miércoles, 19 de junio de 2024

Un mundo feliz, por Aldous Huxley, abril 2006(Continuación)(II)

Como decía  es un libro deprimente, tanto como la   LOE (*), la ley de educación  aprobada ayer  por mayoría simple en el Senado, con cuya aplicación es de suponer que nuestros políticos se reservan los privilegios no ya de los Alpha o los Betas, las castas superiores o élite de la novela,  sino los del Inspector, cuyo rango le sitúa  por encima de los individuos alphas y betas. El cual, por cierto, era buen conocedor de Dios, del Quijote de Cervantes, de Shakespeare, de Platón, de Sócrates, etc.; pero, - ¡so sinvergüenza! - se los reservaba para su uso exclusivo.

Seguidamente, resaltaré algunas de las afirmaciones expuestas por el propio autor, en el prólogo de la edición publicada en los años cincuenta. Porque en ellas, creo, quedan resumidas las teorías de Huxley acerca de las estrategias, las políticas y las tendencias - algunas ya en uso y otras implantándose - de las actuaciones de muchos de los gobiernos de nuestras sociedades del presente:

 

Para luchar contra la confusión el poder ha sido centralizado y se han incrementado las prerrogativas del Gobierno. Es probable que todos los Gobiernos del mundo sean más o menos o enteramente totalitarios...Un Estado totalitario totalmente eficaz sería aquel en el cual los jefes políticos todopoderosos y su ejército de colaboradores pudieran gobernar una población de esclavos sobre los cuales no fuese necesario ejercer coerción alguna por cuanto amarían su servidumbre. Inducirles a amarla es la tarea asignada en los actuales Estados totalitarios a los Ministerios de Propaganda, los directores de los periódicos y los maestros de escuela.(pág.14)

 

Los mayores triunfos de la propaganda se han logrado, no haciendo algo, sino impidiendo que ese algo se haga. Grande es la verdad, pero más grande todavía, desde un punto de vista práctico, el silencio sobre la verdad. Por el simple procedimiento de no mencionar ciertos temas, de bajar lo que Mr. Churchill llama un 'telón de acero' entre las masas y los hechos o argumentos que los jefes políticos consideran indeseables, (págs. 14 y 15)

 

Pero el silencio no basta... (para)lograr que la gente ame su servidumbre. El amor a la servidumbre sólo puede lograrse...una técnica mucho más avanzada de la sugestión, mediante el condicionamiento de los infantes y, más adelante, con la ayuda de drogas... (pág.159)

 

Hoy parece posible que tal horror se implante entre nosotros en el plazo de un solo siglo... (pág.17). 

Sobre esta última afirmación, estimo que Huxley calculó mal, pues sólo han transcurrido unos cincuenta años y vemos cumplidas sus más nefastas predicciones.

Para conocer más sobre la persona y la obra de Aldous Huxley, recomiendo la web cuya dirección detallo a continuación:
http://personales.upv.es/~jarnau/Vida/Vida.htm

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Ver "Un mundo feliz", I y "Un mundo feliz" III



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