jueves, 20 de marzo de 2008

Las tierras flacas, de Agustín Yáñez

Esta interesante novela fue escrita por el mexicano Agustín Yáñez en 1962. La edición por mí leída es de Biblioteca Básica Salvat de Libros RTV, número 74, de 1970. Prólogo de Manuel Andújar. La leí por primera vez hace unos diez años. Me gustó. Más bien, me impactó por la singularidad de las formas de expresión y por su temática de fondo. Detallo algunas:


1) Los nombres bíblicos dados a determinados personajes, lugares o animales, que te inducen a pensar en posibles metáforas.

2) La infinidad de máximas y refranes puestos en boca o en el pensamiento de algunas de las figuras principales.

3) El constante recurso a mostrarnos lo que piensan algunos de sus personajes. (Interiorismos)(*). Lo cual, al menos en la edición leída, es remarcado diferenciando los textos con letra en cursiva. Estos personajes son el ranchero Rómulo, el patriarca Epifanio, la "sacerdotisa" Matiana y, alguna vez, Merced, la esposa del ranchero. No recuerdo haber leído interiorismos de otras figuras de la novela. Acaso cabría suponer cierta relevancia de estos personajes sobre el resto.

4) La problemática social. El panorama allí descrito muestra el retroceso y la degradación impuestas por las ambiciones personales de un clan de corruptos. Cuyos desmanes y sinrazones, fruto de la más desmedida codicia personal, han llevado a la región a la miseria y al atraso. Se habla de los continuos abusos de poder por parte de los opresores y de la nula reacción de los oprimidos, acobardados y sumisos, esperando que llegue otro y les salve. Así las cosas, los fuertes, envalentonados, son cada vez más poderosos y los débiles más flacos o débiles.
5) El conocimiento profundo de la Fe Católica, de sus fiestas, santoral y oraciones.

Como dije, me llamó mucho la atención los nombres asignados por el autor a ciertos personajes, lugares e incluso a alguno de los animales de su novela. Puede que escondan una interpretación más universal de esta obra, de los tipos humanos y de los conflictos sociales allí descritos, que no la simple circunscripción de éstos a un trozo del México rural (Jalisco), después de su Revolución, como inducen a pensar las biografías de Agustín Yáñez, o el prólogo del libro, firmado por Manuel Andújar. El propio Yáñez nos da indicios cuando explica cómo el prolífico don Epifanio cuidaba mucho, antes de bautizar a cada uno de sus hijos, de asignarle el nombre propio más adecuado a sus características personales y, consecuentemente, al papel que le deparaba dentro del clan. Pero, bueno, vayamos a lo del significado de algunos de los nombres con que Yáñez bautizó a sus criaturas de ficción:
Epifanía: la manifestación de Dios hecho hombre. Festividad de los Reyes Magos.
Jacob: "el que toma por el calcañar" o "el que suplanta". Nombre del patriarca del Antiguo Testamento, padre del pueblo hebreo; fue hijo de Isaac y de Rebeca y hermano gemelo de Esaú, a quien quitó la heredad.
Miguel: "Quién como Dios". San Miguel es uno de los siete arcángeles. La Santa Iglesia da a San Miguel el más alto lugar entre los arcángeles y le llama "Príncipe de los espíritus celestiales", "jefe o cabeza de la milicia celestial".
Belén: Lugar de nacimiento de Cristo- Salvador.
Betania: Lugar de la antigua Palestina, a 10 Km. al S. de Jerusalén y al pie del monte de los Olivos.
Sara: Personaje del A.T., esposa de Abraham y madre de Isaac.
Teófila: " Amada de Dios", o "que ama a Dios
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(*) Interiorismos, vocablo utilizado en el prólogo en alusión a los pensamientos de los personajes.

miércoles, 19 de marzo de 2008

El hombre del traje gris. ( “los chicos de oro”) Sloan Wilson, octubre 2004


Es una edición de Editorial Bruguera, año 1978, traducido por Miguel García Giménez. Título original:"The man in the grey flannel, suit”.  Basada en el libro hay una película de igual título, protagonizada por Gregory Peck y Jennifer Jones. La trama principal acontece en 1953, aunque entremezclada con  recuerdos e historias del pasado del protagonista referido a la II Guerra Mundial, en Italia.

Lo que más llamó mi atención de esta novela fue que la situación descrita allí, a mediados de los años cincuenta,  en los Estados Unidos, acerca de los dilemas laborales a los que se enfrentan los altos ejecutivos   de una gran empresa radiofónica, United Broadcasting Corporation, también describe, según creo,  la de los empleados  ejecutivos de una gran empresa española del presente.

El problema crucial planteado al protagonista, Tom Rath,  es que si quiere progresar y ascender en la empresa debe renunciar a su vida personal y familiar, a su tiempo libre y también a su identidad.  Cosa que no le apetece porque tiene claro que el trabajo no es un fin en sí mismo, sino sólo un medio. Postura contraria a la de su todopoderoso jefe y presidente de la compañía. Un dios para los suyos; pero nada ni nadie fuera de este entorno. Un ser bastante mediocre que se ha buscado a otros dos más simples que él; pero muy obligados con él porque le deben todo lo que son y tienen .

Me agradó el personaje del juez Bernstein. Un ser justo, que aplica el sentido común para aplicar justicia. De todos los personajes descritos, según creo, el más ficticio. Porque, desgraciadamente, no se dan esta clase de personas en el mundo real. Pienso yo que no; acaso me equivoque.

En "El hombre del traje gris", queda bien reflejado el mundillo de la alta ejecutiva empresarial, encarnado en la novela  por Hopkins, el presidente de la compañía, otros dos directivos  y los empleados más inmediatos. Pienso que quien trabaje o haya trabajado en una gran empresa sabe cuán ciertas son las anécdotas y los hechos expuestos en la obra. Sloan Wilson no inventó nada. Su mérito ha consistido en dar cuerpo a esa realidad de la mediocridad usual en los que ocupan los más altos puestos en las grandes corporaciones. Cuyo haber principal, en la mayoría de casos, radica en estar donde están; comportándose como reyezuelos absolutos. Se rodean de un séquito de seres similares a sí mismos; caracterizados todos por una común desmedida ambición de riquezas y de poder. No escatiman esfuerzos para conseguirlos. Subir, escalar puestos, ese es el único objetivo verdadero. Detrás, caídos o abandonados a su suerte, dejan familia, amigos, valores, dignidad...todo. Para contrastar lo dicho, sólo hay que fijarse en cualquiera de esas tan conocidas empresas como, por ejemplo, los grandes grupos financieros, telefonía, grandes constructoras, etc.. Se advertirá que sus más altos directivos (presidentes, consejeros delegados, directores generales…) como el Hopkins de la novela, al mismo tiempo que presidente, o vicepresidente, o consejero delegado de un grupo de empresas, lo son también de fundaciones, agrupaciones gremiales, artísticas o de clubs de fútbol. Todo a la vez. Cuando se celebra la junta general de accionistas, momento y lugar para que estos señores rindan la debida cuenta, en muchas ocasiones (al menos, aquí, en España) es un apaño, donde el quórum preciso está asegurado por la obligada asistencia de los más allegados de la plantilla. Por lo demás, una representación teatral para que la figura de sus altos directivos brille tanto como el lucero del alba, aunque, la más de las veces, sea tan opaca como Luna Nueva.

Los privilegios que ostentan estos ejecutivos son un rosario de agravios comparativos con el resto de los empleados de la empresa. Quizás el mayor o más ostentoso, sea su retribución. Es decir, sus sueldos anuales de cifras millonarias, a los que hay que añadir las opciones sobre acciones, fondos de pensiones multimillonarios, seguros en paraísos fiscales, etc. etc. No pongo nombres concretos, porque es práctica generalizada en este tipo de compañías.

Otro monopolio arrogado es poder envejecer en el sitio de trabajo. Quede claro que no digo trabajando. Muchos superan los sesenta y puede que hasta los sesenta y cinco y allí están. Algunos incluso han cambiado los estatutos de la sociedad para prolongarse ad infinitum en el poder. Para los escasos casos de cese, el abandono de la poltrona conlleva el embolso de multimillonarias cantidades.
Por último, no quiero dejar de mencionar la impunidad que disfrutan, ya que si las estrategias y decisiones empresariales por ellos tomadas para el grupo empresarial resultan equivocadas, con consecuencias económicas graves, pues… ¡no pasa nada! Siguen tan airosos en el cargo. Aquí el mejor ejemplo lo tenemos en las fabulosas inversiones en Iberoamérica llevadas a cabo por las multinacionales españolas, de cuyas consecuencias y trascendencias prácticas la opinión pública española no tenemos información precisa.Por todas estas razones, pienso que un título alternativo para la novela podría haber sido “Los chicos de oro”

Tal como se ve (lee), nada he dicho del común de los mortales “Tom”, el protagonista, ni de sus problemas familiares, contados en la novela. Me fui, como tantas otras veces, por los Cerros de Úbeda.



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En 2020 volví a leer esta novela. Aquí detallo dirección del comentario hecho tras esta nueva lectura.

https://silvialeyendo.blogspot.com/2020/11/el-hombre-del-traje-gris-de-sloan-wilson.html

Rehabilitado, enero, 2007

Leí en el periódico ‘El Mundo’, del pasado sábado, día de Reyes, un artículo que habla sobre la publicación de un libro de aforismos titulado “Pro- vocaciones; aforismos para un cristianismo anticonformista” del padre Leonardo Sapienza “uno de los más estrechos colaboradores de Benedicto XVI,” “quien, con este volumen, ha querido estimular un “despertar” entre los fieles cristianos y hombres de buena voluntad” .

El libro contiene mil frases de carácter moral con los más importantes aforismos de Wilde, "cuyas máximas dialogan con las de otro autor Nicolás Gómez Dávila, pensador colombiano”.El artículo en cuestión, titulado “El Vaticano ‘rehabilita’ a Oscar Wilde” es una larga y explícita reseña del libro de Sapienza, pero a mí no me ha causado sorpresa alguna que las autoridades religiosas reconozcan la honda y sincera religiosidad cristiana del autor irlandés, demostrada suficientemente en su obra “De Profundis”, escrita durante su encarcelamiento en la cárcel de Reading.

El crimen de lord Arthur Savile, por Oscar Wilde, septiembre, 2006

Es la segunda de las narraciones publicadas en el número 62 de "Las novelas del verano", de El Mundo y La Revista, Unidad Editorial, 1998.Título original en inglés "Lord Arthur Savile´s Crime", traducción Jorge Casellas Guitart. Variado es el interés de esta obra que brinda al lector la contemplación del mundo y de los ejemplares o prototipos, por cierto, alguno bastante insulso, entre los cuales se desenvolvía Oscar Wilde antes de su caída. Ladies, milores, diplomáticos, parlamentarios, académicos, jerarquías eclesiásticas, rentistas fatuos etc. En resumen, muchos figurones , y alguna que otra díscola llamada "gran señora"a diestra y siniestra y todos en francachelas(recepciones ) más o menos continuas y, además, convencidos de ser y representar la crema de la crema de la sociedad.
Los personajes principales me asombraron. Viven sin pegar golpe. Van y vienen de acá para allá, cuando quieren y les place. Sin obligaciones de las corrientes, comunes y vulgares que tenemos casi todos los mortales. Aquí debo señalar que el tipo de mortales que conozco y entre los cuales me desenvuelvo, nada tienen que ver, por lo leído en este cuento, con los descritos por Wilde.

Pienso existe un sentido común del deber, de la obligación, de lo justo, de lo recto y correcto, contenido en las leyes y ordenamientos jurídicos y en los principios y normas morales y de fe religiosa, a cuyo cumplimiento está obligado todo ser, cualquiera que sea su condición y clase. No concibo, por tanto, obligaciones distintas según pertenencia a un grupo social u otro. Me parece absurdo entender como "deber" la incorrecta acción de un privilegiado que se deja arrastrar por una fe irracional y absurda basada en un vaticinio.

Hace unos años, cuando lo leí por primera vez, me gustó más que ahora. Entonces di de lado la descripción magnífica que Oscar Wilde hacía del estamento de la sociedad inglesa ( Reino Unido) por él frecuentada y, por ende, conocida. Ahora la actitud del protagonista me desagradó mucho, muchísimo, y más aun la impunidad del delito cometido.

El fantasma de Canterville, por Oscar Wilde, septiembre, 2006

Es un cuento que he leído en el número 62 de la colección "Las Novelas del Verano" publicada por El Mundo (Unidad Editorial),1998. Título original en inglés "The Canterville Ghost", traducción de Jorge Casellas Guitart. Es una segunda lectura. Me volvió a gustar. No recuerdo si antes me di cuenta de las diferencias existentes entre los individuos de una misma clase social por razón del lugar de origen, tal como aquí, en la narración de OW, se nos ofrece.

En este divertido cuento los protagonistas son los componentes de una familia rica de un diplomático de los EEUU y el espíritu de un noble terrateniente del Reino Unido.Los americanos con su sentido práctico y su amplísimo catálogo de productos fabricados y comercializados para toda clase de usos y necesidades logran colmar la paciencia y algo más de la, al final, pobre alma en pena del castillo de Canterville. Supongo que la razón de tener muy reciente la lectura de la novela "De Profundis" me ha sensibilizado hacia los contenidos de los escritos de Oscar Wilde, pero, el caso es que, la fábula contenida en esta breve narración, es el recurso o valor supremo del amor como arma poderosa e infalible para apaciguar y vencer todo mal.

De Profundis (y fin) (4), por Oscar Wilde

Toca ya poner fin a mis comentarios acerca de "De Profundis", de Oscar Wilde. Creo que esta  lectura no será la última. La primera me llevó a conocer la caída en desgracia del escritor ante la opinión pública británica, movida o mejor dicho, predispuesta en su contra por la clase dominante,  la misma que antes fue consentidora  de las extravagancias de Wilde. Extravagancias toleradas mientras a ella( la aristocrática élite) le resultaron graciosas y soportables, pero "tan pronto como empieza a molestarla ésta le eliminó de una forma despiadada y radical" (pág.. 11, según escribe Carmelo Sánchez Castro, en el prólogo de esta obra).

De esta segunda lectura lo que más me  impactó fueron los sentimientos allí expresados. Porque quien escribe estos textos era una persona en la cárcel que sufre mucho y por muy diversas causas: La sentencia judicial en su contra con el consiguiente  encierro en prisión en condiciones muy duras;  el descrédito personal, la ruina económica, la pérdida de sus hijos(*), la desolación infringida a sus padres, principalmente a su madre, que fallece estando él en prisión. Los recuerdos que le persiguen y de los cuales no logra evadirse, ni tampoco de las actitudes caprichosas y en extremo egoístas de la persona amada... Esta obra es, en suma, expresión escrita del dolor. La sensación que te queda tras su lectura es, pues, la de pena.

Termino mi comentario con una cita del célebre autor irlandés:

"Si no podéis disfrutar leyendo un libro repetidas veces, de nada sirve leerlo una sola vez".



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28 de febrero de 2015: Transcribo (copio y pego) parte del interesante comentario titulado "Los juicios contra Wilde " publicados por:
 http://estanoesmivida.blogspot.com.es/2005_11_01_estanoesmivida_archive.html


"El jurado deliberó durante más de 3 horas concluyendo que no podían dictaminar un veredicto de la mayoría de los cargos (el jurado absolvió a Wilde de los cargos relacionados con Frederick Atkins, uno de los jóvenes con quien se le acusaba de haber estado involucrado en graves indecencias). El 7 de mayo, Wilde obtuvo tres semanas de libertad bajo fianza antes de que comenzara su segundo juicio.
El gobierno liberal determinó hacer todo lo posible para asegurar una condena en el segundo juicio de Wilde. Hay muchas especulaciones sobre la agresiva posición del gobierno en el caso Wilde.Rosebery Se sospechaba que el Primer Ministro Rosebery había tenido relaciones homosexuales, cuando era Ministro de Exteriores, con Francis Douglas, otro de los atractivos hijos de Queensberry. Fue poco después que Francis Douglas "murió en un accidente de caza" (probablemente un suicidio) que Queensberry inició la persecución a Wilde. Hay pruebas evidentes en algunas cartas para llegar a la conclusión que Rosebery fue amenazado de ser descubierto por Queensberry u otros si fallaba en su agresiva persecución a Wilde. Es interesante puntualizar que durante los dos meses precedentes a la condena de Wilde, Rosebery padeció importantes depresiones e insomnio. Después de que Wilde fuera condenado, su salud mejoró repentinamente.
El segundo juicio contra Wilde fue dirigido por el subfiscal de la Corona Frank Lockwood. A pesar que se pareció mucho al primer juicio, en éste se abandonaron los testimonios menos convincentes, centrándose en los principales.
Lockwood tuvo el último turno de palabra en el juicio y la utilizó para describir lo que Wilde vería como una "horripilante denuncia". Después de 3 horas de deliberación el jurado volvió con su sentencia: culpable de todos los cargos excepto los relacionados con Edward Shelley. Wilde se tambaleó ligeramente en el banquillo de los acusados con semblante triste."...Wilde pasó dos años en prisión, los últimos dieciocho meses en Reading Coal. Quedó escarmentado y en la bancarrota pero no amargado. Dijo a un amigo que se "había beneficiado mucho" de su estancia en prisión y dijo estar "avergonzado de haber llevado una vida indigna de un artista.". En su De Profundis que Wilde escribió en prisión, dice: "Me convertí en un derrochador de mi genio y malgastar una eterna juventud me produjo una extraña alegría".

Después de ser puesto en libertad, Wilde viajó a Europa. Murió el 30 de noviembre de 1900 en París.












De Profundis ( Otros detalles), por Oscar Wilde (3)

Siguiendo con mis comentarios sobre este libro cabe decir que su lectura fue para mí una especie de "reconciliación " con el autor de "El retrato de Dorian Gray", con cuyo personaje protagonista yo lo identificaba. Ha sido ésta una segunda lectura. La primera fue hace unos años. Entonces, supe de las escabrosas circunstancias, los hechos, los conflictos, así como de los escándalos, la degradación y la miseria que rodearon los últimos años de su existencia. Lo tuvo todo y todo lo perdió.

Hoy me voy a referir a cuestiones, pienso,  menores, más bien detalles, como, por ejemplo, el hecho - para mí raro - de su mención explícita a uno solo de sus dos hijos, Ciril. ( En la foto con su madre)
También llamó mi atención que entre los muchos autores de todos los tiempos citados por OW no apareciera ninguno de los de  española lengua; ni tan siquiera Cervantes; siendo, ostensible- por otra parte- su admiración por los franceses y en especial por Baudelaire, a quien muchas veces menciona.  Sólo  cita a  Goya y los vinos españoles´.



Detalle  para mí muy relevante fue el aprecio mostrado por Wilde hacia los libros, de cuya pérdida se resiente (..."la más desoladora de todas mis pérdidas materiales"...) y reprocha a su amante no haber rescato alguno de ellos cuando fueron subastados. (págs.71- 72).

Pondré fin a este comentario con las para mi conmovedoras   referencias de su entrada en la cárcel y de cómo, en esos singulares y tristes momentos de desolación, recibe de Robert Ross (Robbie) una especial demostración de afecto y admiración. Así como cuando relata la compasión que  por él siente uno de sus compañeros de prisión, por entender lo difícil y diferente- muy diferente- que aquella situación era para un individuo como Oscar Wilde, de  hasta entonces estatus y clase social superior.

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28 de febrero de 2015: He revisado el comentario y también he  arreglado algunas cosas. Y aprovechado la ocasión para facilitar el siguiente enlace:

http://www.amediavoz.com/wilde.htm, en donde se pueden hallar muchas de las obras del inmortal autor irlandés. Página muy bonita. 

Asimismo, he colgado el vídeo de la canción Flor del Mal, interpretado por María Rodés. Canción que acude muchas veces a mi mente cuando cito a Baudelaire, el autor de "Flores del Mal"