisis económica y paro, sus amortizaciones no pueden ser atendidas y las han perdido o las perderán. Para negocio de los Don Casto del presente, los llamados fondos de inversión extranjeros y nacionales, cuyos dueños reales desconocemos, pero que se están quedando por cuatro chavos, grandes lotes inmobiliarios, comprados a la  Sareb o a las otras inmobiliarias de bancos y cajas.


Pero no quiero repetir mi error de antes, cuando mi primera lectura de esta novela de “Clarin”, porque la cuestión principal abordada es otra, también universal pero más importante, el derecho de una madre a tener y, sobretodo, criar a su hijo. El poder desarrollar ese “instinto” consustancial a su esencia de mujer, la hembra del linaje humano, para contribuir,  no se olvide, a la conservación de la especie. Por tanto, me resulta inexplicable, cómo tan trascendental cuestión, abordada por Leopoldo Alas en su novela, de modo tan claro y conmovedor, porque la historia es triste, lo pasé por alto. Tal vez la coincidencia, en estos momentos, de la aprobación(*) por los populares de la nueva regulación sobre el aborto y la repulsa y contestación de la oposición parlamentaria a la misma, haya contribuido a salir de mi  nuevo y craso error.


Sigue:


(*) 9 de agosto de 2014: A la fecha, hoy, los que ahora nos gobiernan, todavía siguen mareando la perdiz con este tema y aún no está aprobada la prometida en su programa nueva ley del aborto. Nueva ley que acabe con la legalidad del infanticidio, término real y tal vez más apropiado, realizado en nuestra sociedad  al amparo de la aún vigente ley, que fue impulsada y auspiciada por seres indignos de llamarse humanos. Sociedad en la que, desgraciadamente, la permisividad, la vileza y la degradación de costumbres reinan a sus anchas, ante la cobardía y pasividad de todos nosotros, sus componentes. Con la paradoja de que, por un lado se nos advierte de la progresiva y alarmante evolución creciente del envejecimiento de la población y sus repercusiones negativas en la elevación de los costes sociales de la seguridad social y la problemática del sostenimiento del actual sistema de pensiones. Y, por otro lado, se nos ofrece, al menos por algunos, la tabla de salvación de la inmigración prolífica;  sin hablar, por cierto, del coste  real y significativo, de toda índole, que el sostenimiento de éstos conlleva, algunos de cuyos resultados ya estamos sufriendo. Sin embargo, a la mamá del común se le ponen toda clase de obstáculos y si no se le ponen obstáculos, tampoco se le favorece de modo alguno. Carecemos de medidas reales y efectivas de promoción y protección de la familia, pero, y especialmente, de la protección y ayuda de aquellas mujeres que en solitario se atreven a traer una criatura al mundo.