martes, 25 de febrero de 2025

Las flores de Hiroshima, Edita Morris, junio, 2005

Leyendo los diversos comentarios y noticias suscitados en torno al tema de las víctimas del terrorismo, luego de la exitosa manifestación convocada por la AVT el pasado 4 de junio, he recordado una novela corta, escrita por Edita Morris, Círculo de Lectores, 1962, leída hace unos años.

El suave gozo, - así lo recuerdo- experimentado tras su lectura, me resultó muy chocante con el tema del libro. Aborda éste la incomprensible situación de rechazo y marginación que - quince años más tarde- soportaban las víctimas supervivientes de la primera bomba nuclear arrojada por los norteamericanos sobre la ciudad japonesa de Hiroshima el 6 de agosto de 1945, "la cual quedó destruida y 80.000 personas murieron o quedaron gravemente dañadas por efecto de la radioactividad" (Pequeño Espasa, 1989).

Su autora, Edita Morris, pretende con su testimonio denunciar los problemas y las condiciones de vida en que se hallaban entonces (esperemos sea situación pasada) todos aquellos seres. Casi olvidados u olvidados por parte no sólo de sus conciudadanos sino de sus compatriotas y del mundo en general. Estos modernos leprosos, víctimas fortuitas de la sinrazón humana, denuncia Morris, en lugar del merecido resarcimiento por los males a ellos infringidos, han hallado silencio, desprecio y desconsideración real y objetiva de sus dolencias y de sus necesidades, físicas y psíquicas. Subsistiendo apartados, casi escondidos de sus conciudadanos. Postura concebible por el interés colectivo para conseguir las ayudas condicionadas por los norteamericanos a que no trascendiese la magnitud real de la catástrofe provocada. ¡Vaya!

Edita Morris nos relata con dulzura y mucho sentimiento las diversas facetas y aspectos del drama de las víctimas de Hiroshima a través del personaje principal y protagonista de la novela, Yuka, una joven esposa, madre, hija y hermana de alguno de aquellos seres sacrificados o afectados posteriormente por los efectos derivados de la explosión atómica. 


Es un libro ameno que vale la pena leer para acercarnos a ese ámbito inconcebible de sacrificio y dolor gratuito. Mundo en el cual unas personas se ven sumidas fortuitamente por razones, conflictos no implícitamente propios y, posteriormente, en aras del interés del resto del colectivo al cual pertenecen son, una y mil veces más, nuevamente sacrificados, bien mediante el olvido, o la no reivindicación de sus derechos, o la no persecución ni castigo de los ejecutores de su mal. ¡Qué triste! y también, ¡qué injusto!

sábado, 22 de febrero de 2025

“El infinito en un junco”, Irene Vallejo

 



“El infinito en un junco
”, Irene Vallejo. Debolsillo, diciembre 2022. Siruela. Penguin Random House Grupo Editorial..

Ensayo de casi seiscientas páginas en las que su autora, Irene Vallejo, filóloga y escritora española, nos relata, en tono coloquial, las muchas historias y evolución de lo que hoy llamamos libros. El relato va cargado de citas y referencias múltiples en torno a históricos personajes y hechos, desde los tiempos remotos de Alejandro Magno y la dinastía griega de los Ptolomeo de Egipto, pasando por los griegos y romanos clásicos, o los conventos medievales, hasta nuestros días.

Como antes digo son numerosas las citas de escritores y libros de todos los tiempos y lugares del mundo. Aunque, acaso por compartir patria chica con la autora, el bilbilitano Marcial tiene protagonismo especial. También reivindica el papel jugado por las mujeres como escritoras, el caso, por ejemplo, de Safo, o las bibliotecarias a caballo de Kentucky. Y todo ello unido a anécdotas personales que acercan al lector a la escritora.

Irene Vallejo ha recibido numerosos galardones nacionales y extranjeros, entre ellos el Premio Nacional de Ensayo 2020 por su libro El infinito en un junco, ​ el Premio Aragón 2021​y el Premio de las Letras Aragonesas 2023.

En suma, un muy ameno ensayo, lejano al estereotipo de este tipo de escritos que podamos tener.

 

martes, 18 de febrero de 2025

“Carta de una desconocida”, Stefan Zweig


 “Carta de una desconocida”, Stefan Zweig. Acantilado, 2002. Traducción del alemán de Berta Conill, Colección Narrativa del Acantilado, libro 21. En la cubierta, fragmentos de un óleo de Román Ribera Cirera

Existe un clásico del cine, 1948, dirigida por  y protagonizada por Joan Fontaine y Lois Jourdan.

 Zweig , escritor austriaco de origen judío, fue autor prolífico de novelas, relatos, ensayos y biografías. Aunque por mi parte es lo primero que leo suyo, me sonaba mucho por su “Fouché. Retrato de un hombre político” ,  entre biografía y novela histórica y una de sus más famosas obras. 

Con "Carta de una desconocida"  me he llevado cierta desilusión. La causa  estriba en que la historia contada me ha parecido  irreal. Lejana de lo común o esperado, tanto la trama como la protagonista femenina. La novela está ambientada en la Viena  de finales del XIX, y ,como por el título se intuye, es una carta de una mujer enamorada a su amor, un escritor ya bien situado económica y socialmente, del que vivió prendada  desde que le conoció con , entonces, sólo  trece años. Un extenso escrito en el que le relata sus desasosiegos y desventuras originadas por su fiel e imperecedero amor.

Pero hablemos de lo positivo y ello ha sido mi conocimiento del pintor Román Ribera Cirera, autor de la imagen femenina que ilustra la cubierta del libro. Algunas de cuyas pinturas he copiado de Wikipedia. ¡Preciosas imágenes!





jueves, 13 de febrero de 2025

"El libro de las tierras vírgenes”, Rudyard Kipling.

 "El libro de las tierras vírgenes”, Rudyard KiplingClub Joven Bruguera, núm. 3. Ilustraciones de Eduardo Feito. Título original “The first jungle book” Traducido del inglés por Ramón D. Perés. C. de la Real Academia Española, 1ºedición, enero 1981. Con prólogo del autor. Fue publicado en 1894.


La edición, destinada al público más joven , lleva numerosas ilustraciones en las que se recrean escenas de la selva, y de los protagonistas. 

Basada en el libro hay una fantástica película de dibujos animados de la factoría de Walt Disney, titulada “El libro de la selva”, vista hace años, de la que guardo un grato recuerdo tanto por los dibujos como por la música. ¡Preciosa película para niños y mayores!

Ocho fabulosas narraciones que nos narran las aventuras de un niño crecido entre criaturas salvajes, con sus costumbres y reglas propias tendentes a sobrevivir, aprendidas y asumidas como suyas por el cachorro humano. El protagonista es Mowgli, “La Rana”, bautizado así por la loba que lo crió, pues su piel no tenía pelos. Los coprotagonistas de estas historias son otros animales de los que los “racionales” llamamos “irracionales”. Entre los cuales caben ser destacados Bagheera y Baloo, la primera una pantera y el segundo un oso, Shere Khan, un tigre, Raksha (la madre loba), Akela, líder de los lobos y Kaa, serpiente pitón.

Múltiples son los valores que esta lectura aporta, tales como la necesidad de leyes a respetar, la pertenencia al grupo, la autoridad jerárquica, la amistad, la fraternidad, o el trabajo en equipo.

Rudyard Kipling, fue un escritor británico, autor de relatos, cuentos, novelas y poemas. Premio Nobel de Literatura 1907. Otras de sus obras más populares son Kim,(llevada al cine como “Kim de la selva”),  el relato corto «El hombre que pudo ser rey» y los poemas «Gunga Din» y «Si...»(*) escrito para su hijo en 1895 y publicado en 1910.  Fue el primer escritor británico en recibir el Nobel.

Su lectura me hizo recordar noticias leídas, hace muchos años, sobre la existencia real, en la India, de criaturas que, como Mowgli, habían crecido entre lobos. Lo busqué en Google y supe que los bellos relatos de Kipling fueron inspirados por Dina Sanichar, cumpliéndose, una vez más, el embellecimiento por la ficción de las más duras realidades.


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(*) Poema "Si". En este enlace se puede leer :Si... (carta de un padre a su hijo) - Poema de Rudyard Kipling



 

 

 

 

sábado, 18 de enero de 2025

“Ir a La Habana”, Leonardo Padura

 “Ir a La Habana”, Leonardo Padura. Colección Andanzas. Tusquets Editores. Fotografías de Carlos T. Cairo. Coordinación editorial de Claudia Acevedo.

Regalo navideño de mi hija mayor. Trescientas veinticuatro páginas, más numerosas fotografías, algunas en blanco y negro y otras en colores, cerradas con la de Padura, sentado en las escalinatas de la casa que fue de Juan Gualberto Gómez, insigne patriota cubano.


El autor, periodista y escritor cubano, fue galardonado con el Princesa de Asturias de las Letras, 2015. Uno más entre otros múltiples premios literarios, cubanos y extranjeros. En su novela( o,  quizás,  autobiografía) nos dibuja la ciudad de La Habana desde la periferia, desde Mantilla un reparto habanero, donde él nació,  vive y transcurren, como escenario de fondo, muchas de sus tramas novelescas . De hecho, “Ir a La Habana” recrea muchos pasajes de sus obras, especialmente las de la serie policíaca protagonizadas por el detective Mario Conde. (*) Una Habana mísera y cochambrosa, resultado de los más de sesenta y cinco años del  férreo régimen comunista implantado en Cuba desde 1959. Al principio, su lectura me enganchó, porque hablaba de La Habana cuando la llegada de los Castros al poder. Yo, entonces, una adolescente, estudiante de bachillerato. Convulsivos tiempos cuyos recuerdos han quedado imborrables en mi memoria.

Tampoco la segunda parte, “La ciudad, memoria de algunos barrios, y personajes” me ha entusiasmado. Las anécdotas y actores de las mismas, como por ejemplo, el capítulo dedicado a los catalanes, considero, no son muy representativos de la historia o memoria colectiva del cubano medio.

Resumiendo, La Habana aquí descrita no es la de mis recuerdos, la de una muchachita de clase media baja, que vivió, hasta finales del 60, en lo que llamábamos la Habana-Vieja, la colonial y muy parecida, incluso con la misma denominación de sus calles (la larguísima Compostela, Villegas, Tejadillo, Empedrado, Obispo con los establecimientos de La Moderna Poesía y el Ten Cent, Ánimas, Cuba, Monserrate, etc.) a la descrita por Cirilo Villaverde en su “Cecilia Valdés”.

 ¡Qué cosas, con aquella Habana del XIX y Cuba todavía colonia de España, descrita en la novela, si me identifiqué, pero con la de Padura no! No he podido, muy diferente a la que guardo en mi memoria, la ciudad y sus gentes. La de mi memoria viva, palpitante. La aquí descrita un cadáver en descomposición avanzada.

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(*)Novelas policiacas del detective Mario Conde: Hace unos años leí “La cola de la serpiente”, ambientada en el Barrio Chino habanero. Novela que me gustó, pero me desagradó y bastante, los pasajes- para mi gusto- muy subiditos de tono; convenidos, supongo, con el editor con el fin de vender, puesto que, nos guste o disguste,  ello vende.

 

 

 

 

 

 

viernes, 17 de enero de 2025

José María Gironella, el catalán autor de “Los cipreses creen en Dios” (*)

(*)Estos textos originariamente fueron publicados en mis entradas "Los cipreses creen en Dios"(23.09.2015) y "Los cipreses...del libro a la realidad actual"(30.9.2022)

biografiasehistoria.wordpress.com

En  agosto del 2016 tenía pendiente de leer acerca de la biografía de José María Gironella. Seguidamente copio y pego información sacada de la web biografiasyvidas.com en relación a las características principales de sus obras:

"Autor de éxito en los años que precedieron al tardofranquismo, sus obras pretendían ser una crónica objetiva de los acontecimientos históricos de la España reciente (...) alcanzó la popularidad gracias a la trilogía Los cipreses creen en Dios (1953), Un millón de muertos (1961) y Ha estallado la paz (1966), en las que recurrió a las fórmulas narrativas tradicionales para reflejar a través de tramas cruzadas la impresión personal sobre unas realidades intensamente vividas. La primera de ellas aborda los antecedentes inmediatos de la Guerra Civil, mientras que la segunda se centra en los años de la contienda y la tercera versa sobre la época de posguerra. A pesar de su enfoque simplificador y maniqueo, estas obras tienen interés por su vocación testimonial y la capacidad del autor para entrelazar lo novelesco y lo histórico, seleccionando hábilmente tipos, rasgos y situaciones pintorescas que alcanzan la categoría de documento

http://laplumaviperina.blogspot.com/2016/03/los-cipreses-creen-en-dios.html. En este enlace he hallado esta reseña sobre el libro, cuya lectura recomiendo.

 

2 de enero de 2018: La lectura ayer de un largo artículo sobre José María Gironella por el centenario de su nacimiento, publicado en el Diario de Girona,  me hizo recordar uno de sus más famosos libros "Los cipreses creen en Dios". El artículo se titula "Josep María Gironella, l'home que volía saber"( J.M.Gironella, el hombre que quería saber), cuya lectura íntegra recomiendo, y del cual yo extraigo y reproduzco algunos de sus párrafos,  aquellos que a mi modesto entender considero más significativos en cuanto a dejar bien claro cómo el nacionalismo cerril lleva ya muchos años, desafortunadamente, trabajando sobre las conciencias de las gentes de Cataluña, con resultados muy efectivos.




"En una de las casas más antiguas de la orilla derecha del río, primer piso, vivían los Alvear. (...) colgaban sobre el río, el Oñar». Aquest és el primer paràgraf de Los cipreses creen en Dios (1953), la novel·la que va catapultar a la fama l´escriptor Josep Maria Gironella i de la qual s´han venut més de vuit milions d´exemplars a tot el món (escrita en castellà, ha estat traduïda a set idiomes). L´èxit de l´obra, a més, va provocar un inesperat interès turístic per Girona: (...)Va arribar a guanyar, entre d´altres, els tres principals guardons de la literatura en llengua castellana (i són pocs els autors que ho han fet): el premi Nadal, el 1946, per Un hombre; el Nacional de Literatura per Los cipreses creen en Dios (que també va rebre el prestigiós premi Thomas Moore als Estats Units, on va tenir un gran èxit), i el Planeta per Condenados a vivir (1971). I malgrat això, en els últims anys de la seva vida, i sobretot a partir de la seva mort, ha estat pràcticament oblidat. ( Y a pesar de ello, en los últimos años de su vida, y sobretodo a partir de su muerte, ha estado practicamente olvidado)(...) I gràcies a feines ocasionals seves i de la seva dona (traduccions, classes de castellà, tenir cura de mainada, etc.) va poder dedicar tres anys a Los cipreses creen en Dios, que va reescriure fins a cinc vegades. La novel·la, de prop de 900 pàgines, es va publicar primer en francès, i quan va aparèixer en castellà, l´any 1953, es va convertir de manera immediata en un autèntic fenomen, que va obligar l´Editorial Planeta a fer-ne successives reedicions.(se convirtió de manera inmediata en un auténtico fenómeno, que obligó a Editorial Planeta a realizar sucesivas reediciones)(...) «Era la primera vegada que s´escrivia sobre la Guerra Civil intentant parlar dels dos bàndols, i d´aquesta manera per a uns em vaig convertir en un roig i per als altres en un feixista», havia apuntat Gironella. Aquesta fama d´autor controvertit no l´abandonaria mai (ni l´abandona), i a Catalunya li va generar greus problemes amb la Generalitat, per exemple, perquè a més escrivia en castellà (cap representant de la Generalitat ni de l´Ajuntament de Girona va assistir al seu funeral a Arenys de Mar).( y en Cataluña le creó problemas graves con la Generalitat, por ejemplo, porque además escribía en castellano(ningún representante de la Generalitat ni del Ayuntamiento de Girona asistió a su funeral en Arenys de Mar)(...)Sobre la manca de reconeixement a Girona (no se li va dedicar un carrer fins al 1990, amb Joaquim Nadal d´alcalde), Gay(periodista) recorda que «arran de l´èxit de Los cipreses..., l´Ajuntament va iniciar l´expedient per concedir-li la Medalla de Plata de la ciutat. Una de les persones consultades va ser el bisbe, Josep Cartañà, que va dir que no podia opinar perquè no havia llegit l´obra. L´expedient es va tancar... i continua tancat». Anys després, quan se li va dedicar el carrer «em consta que Gironella, que havia estat dolgut, va estar molt agraït a Nadal». «Personalment sempre he intuït que no tenia més reconeixement perquè escrivia en castellà.(personalmente- dice el periodista Gay-he intuido que no tenía más reconocimiento porque escribía en castellano)(...)"


(   )  "Mi" traducción al castellano. 



Acabo de enterarme(enero del 2025) que "La historia de Cristo" de Giovanni Papini le influyó notablemente.

jueves, 16 de enero de 2025

Aventura en Moscú (Pilgrim Cottage) Cecil Roberts ( Intelectualismo cómplice)

 En la parte de la novela ambientada en el Moscú del primer cuarto del siglo XX,  aparecen nuevos personajes, entre los cuales destaca Imogen, crucial. Una bailarina estrella de origen irlandés de fama mundial. Encarna, por otra parte, un prototipo humano universal; el artista,  deportista, o intelectual  afamado favorecido por los poderosos de un régimen deshumanizado y cruel para con sus propios, el pueblo común, pero generoso y complaciente para con él o ella. Situación de privilegio que les hace ciegos y sordos a todo lo que ve y oye,  justificar lo injustificable, o  llegado el caso, achacar a otros la responsabilidad o autoría de los desmanes  cometidos.   

A mí este personaje  me ha traído a la memoria a los intelectuales famosos que han apoyado y apoyan la dictadura castrista. Al pie , bajo el epígrafe "Intelectualismo cómplice" detallo algunos de los más sonoros.     

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(1) Intelectualismo cómplice: Desafortunadamente hay muchos ejemplos a todo lo largo y ancho de este mundo. Mencionaré sólo algunos y en relación exclusiva con la dictadura castrista: Alejo Carpentier, escritor y autor de “El Siglo de las Luces , Hemingway, escritor norteamericano, Gabriel García Márquez, el autor de Cien años de Soledad y Premio Nobel de Literatura, y NerudaNo son los únicos pero creo que estos ejemplos  son suficientes para evidenciar lo que he pretendido decir.      

Seguidamente copio y pego algunos de los párrafos de la información enlazada y a la cual me remito para más detalles:

 El 'boom' que estalló en el corazón de la revolución  cubana (https://www.elespanol.com/cultura/libros/20161201/174983269_0.html

(...)Al triunfar la Revolución, Alejo Carpentier volvió a Cuba y allí Fidel premió su americanismo con varios puestos diplomáticos de notable prestigio. El resto de componentes del boom, que ya seguían los pasos de Alejo en el terreno literario, se adentraron en el terreno político a través de la selva y la guerrilla(...)Así, la primera vez que se encontró con Fidel, García Márquez dijo de él que tenía un “terrible poder de seducción”, además de ponderar el excelente uso de la palabra que por primera vez observaba en un gobernante. Cortázar le dedica su relato Reunión al Che mientras exclama que fue Fidel quien hizo que la política llegara a sus textos. Miguel Ángel Asturias se reunió con Castro y la conversación caló tan hondo que el escritor guatemalteco fue uno de los invitados al primer aniversario de la Revolución. A Carlos Fuentes, el movimiento le resultaba tan seductor que hasta llegó a viajar a Cuba durante la guerra para alentar al ejército invasor (cuenta la leyenda que incluso entró en La Habana antes que Fidel). Por su parte, Vargas Llosa defendió a ese “romántico guerrillero” que derrocaba a Fulgencio Batista con cuatro fusiles mal cargados(...)una figura no menos sagrada para ellos se levanta de manera furibunda contra el régimen de Castro. Esa figura se llama Jorge Luis Borges, y su enemistad con Fidel le valdrá, según diversas teorías, la pérdida de un Nobel tan merecido que, por otra parte, no necesitaba ser ganado. Pronto, sus epígonos se colocan en guardia(...)Con el paso de los años, sólo el Gabo mantuvo su fascinación por Castro. Las luces se fueron apagando, el realismo mágico se había escapado. Uno a uno se fueron marchando todos los integrantes. El colombiano, quizás el más talentoso de todos, dejó escapar primero la memoria y después la vida, dejando a Fidel abandonado por la intelectualidad americana"


Carpentier y la complicidad del silencio (https://www.cubanet.org/actualidad-destacados/carpentier-y-la-complicidad-del-silencio/)

(...)Cuando triunfó la revolución cubana en 1959, Carpentier regresó a la Isla desde Venezuela y ocupó importantes cargos, entre ellos el de vicepresidente del Consejo Nacional de Cultura, vicepresidente de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) y presidente de la Editora Nacional de Cuba entre 1963 y 1968, año en que fue designado consejero cultural de la embajada cubana en Francia, labor que desempeñó hasta su muerte.El 26 de diciembre de 1974 recibió el homenaje del Comité Central del Partido Comunista de Cuba en ocasión del septuagésimo aniversario de su natalicio. Fue el reconocimiento de la nomenclatura a un intelectual que jamás levantó su voz para hacer la más leve de las críticas a los desafueros del régimen comunista, muchísimo más crueles y reiterados que los del gobierno de Alfredo Zayas.Porque Carpentier no dijo nada contra los juicios expeditos, carentes de credibilidad y respeto a elementales garantías jurídicas, extendidos hasta hoy, ni contra su corolario de fusilamientos y condenas excesivas; ni contra el sistema de partido único que eliminó la autonomía universitaria y estableció otra dictadura. También calló ante las UMAP (Unidades Militares de Ayuda a la Producción),ante lo que le hicieron a Heberto Padilla y ante los acuerdos del Primer Congreso de Educación y Cultura y las medidas discriminatorias posteriormente adoptadas".


Hemingway y Fidel Castro (https://www.elmundo.es/cultura/2016/03/28/56f7f852268e3e752e8b4600.html)

(...)El trato inicial de la Revolución con intelectuales fue fecundo en un doble sentido. Captó a su favor el romanticismo de muchos y devoró, como Saturno a sus hijos, a escritores cubanos que la habían apoyado,Cabrera Infanteun suponer. El caso del poetaHeberto Padilla, obligado a cantar la palinodia, fue especialmente patético. De todos los escritores de fama universal, el más leal fue siempre García Márquez. Gracias a él, el castrismo fue la revolución de todos nosotros; como gracias a los Beat, Vietnam fue "la guerra de todos nosotros",copyright Manu Leguineche.    

 

El amigo de Fidel

 

(https://www.elmundo.es/especiales/cultura/gabriel-garcia-marquez/politica.html)

Como recuerda Krauze, mientras el escritor, gran sibarita, disfrutaba con sus invitados de sus viandas, el pueblo cubano seguía sometido a la cartilla de racionamiento impuesta desde 1962.

Entre las contribuciones que ha hecho al régimen, al margen de presentar a su líder como un demócrata cualquiera, cabría mencionar dos. Cuando ignoró e, incluso, justificó la ejecución de cuatro ex revolucionarios, uno de ellos, Antonio de la Guardia, íntimo amigo suyo, acusados, como tantos otros opositores, de traición a la patria; y la creación de la Fundación para el Nuevo cine Latinoamericano, una máquina propagandística muy beneficiosa para el régimen.
Por sus aulas han pasado, además de incontables cineastas, intelectuales y estudiantes hispanoamericanos, directores y actores norteamericanos de la talla de Robert Redford, Steven Spielberg o Francis Ford Coppola, lo que le daba a Cuba un revestimiento de país progresista, promotor de la cultura.

Muchos siguen preguntándose por qué Gabo ha sido el único Premio Nobel que ha ignorado los abusos y defendido la causa de Fidel.


Evocación de la presencia de Pablo Neruda en La Habana https://www.lapoesiaalcanza.com.ar/noticias/613-evocacion-de-la-presencia-de-pablo-neruda-en-la-habana)

"Pablo Neruda tuvo una relación intensa con la Revolución Cubana, incluyendo algunos desencuentros que, con la amplitud que permite la mirada a distancia, resultan ínfimos si se los contrapone por ejemplo con su lectura del texto que dedicó a Fidel Castro, en la Plaza de la Revolución de La Habana, ante un millón de personas.(...)Neruda volvió a pasar por La Habana a fines de esa década, en una escala forzada por falla técnica de un avión del que regresaba a México desde Europa. La última vez fue en 1960. “Traía Neruda los poemas de ‘Canción de gesta’, el primer libro –se ufanaba por ello- ‘que un poeta en cualquier parte del mundo hubiera dedicado a la Revolución Cubana’. Un poemario que se cierra con una ‘Meditación sobre la Sierra Maestra’ que es también suma y compendio de la vida del poeta en esa hora auroral. En esa visita, en la Plaza de la Revolución, ante un millón de personas, leyó el chileno, con su entonación peculiar, su canto ‘A Fidel Castro’(...)no hizo que decayeran sus simpatías hacia Cuba y su Revolución. Lo dice explícitamente en ‘Confieso que he vivido’, su libro de memorias: ‘Un punto negro, un pequeño punto negro dentro de un proceso, no tiene gran importancia en el contexto de una causa grande. He seguido cantando, amando y respetando la Revolución Cubana, a su pueblo, a sus nobles protagonistas’”.