viernes, 9 de septiembre de 2016

Cuentos Rusos, Selección y traducción de José Laín Entralgo(*)

(*) 2 de enero de 2017: Acabo de revisar y rectificar, de nuevo, algunos de los párrafos escritos.

Cuentos rusosLibro 56, Biblioteca Básica Salvat de Libros RTV, editado por Salvat Editores con la colaboración de Alianza Editorial, año 1970, es una  antología de ocho relatos breves de distintos autores rusos, traducidos y seleccionados por José Laín Entralgo,(2) y  prologada por Augusto Vidal.(2). Un a mi modesto entender, interesante prólogo,   de obligada lectura  para el lector (*) que como yo desconozca  la literatura eslava, pues además de acercarle a la  Rusia popular le informa sobre los escritores y la evolución de su literatura , cuyas características de" humanidad,  ética, combatividad, búsqueda de “la verdad”, preocupación por los humildes y su extraordinaria proyección social”,  según señala  Vidal, están presentes  en el cuento, modalidad de tan honda tradición popular en la cultura eslava. El prólogo  se cierra con una reseña de cada cuento.


Como ya señalé, son ocho los autores y las narraciones seleccionadas.
Cada relato va precedido de un resumen biográfico del correspondiente   autor. entre los cuales  figura una mujer, Tatiana Tess con La luz del sol". Los otros escritores y títulos son los siguientes: Gorki con ChelkashBunin Una buena vidaKorolenko La necesidadBábel (2)El despertarAlexéi N. Tolstói La víboraI. Ilf y E.Petrov “El conde de Mediterráneo; y Paustovski (2) con El telegrama. Este último relato y “Chelkash”, fueron los que  más me agradaron. Seguidos, por este mismo orden, en cuanto a  preferencias,  por “La víbora” y El conde de Mediterráneo”.  Los dos primeros  porque nos hablan de prototipos humanos universales cuyos sentimientos y acciones descritos se dan, o pueden darse, en cualquier tiempo y lugar del mundo. Mientras las otras dos narraciones reflejan situaciones específicas fruto de la nueva coyuntura social comunista impuesta en aquella sociedad tras la implantación del régimen soviético. Experiencias humanas duras, vistas tanto desde el plano individual y personal, como desde el colectivo. 

  
Mi lectura fue hace un año y, consecuentemente, sólo recuerdo aquellas cosas que más me impresionaron como  el personaje protagonista de la primera de las narraciones, escrita por Gorki. Una para mí, bella narración,  porque son bellas  las imágenes de ambientación marina allí descritas, tanto como la dignidad y la hermosura del alma del viejo lobo de mar, Grishka Chelkash,   “muy conocido entre la gente del puerto, bebedor empedernido y ladrón hábil y audaz”. Y también bello, bellísimo, el contraste entre la  generosidad y el desprendimiento de un ser conceptuado como "descreído" frente a la codicia capaz de llegar hasta el crimen de “un piadoso creyente,”  fondo argumental del cuento.  Esta historia me hizo recordar  otra contada por Josep Plá, en “Un viaje frustrado”,  también protagonizada por un personaje  duro, tan duro como el entorno y las condiciones en las que se ve obligado a bregar para ganarse la existencia. ¡Una bonita historia y un entrañable protagonista! 

Katerina Petrovna es la protagonista de “El telegrama”, una conmovedora narración que nos refiere la desolación de una viejecita, cuya única hija marchó a Leningrado(3), ciudad en la que  vive entregada a su trabajo, un trabajo de responsabilidad. Ocupada de lleno por estas responsabilidades la hija no olvida pero si posterga las atenciones debidas a su madre, hoy un desvalido y solitario ser en un apartado paraje, alejado del  mundanal ruido, como diría Fray Luis de León, es decir,  en una recóndita aldea de la Rusia soviética, en un  otoño excepcionalmente frío y lluvioso, en una antigua y  señorial casona llena de testimonios de lo que antaño fuera, pero principalmente  fueron los que en ella vivieron, señores de la alta burguesía  de San Petersburgo.  Acompañando a la anciana señora hay dos personajes entrañables, Tijon, el cartero, y Mániushka, una rústica aldeana que la atiende amorosamente. En suma, historia triste, con final edificante. 
Las otras dos historias que me impresionaron se circunscriben ambas a situaciones de contexto propio de la Rusia soviética “La víbora” protagonizada por una mujer que para sobrevivir se ha revestido de una coraza de  varonil aspecto tras la cual se oculta una muy sensible mujer. Ella es diferente, no sólo por su aspecto  sino por su carácter y comportamiento. El mensaje que nos da esta historia  es la hipocresía de algunos y del sempiterno  recurso del uso de la mentira y la difamación del contrario o adversario para destruirles.   Y en cuanto a “El Conde de Mediterráneo” es un relato “gracioso”. Cuya gracia radica en cómo, finalmente, el constantemente burlado, es decir, objeto de las risas de “tres graciosos”, se burla y ríe de los tres. Los  enfrenta y pone de manifiesto que son todos unos falsos como falso lo que dicen querer ser, cuya ambición personal finalmente les delata. Buena moraleja.

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(*)Principalmente al lector  español de los años 70 del pasado siglo XX, en (1) la España de los últimos años de la dictadura de Franco( fallecido en noviembre de 1975),  frente a la Rusia soviética en su plenitud expansiva del comunismo ateo, pues aún faltaban unos cuantos días para la caída del Muro de Berlín ( noviembre de 1989).

(2) Quiero resaltar algunos detalles biográficos  de los dos  españoles, Laín Entralgo y Vidal, intervinientes en esta antología, que han llamado mi atención, singularidades referidas en un comentario anterior titulado "Traductores". Estos dos escritores permanecieron muchos años  exiliados tras la Guerra Civil Española en  la Unión Soviética, sociedad en la que al parecer se habían integrado  hasta el punto, - para mí superior- de poder  ejercer la docencia en universidades de aquel país y régimen. Los  dos, sin embargo,  regresaron a España en 1957, donde, según he leído,  sólo pudieron dedicarse oficialmente  a la traducción. En el caso concreto de Laín Entralgo, según http://www.filosofia.org/ave/001/a411.htm  “vertió a la lengua importantes obras de filosofía marxista-leninista, como la Historia de la Filosofía (История философии, seis volúmenes, 1957-1961) dirigida por Miguel Alejandro Dynnik (Михаил Александрович Дынник, 1896-1971), editada en español por Grijalbo (Historia de la Filosofía, desde la antigüedad hasta nuestros días, México 1960-1962, 7 volúmenes), en versión que firmó junto con Adolfo Sánchez Vázquez, y el Compendio de Historia de la Filosofía (Краткий очерк истории философии, dirigido por Miguel Trifonovich Iovchuk en 1960), a partir de la segunda edición, Moscú 1967 (que publicó Ediciones Pueblos Unidos, Montevideo 1969, 2 tomos). .., estas dos obras las tradujo en Madrid, desde el interiorde la España de FrancoFormó parte de aquel equipo que, mediado el siglo XX, se organizó en la URSS para traducir directamente del ruso al español, junto con Augusto Vidal Roget (1909-1976), Arnaldo Azzati (1913-1986), Lydia Kúper (1914-2011) e Isabel Vicente Esteban (1918-2005), entre otros.”


(3) Leningrado, la San Petersburgo zarista. En la actualidad vuelve de nuevo a llamarse “San Petersburgo”, la segunda ciudad de Rusia después de Moscú.





miércoles, 7 de septiembre de 2016

Narraciones, Antón P. Chéjov(Traducidas por José Laín Entralgo)


Diez son las narraciones que componen la selección de obras de Anton P. Chéjov , editada por Salvat , año 1970Libro 44, de la Colección Biblioteca Básica Salvat de Libros RTV. Prólogo, selección y traducción del ruso por José Laín Entralgo. (1) De las cuales sólo leí las cinco primeras. Cuando estaba leyendo  el tercer relato, “Un asesinato”,  entonces ya,  estuve a punto de interrumpir la lectura  del libro,  porque me desagradaban la sordidez  de ambientes y conflictos planteados, así como de los  personajes descritos. Estos últimos, en su mayoría, seres egoístas, envidiosos, alcoholizados, violentos, fanáticos religiosos,  y  en suma, indolentes ante el dolor ajeno, e incapaces de ponerse en el lugar del otro.  Con la particularidad adicional que los pocos de estos personajes que no se ajustaban a los  sombríos perfiles anteriores,  terminaban perdiendo la razón  o muertos. En fin, desenlaces deprimentes, al menos para mi gusto. Prefiero las historias edificantes y más si tienen un si no feliz, sí esperanzador final.  

Comentaré, pues, las que más me impresionaron, entre las cuales se halla "La sala número Seis", la primera de las citadas diez narraciones que constituyen esta selección. Una novela corta; su protagonista es un médico sin vocación, director desde hace veinte años de un hospital  general de una apartada población. Establecimiento en el que imperan la desidia y la corrupción,  tanto  institucional como funcional,  que cuenta con un pabellón destinado a los enfermos mentales, la Sala 6. Entre los enfermos allí internos destaca  Iván Dmítrich Grómov,  que es definido como "un desordenado revoltijo de cosas viejas, pero no caducas" porque habla y cavila acerca de temas universales  como  son, por ejemplo,  " la vileza humana", " la violencia que pisotea la justicia", " la fe esperanzadora en  una hermosa vida que con el tiempo reinará en la tierra, o “la cerrazón y crueldad de los opresores". Me resultó un bello personaje. Se le describe como un funcionario de juzgados, lector empedernido que lee todo lo que le cae en sus manos, de noble corazón y muy inclinado a favorecer al pobre y desvalido. Ser que de modo brusco vio cambiada su existencia, pasando de bien, cómoda y apacible a la repentina ruina y pérdida de uno de sus seres más próximo y querido. 

El reparto de esta novela se completa con unos personajes, todos, absolutamente todos, muy sórdidos, incluido el propio protagonista, el Doctor Andrei Efímich Raguin. Tanto como la sordidez de sus vidas, y  del  hospital con su pabellón donde están recluidos los enfermos, bajo la custodia del feroz e inhumano Nikita.

 Me resultó una lectura deprimente. Sufres.

Seguidamente copio y pego, algunos de los párrafos dedicados a la semblanza del personaje Iván Dmítrich Grómov, a fin de poder apreciar su belleza espiritual y elevada condición moral:
Hablaba con voz de tenor, alta y apasionada, descontenta e indignada, o con entusiasmo y asombro, y siempre era sincero. Cualquiera que fuese el tema, siempre llegaba a una conclusión: la vida en la ciudad era agobiante y aburrida; la sociedad carecía de intereses elevados; era una vida absurda y oscura en la que los únicos elementos que contribuían a darle variedad eran la violencia, la grosera corrupción y la hipocresía. Los miserables estaban hartos y bien vestidos, mientras que los hombres honrados se alimentaban de migajas. Hacían falta escuelas, un periódico local con una orientación honesta, un teatro, conferencias públicas, cohesión de los intelectuales. En sus juicios sobre la gente empleaba grandes pinceladas de blanco y negro, sin admitir ningún otro matiz: la humanidad se dividía, para él, en honrados y canallas, sin nada intermedio. (...)Su innata delicadeza, su espíritu servicial, su decoro y pureza moral, su raída levita, su aspecto enfermizo y sus desgracias familiares despertaban un sentimiento bueno, cariñoso y triste; además, era culto y había leído mucho, lo creían al tanto de todo y en la ciudad era a modo de un viviente diccionario de consulta. Leía muchísimo. Se pasaba largas horas en el club, acariciándose nervioso la barbita y hojeando revistas y libros; por la cara se veía que no leía, sino que devoraba, sin tiempo casi de masticar. Hay que suponer que la lectura era para él una costumbre morbosa, puesto que se lanzaba con igual avidez sobre todo lo que le venía a mano, hasta sobre periódicos y calendarios de años anteriores. En casa siempre leía tumbado.(…) 

La tercera de las narraciones “Un asesinato”, se desarrolla dentro de un contexto de personajes embrutecidos que actúan arrastrados por sus desenfrenadas pasiones e intereses personales,  o de  religiosidad falsa con estrechos requerimientos morales a los otros mientras que para consigo mismo se es laxo, pero que muy laxo.   Estas últimas características están encarnadas en un personaje de elevada soberbia   que hace una muy particular y compleja  interpretación de los mandatos evangélicos; muy alejada- según creo -  de su simplicidad real ,   que tal como señaló Jesucristo, se sintetizan   en amar a Dios con todo tu corazón y a tu prójimo como a ti mismo, y cuya práctica habitual implica ser  misericordiosos, humildes,  bondadosos  y, en resumen, desear y hacer a los demás lo mismo que  para nosotros.  

La cuarta de las narraciones,”Kashtanka”,  me agradó;  tiene como protagonista a un perro que se pierde y es recogido por un nuevo amo. Persona ésta que quiere  a los animales  y con cariño  les cuida y alimenta, a la vez que los adiestra para utilizarlos  en su negocio.   Una bonita historia que compensa en parte  la sensación angustiosa creada por  la sordidez general de los personajes y los ambientes descritos por las tres primeras historias, “La sala número seis", “Vecinos” y “Un asesinato”.

Tras la lectura de la quinta de las narraciones, “Ladrones”, comprendida dentro de la misma siniestra línea argumental antes citada, decidí por cambiar a otro libro.

 ¡Cuán, puff,  negros , grises y  fríos los cuadros aquí pintados por Chéjov! (2)
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(1)   José Laín Entralgo,  hermano de Pedro Laín Entralgo. Estuvo exiliado en la URSS durante más de veinte años. Regresó en 1957 y se dedicó a la traducción.  Reproduzco(copio y pego ) texto publicado  por  www.avempace.com/file.../2470/JOSÉ+LAÍN+ENTRALGO,+traductor+del+ruso.pdf



José Laín , fundador de las Juventudes Socialistas Unificadas, estudió Derecho en la Universidad de Madrid y se afilió al Partido Comunista durante la guerra. Cuando el 13 de marzo de 1938, entraron en Urrea las tropas navarras del Frente Nacional procedentes de Belchite, al no hallar al “rojo” José Laín, por entonces en el frente de guerra, se enseñaron con su mujer, duramente represaliada, aunque finalmente pudo reunirse en el extranjero con su marido. Los bienes de la familia fueron incautados. Al terminar la guerra, José y su familia se marcharon a Argel y a la U.R.S.S., apartándose cada vez más de la vida política (según se ha escrito, quizá porque iba perdiendo la confianza de los dirigentes comunistas a causa de su hermano Pedro, conocido falangista). Lo cierto es que volvió a España y murió poco después, en 1972 . Pedro y José, como los hermanos Manuel y Antonio Machado, como otras muchas familias españolas de los años treinta y cuarenta, representan perfectamente el drama de una guerra mal llamada “civil” que partió en dos a un país, sembrado de cainismos fratricidas. Los hermanos Laín Entralgo representan también ese anhelo de reencuentro, de amor fraterno nunca roto por las divergencias ideológicas que los separaban. Un ejemplo más de don Pedro y la recta familia en la que nació y con la que vivió en sus primeros años de aprendizaje. *

(2) Ha llamado mi atención que según leí en biografiasyvidas.com, los primeros escritos de Chéjov se caracterizaron por el  tono humorístico. Lo cual me lleva a pensar que he tenido mala suerte, porque de las cinco leídas, ninguna podía encajarse bajo esta denominación. Ni tan siquiera la protagonizada por el perro.  En otra ocasión, D.M.,  retomaré este libro  RTV 44 y leeré  las otras cinco narraciones (Cirugía, El camaleón, La boticaria, Una corista, y Zinochka”) con las que ahora no he querido( o más bien podido) continuar.
                                                         



lunes, 29 de agosto de 2016

Los Bravos, Jesús Fernández Santos,

Los BravosJesús Fernández Santos, libro RTV, 96, Biblioteca Básica Salvat, Salvat Editores-Alianza Editorial, 1971. Prólogo de Carmen Martín Gaite.  Libro que siguió al “Cuaderno Gris”, cuya lectura interrumpí  hacia la página 150, como ya señalé en el comentario que dediqué  a esta obra de Plá.  

“Los Bravos” es una sencilla historia cuya trama argumental nos retrotrae a los años inmediatos al fin de la Guerra Civil  española del 36, y nos sitúa en un paraje de la zona montañosa de León, (*) colindante a la de Asturias. No hay un protagonista único o concreto, porque los son todos los moradores del pequeño pueblo (aldea). Lo que allí se describe o cuenta es la  miseria de muchos. De su pobreza material, pero principalmente,  de espíritu. Mal viven, subsisten… Un mundo, en suma, marcado por la mezquindad, machista, duro y  muy estrecho, tanto como las miras de los seres que lo habitan, que ni tan siquiera les afana la idea de cambiar las cosas. Sólo dos de los miembros de este particular páramo humano presentarán resistencia a vegetar como los demás: el médico, foráneo de superior formación; y, José,  el que lleva el taxi, que aspira a probar fortuna en la gran ciudad, y siempre que ésta le haya bendecido, regresar a su pueblo sólo por vacaciones. El papel de las mujeres  queda relegado  a testimonio de  las duras condiciones  de sus vidas, dedicadas por entero a trabajar, en los menesteres propios del hogar y en el cuidado y atención entregada de los suyos y también en el campo, tal como si de un hombre más se tratase.  La rudeza del páramo humano va en línea con los tan  abruptos como bellos parajes de la montaña leonesa - asturiana descrita en la novela.

Cavilaba yo, pues,  acerca del título “Los bravos” impuesto por el autor a su obra, porque yo  interpretaba “bravos” como sinónimo de  valientes o audaces,  no recordaba – sin embargo - acción o anécdota colectiva de la narración,  que pudiera ser digna de este calificativo en plural.  Y sí una , digna de calificativo bien  contrario. Cavilación que me hubiese ahorrado, si antes hubiese cogido el diccionario y leído todas las  acepciones del  término “bravo”,  entre ellas: “inculto, silvestre”, o “enojados, irritados, enfadados”.  

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(*) Según leí en Wikipedia, Juan, Fernández Santos mantuvo  un vínculo estrecho tanto con el pueblo leonés de Cerulleda, donde había nacido su padre, como con el resto de la provincia leonesa.




viernes, 19 de agosto de 2016

El cuaderno gris, de Josep Plá

El pasado julio empecé a leer “El cuaderno gris”, de Josep  Plá, Unidad Editorial, 1999, Colección Millenium, las 100 joyas del milenio, núm.40,  con prólogo de Carmen Rigalt. Título original en catalán “El quaderm gris”, traducción de Dionisio Ridruejo y Gloria Ros.


Libro de casi seiscientas páginas en el que a modo de diario están plasmados, entre las fechas del  8 de marzo de 1918(1) y el 15 de noviembre de 1920, los  recuerdos y  las particulares impresiones de un muy joven Josep Plá, veintiún años,  sobre diversidad de cuestiones  como la sardana, los ampurdaneses, la lengua catalana, el matrimonio, y un largo etcétera. Pues muchas  y variadas son las materias por él allí abordadas. Juicios expresados a través de narraciones breves sobre sus familiares, paternos y maternos, de sus vecinos y de otros personajes de Palafrugell o  sus cercanías. También ofrece sus evaluaciones sobre obras y/o autores entonces en boga, entre los que  predominan los de origen catalán, o relacionados con Cataluña, como Eugeni D’Ors, Carner, Sagarra, Verdaguer, por citar algunos. Sin olvidar las historietas contadas protagonizadas por algún que otro personaje propio del lugar, y las entrañables descripciones de los hermosos parajes mediterráneos del Bajo Ampurdán (Baix Empordà) en los que Plá tuvo la gracia de nacer y vivir, y, además, vivir bien, dada la buena posición familiar.   Particularmente estas descripciones e historias, son las partes del libro que más me han gustado.  ¡Y mucho!



 Lectura que- no obstante-  decidí interrumpir. Me hallaba entonces en la pág.158, finalizado  el relato del 22 de agosto, que describe los amores entre” la Conxeta”  y “el Martí”, dos jóvenes de familias barcelonesas, veraneantes en Calella de Palafrugell.  Amores que culminaron- según cuenta Plá-  en un formal matrimonio luego de unos cuantos años de relaciones. Historia simple y sosa, utilizada por el  escritor- pienso- para expresar sus particulares ideas  sobre el papel real que a su muy particular modo de ver desempeñan las féminas en las relaciones amorosas. 

Pero esta historieta  a mí  me llevó a la personal reflexión sobre la en demasía particularidad de las opiniones y del limitado contorno del universo descrito por Plá, - al menos hasta aquel momento de mi lectura-    circunscrito a los suyos y a su más inmediato hábitat: Mi familia, mi pueblo,  la camarilla, el médico, el cura… , mi pueblo, Catalunya,  mis lecturas, mi… mis….mío… Un mundo, en suma, para mi gusto, estrecho. Y llegué  a la misma  conclusión que cuando hace ya unos cuantos años atrás, leí dos de sus narraciones cortas (2),  en el sentido que Josep Plá era tan particular como  aquel patio cantado por la vieja canción de corro “El patio de mi casa, pero    que, al fin y al cabo, “cuando llueve  se moja como los demás”.

Más adelante, D.M., continuaré su lectura.

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(1) Fecha en la que Josep Plá cumplía 21   años, entonces  mayoría de edad.

(2) Las dos narraciones son: “Un viaje frustrado” y “Contrabando”, con cuya lectura disfruté mucho y guardo un grato recuerdo.  


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miércoles, 27 de julio de 2016

¿Por qué mienten? / La vegetación del Páramo, de Julián Marías

Julián Marías murió a finales del 2005. Desde aquel entonces tenía  el propósito de leer alguna de sus muchas obras.  Propósito que  mantengo, pero  mis últimas lecturas me han guiado a los dos artículos del epígrafe.
Primero de todo es menester recordar, o más bien refrescar la figura de Julián Marías y lo que representó : Fue un hombre de pensamiento,  un prolífico y erudito escritor español, en cuya larga vida le tocó vivir la Guerra Civil, la dictadura de Franco, y, posteriormente,  la Transición y  restauración democrática. Una larga existencia la de este pensador  católico que se distinguió siempre por su lealtad a sus convicciones, las cuales defendió con firmeza  e independientemente de que éstas fueran contrarias a lo tenido por  políticamente correcto de la época o del momento. De cualquier época y momento,  resalto. Defendió siempre la verdad pura y dura. Ello le hizo un personaje incómodo.  

En su biografía( leída en Wikipedia) hallamos suficientes testimonios que lo acreditan. Detallo algunos de los más significativos:
Nació en Valladolid el 17 de junio de 1914(…) En 1931 obtuvo el título de Bachiller, en Ciencias –con Premio Extraordinario– y en Letras, en el Instituto Cardenal Cisneros. Entre 1931 a 1936 cursó Filosofía y Letras (especialidad de Filosofía) con premio de licenciatura en 1939, en la Universidad Complutense de Madrid, en la cual fue discípulo de Ortega y GassetXavier ZubiriJosé GaosManuel García Morente, etc. (…)Lector precoz, formó una biblioteca que le permitiría, con apenas 26 años, escribir una Historia de la filosofía citando textos originales que tomaba de entre sus libros. Aprendió griego … perfeccionó el alemán (…) Su primera publicación de cierta entidad es su participación en el libro Juventud en el mundo antiguo, editado en 1934 (recogía textos de Marías, Carlos Alonso del Real y Manuel Granell) narrando el crucero universitario que en 1933 realizaron estos estudiantes por el mar Mediterráneo, y en el que también participaron Salvador EspriuEnrique Lafuente FerrariLuis Díez del CorralAntonio Rodríguez Huéscar, etc.). Marías obtuvo la licenciatura en junio de 1936. Un mes después estalló la Guerra Civil. Marías se alistó en las filas republicanas, pero por su miopía no se le destinó al frente, quedando en el servicio de traducción, dados sus conocimientos de francés, alemán e inglés, entre otras lenguas. Durante la guerra, participó en revistas como Hora de España. Tras el desastre del Ebro y la rápida ocupación de Cataluña, Marías apoyó la constitución del Consejo Nacional de Defensa propugnado por quien fue maestro en su Facultad Julián Besteiro, así como por José MiajaCipriano Mera y Segismundo Casado en las páginas del ABC republicano, mediante editoriales que aparecieron sin firma. (…)Acabada la guerra fue supuestamente denunciado por uno de sus mejores amigos, Carlos Alonso del Real. La denuncia fue apoyada por un profesor de arqueología, Julio Martínez Santa-Olalla, y contó con el testimonio del novelista Darío Fernández Flórez. Marías pasó unos meses en la cárcel y pudo haber sido fusilado de no ser por la asimismo supuesta intercesión de Salvador Lissarrague NovoaCamilo José CelaManuel Mindán Manero y la familia de Ortega. Quedó vetado por el régimen de Franco y no pudo obtener el doctorado hasta 1951 (su tesis sobre el padre Gratry, presentada en 1942, había sido suspendida). Como en otros muchos casos se le ofreció integrarse en la Universidad, pero rechazó el ofrecimiento por negarse a jurar los Principios Fundamentales del Movimiento. Tampoco pudo publicar en prensa hasta entrados los años cincuenta, y durante mucho tiempo sobrevivió traduciendo libros … 1941 contrajo matrimonio con Dolores Franco Manera (1912–1977)(…), compañera de Marías en la Facultad de Filosofía y Letras, profesora y escritora. Con ella tuvo cinco hijos (…) y tres hijas(…).En ese mismo año publicó su primer libro: Historia de la filosofía(prologado por Zubiri, y en ediciones posteriores con epílogo póstumo de Ortega), (…)A este libro seguirán más de setenta: Marías, que no pudo cumplir su vocación de maestro en España, se volcó en la escritura para suplir esta carencia (…)Católico practicante, Marías participó en las sesiones del Concilio Vaticano II. En 1982 pasó a formar parte del Consejo Internacional Pontificio para la Cultura, creado por Juan Pablo II.(…)Falleció en Madrid el 15 de diciembre de 2005, a la edad de 91 años. El 5 de abril de 2011 se le concedió la distinción a título póstumo de Hijo Adoptivo de la ciudad de Soria, ciudad donde transcurrieron sus últimos veranos y que permaneció presente en los recuerdos del filósofo: «En ella se puede asistir a lo que está pasando en España y gran parte del mundo; y se puede prever lo que podría ser el porvenir si no se renuncia a lo que es inexorablemente la vida humana».

 Fue  autor de numerosos libros, ensayos y artículos periodísticos.  Uno de ellos, “¿Por qué mienten?(ABC, 16-enero-1997), al que tuve acceso a través de la página web aquí enlazada  conoZe.com_Julián Marías.html.,  me llevó a la  lectura de otro artículo suyo  de fecha anterior, sobre la misma temática, titulado ”La vegetación del  páramo”, publicado en 1976, en los periódicos La Vanguardia y El País.  
La idea defendida  por Julián Marías en estos dos escritos  es  que durante el franquismo hubo una buena y extensa producción literaria, iniciada en los primeros años de la dictadura, con espléndida representación.  Argumento  de  fácil demostración con sólo enumerar a los autores junto a sus  respectivas obras en dicho periodo ( 1940 al 1975).  Esta evidencia, no obstante,  se niega, y con mayor énfasis –señala Marías-  desde el año 1956. A partir de entonces, de modo creciente,  ante la pasividad de los muchos, unos por ignorancia y otros con plena conciencia, la falsedad  no sólo se instala, sino que de modo pertinaz y contundente se promueve.
 A pesar de reproducir (copiar y pegar), seguidamente, algunos de los párrafos que entiendo más significativos de los dos trabajos ya citados del insigne filósofo  español,   recomiendo, encarecidamente, su lectura íntegra. Ambos artículos son reproducidos en el blog “Desde mi barricada, Letras Hispánicas, http://barricadaletrahispanic.blogspot.com.es/2012/04/la-vegetacion-del-paramo-julian-marias.html.
Empiezo por el más antiguo, “La vegetación del páramo” ,1976, que resalto fue publicado pocos meses después de la muerte del dictador, en su cama, un 20 de noviembre de 1975.
 “Se trata —no hay que decirlo— del famoso “páramo cultural” español de los últimos decenios. La imagen ha sido moneda corriente desde poco después de la guerra civil. Primero circuló fuera de España; se suponía que en ella no quedaban más que “curas y militares”, y ni rastro de vida intelectual, refugiada en la emigración (…) ¿Cómo es posible que pueda usarse —y prosperar— la imagen del “páramo”? Los jóvenes tienen ante los ojos, sobre todo, las instituciones en las cuales estudian, a las cuales tienen acceso (…) Se les ha dicho además, incansablemente, que no han tenido maestros( … )Se ha tratado de inculcar en sus mentes la idea de que solo en los últimos años —a lo sumo desde 1956— ha habido intentos de resistencia a la falta de libertad, de afirmación de las opiniones discrepantes, de ejercicio de la inteligencia. (…) Todo lo anterior —y, en definitiva, todo durante cuarenta años— ha sido el páramo intelectual de España .La verdad ha sido muy distinta. (…) voy a limitarme a recordar algunos hechos, algunos datos, todos ellos anteriores a la muerte de Ortega a fines de 1955, es decir, en el apogeo del supuesto “páramo”. La guerra civil —en ambas zonas— significó la ruptura de la continuidad, la casi total extinción de la vida intelectual, el dominio de la propaganda, la persecución de la verdad, el triunfo del partidismo. Sin embargo, en la zona republicana, en Valencia y luego en Barcelona, se publicó la revista mensual Hora de España, (…) La noble pluma de Antonio Machado honraba todos los números de la revista, y a su sombra colaboramos muchos que no hemos tenido nunca que avergonzarnos ni arrepentirnos de lo que allí escribimos. No sé si en la otra zona hubo algo comparable —no ha llegado a mi noticia—, pero hay que hacer constar que, terminada la guerra, desde 1940 y durante los dos años de dirección de Dionisio Ridruejo y Pedro Laín Entralgo, Escorial significó un esfuerzo de reanudación de la convivencia intelectual y de los derechos de su ejercicio. Y, en forma ya más independiente, no se olvide lo que fue Leonardo en Barcelona, y desde 1946 Ínsula en Madrid (…). Tres son los elementos que pueden distinguirse en los años posteriores a la guerra: 1) La exclusión de los disidentes por el Estado y las fuerzas políticas que lo respaldaban, su recuperación por el resto de la sociedad. 2) La reanudación de la continuidad intelectual por parte de los grandes escritores. 3) La aparición de otros nuevos, de las generaciones posteriores a la guerra. Tan pronto como fue posible, (…) se empezó a hablar de los escritores emigrados. Mientras la censura proscribía sus obras (…), Ínsula fue el órgano principal de su difusión y comentario. En el Diccionario de Literatura Española de la Revista de Occidente (1949) hablé de Alberti, García Lorca, Salinas, Guillén, Antonio Machado, Azaña, Gómez de la Serna, Casona, José Gaos, y allí aparecían igualmente otros muchos, sin otro criterio que la calidad y la información disponible. Los grandes autores de la generación del 98, de las dos siguientes, empezaron muy pronto a escribir, y una parte esencial de su obra corresponde a los años que estoy recordando. Menéndez Pidal publica Los Españoles en la historia y Los españoles en la literatura —tan independientes, tan contracorriente, que tanto rencor oficial provocaron—; …. Azorín, Españoles en París, Pensando en España, (…). Baroja, en los mismos años, publica sus memorias, (…)Los títulos de Ortega se suceden: Historia como sistema, Ideas y creencias, (… )Zubiri publica Naturaleza, Historia, Dios; Morente, Lecciones preliminares de filosofía y Ensayos; Dámaso Alonso, La poesía de San Juan de la Cruz, (…). García Gómez, después de las Qasidas de Andalucía, (…). Vicente Aleixandre, nada menos que Sombra del Paraíso(…). Gerardo Diego, Alondra de verdad y otros libros de poesía. Miguel Mihura estrena en colaboración Ni pobre ni rico sino todo lo contrario (…). José López Rubio, Alberto, Celos del aire, (…). Fernando Vela publica El grano de pimienta, Circunstancias, Los Estados Unidos entran en la historia. Marañón da una larga serie de libros admirables: Ensayos liberales, (…).¿Y los nuevos? (…), hasta 1941 no empieza ese nuevo brote de pensamiento, narración o poesía. Casi toda la obra poética de Gabriel Celaya es de ese periodo(…). Casi lo mismo podría decirse de Luis Rosales: después de Abril, anterior a la guerra, (…) De Dionisio Ridruejo (…). La obra de Leopoldo Panero, José Luis Hidalgo, Carlos Bousoño, Eugenio de Nora, Blas de Otero, se condensa o al menos se inicia y madura en estos años. Zunzunegui, anterior a la guerra, publica con fecundidad tras ella (…). Pero es Camilo José Cela el que inicia la novela de su generación, a fines de 1942: La familia de Pascual Duarte; (…). Y tras él Ignacio Agustí (*)con Mariona Rebull y El viudo Ríus. Carmen Laforet con Nada. Gironella con La marea y Los cipreses creen en Dios. Miguel Delibes con La sombra del ciprés es alargada, (…). Todavía en ese plazo empiezan a aparecer cuentos de Ignacio Aldecoa (…) del economista y novelista José Luis Sampedro; y Gonzalo Torrente; y el comienzo de la obra teatral de Buero Vallejo, desde Historia de una escalera hasta Irene o el tesoro. ¿Cómo olvidar la obra ingente de Pedro Laín Entralgo, …Menéndez Pelayo, … Enrique Lafuente Ferrari da … ¿Y los innumerables libros de Camón, Juan Antonio Gaya Nuño, Sánchez Cantón, Angulo, María Luisa Caturla, María Elena Gómez Moreno? Añádase la obra de Fernando Chueca, … los estudios de geografía social de Manuel de Terán, los ensayos de patología psicosomática y psicología de Juan Rof Carbalo, y tantas obras originales. Los libros de historia de las ideas de Antonio Tovar, Luis Díez del Corral, José A. Maravall, Enrique Gómez Arboleya, Lapesa, Blecua, Díaz-Plaja… Y la aparición un poco tardía de Aranguren. Y no puedo omitir mi nombre, porque, si no me equivoco, mi Historia de la Filosofía (enero de 1941) fue el primer libro nuevo de autor nuevo, que invocaba la tradición filosófica española anterior a la guerra para seguir adelante con otros libro: …Repare el lector en que esto es una fracción de http://barricadaletrahispanic.blogspot.com.es/2012/04/por-que-mienten-julian-marias.htmllo que se ha publicado en España después de la guerra civil y hasta 1955.
“Reconozco que tengo una aguda sensibilidad para la mentira. (…)me deprime y entristece. Por desgracia, su frecuencia es inquietante, y en personas individuales o grupos ha adquirido un carácter que se podría llamar "profesional": se puede contar con la mentira con la seguridad de que no falte.
La historia es objeto preferente de esa operación…La voluntad de mentir se concentra especialmente en la presentación del pasado cercano y del presente, sobre todo en sus dimensiones intelectuales, culturales en general. Casi todo el mundo considera necesario decir que España, durante cerca de medio siglo –o más– ha sido un desierto, y se ha acuñado la expresión "páramo cultural". Hace veinte años escribí un largo artículo titulado "La vegetación del páramo" (..). Era un recuento fragmentario, sin rebuscas ni propósito exhaustivo, de lo que se había hecho, en medio de grandes dificultades, en esos quince años. Resultaba una larguísima lista, impresionante, de "libros libres", fruto de vocaciones admirables; se veía la continuidad, no interrumpida, de los autores existentes antes del feroz corte de la guerra, y la aparición de promociones nuevas, de sorprendente fecundidad, y en la mayoría de los casos, capaces de innovación e independencia. La vegetación del páramo, concluía yo, es bastante frondosa.…, cada vez que se habla de lo que ha sido la realidad cultural de España después de la guerra civil, se acumulan las mentiras más evidentes, más contrarias a la irrefragable realidad(…)
¿Por qué lo hacen? Tengo una irrefrenable propensión a intentar entender. Hay que distinguir de edades o generaciones. Los jóvenes –y en esta categoría, para estos efectos, son los que no han llegado a los cincuenta años– mienten, diríamos, en nombre de otros. Su motivo principal es la ignorancia: no saben nada, aceptan pasivamente lo que les han dicho y lo repiten como cosa propia.
Hay un curioso grupo, formado por los que empezaron a actuar hacia 1956 –fecha muy significativa–. Tuvieron, ya desde entonces, la voluntad de dar por nulo todo lo que se había hecho antes –es decir, todo lo que se enumeraba en el artículo de que hablo–, para dar la impresión de que con ellos, y sólo con ellos, se iniciaba una resistencia a las presiones oficiales y un intento de independencia.
Finalmente, los decididamente mayores, los que vivieron y escribieron en ese ya lejano periodo, con frecuencia se pliegan a las presiones dominantes, temen ser acusados de complacencia con ellas si afirman y valoran lo que muchos hicieron precisamente para no aceptarlas, pagando por ello el precio necesario. Algunos tuvieron en efecto esa complacencia para buscar una vida más fácil, lo que al fin y al cabo es humano; otros no. Todos contribuyeron a que no se rompiera la continuidad de una cultura que data ya de un siglo largo –y me refiero a la que es "actual", no a la dilatadísima que constituye el patrimonio milenario de todos los que hablan español a ambos lados del Atlántico–.En España, desde hace veinte años, han sucedido muchas cosas, buenas y malas, con evidente predominio de las buenas…. Lo que sigue faltando, y me preocupa extraordinariamente, es el triunfo de la veracidad. La verdad fue, como en todas las guerras, la primera víctima en 1936. Una crisis previa de la veracidad fue la causa últimamente decisiva de la discordia que llevó a la guerra civil; se buscan las causas de su origen, y rarísima vez se piensa en esta. La verdad fue evitada, perseguida durante los decenios siguientes, por el partidismo, la obsesiva politización de los que mantenían su versión interesada de las cosas y los que aspiraban a sustituirla por otra opuesta pero igualmente tendenciosa y deformadora. Esto es comprensible, pero ¿lo es la perduración de tales actitudes cuando se ha cancelado lo que de siniestro ha tenido una larga época, cuando se puede decir la verdad? Es gravísimo que no se haga, que no se quiera usar la libertad para lo que debe ser su finalidad primaria. (…)mentir descalifica al que lo hace, y debe tener la consecuencia inmediata de su desprestigio. Cuando alguien lo hace, los que lo saben deben tomar nota y obrar en consecuencia. Hay que tener en claro a quién se puede estimar, en quién se puede confiar. (…) La proporción es variable según las edades y las regiones españolas, pero el peligro es muy amplio.
Con diversos pretextos, hay gentes dedicadas a lo que llamo la "calumnia de España". Ningún pretexto me parece aceptable para ello; no sólo en nombre de España, sino, todavía antes, en nombre de la verdad. Julián Marías ABC, 16 enero 1997





22 de agosto de 2016: Enlazo con artículo de Julián Marías, publicado por “Labotellademar.com”, Buenos Aires(Argentina), titulado “EL PODER CORRUPTOR DE LA MENTIRA  IMPUNE”, cuyo contenido me parece muy oportuno para los tiempos que nos ha tocado vivir. Tras su lectura reflexiono sobre el gran conocimiento del alma humana del universal escritor. Aquí van unas aseveraciones suyas recogidas en el citado artículo:

“(...) En la actualidad la mentira es demasiado frecuente y demasiado inquietante. No me refiero a los errores, …, sino a la falsedad deliberada, buscada, difundida con grandes recursos, lo cual puede producir una intoxicación de la sociedad, una especie de septicemia que puede poner en peligro la salud colectiva. Se miente a sabiendas, como un programa, como un arma que es sin duda desleal y muy peligrosa. La enorme difusión y la eficacia de los medios de comunicación permiten que el cuerpo social quede contaminado por la mentira.” 

¡Qué verdad, verdad! ¡Una gran verdad!





viernes, 22 de julio de 2016

Soldados de Salamina, (2)(*) ( Personajes y "Fin" )


(*) Por estas mismas fechas, hace un año, decidí sacar del archivo, donde los conservaba, los comentarios realizados por mí en el 2005, acerca de este libro. Publiqué uno y prometí –como en tantas otras ocasiones- continuar. No lo hice. Hoy espero cumplir lo prometido.

http://silvialeyendo.blogspot.com.es/2015/07/soldados-de-salamina-javier-cercas-i.html

"Soldados de Salamina se refiere a la batalla de Salamina que tuvo lugar en el año 480 a.C. 50 años más tarde Heródoto, padre de la historiografía, escribió sobre la batalla, en su obra Historiare con la intención de que no se perdiera la verdad de los hechos"


Este comentario lo dedicaré a los personajes, pero no sé por cuál empezar ya que los hay de “todos los colores”, como los campos en primavera que cantaba Joan Baez . Lo que quiero decir  es que algunos de los personajes son reales y otros ficticios. Pero también hay una serie de personajes que denominaré, “para- reales”, o sea, con apariencia de reales, como el Javier Cercas, el escritor frustrado y periodista deprimido que narra la novela, quien asemejándose en el nombre, profesión, trabajo,  y la narración  en primera persona, etc.,  no se debe  confundir con el escritor y autor de la novela, es decir, con el propio Javier Cercas Mena. Error en el que es  fácil caer si nuestras pesquisas sobre el creador del libro se ciñen a la lectura de la sinopsis de la contraportada. 

Empezaré por el personaje de la amante-pitonisa y sus vulgaridades, ficticio o real, da lo mismo, me ha parecido un pobre recurso que nada aporta al realismo del relato, salvo darle esas notas de sexo que parece son imprescindibles en la literatura (no sé si llamarla así) actual.

Del asturiano
Indalecio Prieto, personaje real e histórico,  transcribo los datos hallados en el Pequeño Espasa, 1988:
Político español (Oviedo 1883-Méjico, 1962).Fue director de El Liberal de Bilbao. Encabezó el ala centrista del partido socialista; tras la proclamación de la II República, fue ministro de Hacienda y Obras Públicas con Azaña (1931-33) y, durante la guerra civil, de Marina y Aire con Largo Caballero (1936-37) y de Defensa con Negrín (1937-38). Destituido por su anticomunismo, se exilió a Méjico (1938).”

Para ampliar información sobre tan relevante figura en la historia contemporánea española, detallo enlace con biografíasyvidas.com:

 

Líster Forján (Enrique):

“Militar y político español (n.Ameneiro, 1907). Durante la guerra civil participó en la defensa de Madrid, como comandante del V Regimiento. Terminada la guerra se exilió a Moscú. En 1971 fundó el Partido Comunista Obrero Español. Regresó del exilio en 1977.”


Primo de Rivera (José Antonio). 
Abogado y político español, hijo de Miguel(Madrid 1903-Alicante, 1936).Fundador de Falange Española(v)- Teatro de la Comedia, Madrid 1933 -, con la unificación de ésta con las J.O.N.S., dirigidas por Onésimo Redondo en Valladolid y Ramiro Ledesma en Madrid, pasó a ocupar la jefatura única del partido(1934). Tras el triunfo del Frente Popular en las elecciones de febrero 1936, fue detenido en unos enfrentamientos entre grupos de extrema derecha y extrema izquierda, y trasladado a la prisión de Alicante, donde fue juzgado por un tribunal popular, condenado a muerte y fusilado (20 de noviembre).”
Escritor español (Madrid, 1894-id.,1966) . Autor de poesías de estilo clásico y novelas. Vida nueva de Pedrito de Andía, Luces de boda y Rosa Krüger, publicada 1984.”


Estas reseñas biográficas, aunque breves y simplistas, ofrecen, según creo, información suficiente para darnos a comprender quién fue y lo que significó en su momento el personaje histórico del que hablamos. Recomiendo, no obstante, leer las biografías de estos personajes detalladas en biografíasyvidas.com, y su comparación con las de otras fuentes, cuyos enlaces también facilito. Después de ambas lecturas puede que se recuerde aquella frase “todo es del color del cristal con que se mire”, y, consiguientemente, se reflexione sobre lo difícil que resulta conocer la “verdad”, “la verdad pura y dura”. En algunos casos ¡cuán dura!
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Antes de continuar exponiendo mis particulares consideraciones sobre el libro de Cercas, intercalo,  mi comentario titulado “ El trato de Francia a los exiliados pobres españoles”, publicado en silvialeyendoperiodicos.blogstop.com, en relación a la poca novedad de la historia contada por el personaje Miralles en Soldados de Salamina: 

“En el artículo leído en Minuto Digital acerca del trato dado por Francia a los exiliados españoles se argumenta que "a partir de 1939, el Gobierno y el pueblo franceses trataron a los españoles de izquierdas como apestados" y para apoyar la veracidad de tan grave afirmación reproduce diversas frases del libro "Un exiliado de tercera. En París durante la Segunda Guerra Mundial"(El Acantilado,2004), escrito por Carles Fontseré, un dibujante catalanista que escapó a Francia en el invierno de 1939.

Mientras leía, me pareció conocido el contenido de algunas de aquellas frases, como si ya las hubiese leído, aunque tenía la seguridad de que tanto Fontseré como su libro me eran desconocidos. Más tarde recordé las historias muy parecidas contadas por Miralles, personaje real y también soldado republicano, catalán y comunista, que huye a Francia, según nos narra Cercas en su obra "Soldados de Salamina" (Tusquets 2001). En esas historias (pásgs.156-160), Miralles habla de los campos de concentración, así llamados, dice, "pero no eran más que morideros", y de cómo hubo de engancharse "voluntario" en la Legión Extranjera para salir de aquel horror.  También habla de Leclerc el general francés que comandaba la Nueve, y que fueron españoles y africanos los primeros que entraron en París conduciendo los carros de guerra.

En el libro de Fontseré se denuncia la discriminación y el trato denigrante que Francia dio al colectivo de exiliados pobres españoles, promovidos desde las más altas instancias políticas que entonces gobernaban Francia. Hechos y circunstancias que ni entonces ni luego han sido denunciados, criticados, y aún menos, exigido responsabilidades. Hubo un pacto de silencio - señala Fontseré - porque los primeros que se desentendieron de los exiliados pobres fueron las propias figuras españolas importantes en el exilio, tales como Negrín, Companys, Picasso y Pau Cassals. (Fuerte aseveración, ¿no?)

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A modo de colofón quiero expresar la extraña sensación que tengo sobre este libro; pues son muchos los interrogantes planteados, entre ellos si pudiera ser producto de un encargo,  pero y principalmente el porqué del ensañamiento con Sánchez Maza.

He releído las páginas 126 a la 140. Aparte de los largos discursos con alusiones y retórica diversa, en el que se mezclan hechos, frases y anécdotas contados por otros nombres conocidos como Trapiello, Sentís, Foxá, etc., con las suposiciones, opiniones y juicios sesgados del propio autor, - de lectura espesa y en franco contraste con la claridad y agilidad narrativa mostrados en las primeras y últimas páginas de la obra - , la figura de Sánchez Maza queda en todos los planos, incluido el privado y familiar, “hecha unos zorros”. No se le ha concedido el menor resquicio de valor, honor ni honestidad. Según Cercas era cobarde, hipócrita, adulador, escritor inferior a su propio talento, soberbio, y…en fin, de todo, menos bonito y nunca bueno.


El libro, en resumen, me decepcionó. 


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27 de julio de 2016: Con el fin de pasar  página en torno a este libro, seguidamente, me remito(enlazo) a tres entradas de blog, de Peio H.Rio, sección cultural de elconfidencial.com que conservaba archivadas,  pues como  decía(escribí) el 25.7.2016,  tras la lectura del libro de Cercas me asaltaron una serie de preguntas. Preguntas que me afané en hallar respuestas; y por ello, cuando  decidí publicar los comentarios que tenía guardados, busqué información sobre el autor, y hallé las referidas  entradas del blog (“Animales de Compañía).

La titulada curiosamenteNo hay más preguntas, señor Cercas” me llevó a las sendas entrevistas publicadas en el mismo espacio, una de ellas en junio del 2013, con el propio Javier Cercas. Y la otra, para mí de mayor calado, con Luisa Elena Delgado, filóloga, profesora de literatura española, teoría cultural y estudios de género en la Universidad de Illinios (EEUU). 

En resumen, que a otros y además expertos y conocedores del tinglado que es hoy el mundo editorial y literario, el libro en cuestión despertó recelos en cuanto objetividad e incluso, especialmente, en el "No hay más preguntas, señor Cercas", el firmante sugiere cosas superiores. A efectos de contraste de pareceres más adelante transcribo algunos de los párrafos para mí más sugerentes en este sentido. Pero, antes quiero dejar constancia de mi extrañeza por la tardanza del crítico Peio H.Rio a través de las preguntas elevadas al autor del libro "Soldados de Salamina", pues la novela fue publicada en los primeros años del 2000, seguida de una popular película del mismo nombre,  y la fecha de la entrada tantas veces por mí citada es del verano de 2015. Luego... ( ¿?  )  Dice el dicho que por la boca muere el pez.


"El veto comercial impidió que El Confidencial pudiera sentarse, como ha hecho otras veces, con Javier Cercas y cumplir con su oficio, informar. No promocionar. Estas son algunas de las preguntas que nos hubiera gustado poder hacer al autor de El impostor. Cercas sí pudo interrogar a su impostor, Enric Marco, para escribir este libro y descifrar la trampa que había ejecutado, como si de una novela se tratara.   
Si las respuestas no dan novelas y las novelas no dan respuestas, ¿ha encontrado usted en sus novelas el recurso para ir alterando su conciencia y su discurso público? ¿Se dice alternando o alterando? Ha encontrado el recurso de preguntar reiteradamente las mismas cuestiones para ir abriendo puertas sin cerrarlas, ¿no dar respuesta significa no comprometerse con lo escrito? ¿Los novelistas no tienen límite sobre sus mentiras? ¿Reivindicar una novela sin límites le permite escapar de las críticas? ¿Sirve para algo la honestidad en la narrativa? ¿Qué diferencia hay entre la novela que ha escrito y los artículos de opinión que publica cada fin de semana?

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