miércoles, 9 de septiembre de 2020

El Cuarto Mandamiento, Booth Tarkington

 El Cuarto Mandamiento,(*) Booth Tarkington. Premio Pulitzer. Ediciones G.P. 1956. Colección Libros Plaza. Título original “The Magnificent  Ambersons”. Versión castellana de Fernando Santos. Portada de Chaco.

Hace ya unos cuantos años la leí por primera vez.

La traducción literal del título original “The Magnificent Ambersons” es “Los Magníficos Ambersons”. Leí en Wikipedia que  en Argentina, México y Venezuela  la versión castellana corre bajo el título de “Soberbia”.  Cualquiera de los tres títulos, pienso,  es ajustable  a  describir la trama argumental. Pues  los conflictos aquí desarrollados son consecuencia de la acción de seres mal educados, criados en la mayor indolencia, sin obligaciones ni exigencia alguna por parte de sus mayores en cuanto a conducta ni a nada. Haciendo lo que les ha venido en gana, y sin contar para nada  los demás, su prójimo,  ni sus necesidades, ni sus aspiraciones, sus ideas, sus éxitos, y aún menos sus sentimientos. Son, en suma, enormes sacos de egoísmo, hechos a mano  y caseros.   

Esta cuestión trascendental de la mala educación y en modo especial la de un niño rico,  de eterna vigencia a todo lo largo y ancho de este mundo, constituye la trama argumental  de la novela con el protagonismo de una  familia pudiente, los Amberson. De  fortuna no muy antigua, creada por el patriarca fundador, el abuelo Amberson, en 1876 con la  compra de unas cuantas acres de terrenos que urbanizó y  cuyos solares vendió a buen precio, reservándose unas céntricas hectáreas en las que edificó una soberbia mansión.

El escenario es una ciudad del Midland de los Estados Unidos, en los albores del  XX. Ciudad que inicia una etapa de progreso y expansión,  coincidiendo  con el auge  de la entonces naciente industria automovilística. Actividad que dará paso a una nueva clase de ricos, los fabricantes de coches de motores de explosión.

Georgie(Jorgito), hijo ,sobrino y nieto único de los opulentos Amberson es el eje vertebrador de esta aleccionadora novela.  En la que el “Amor” , así con mayúscula, pone el punto final.

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(*)The Magnificent Ambersons (Los magníficos Amberson); ​ en Argentina y en Venezuela, Soberbia; ​ en España, “El cuarto mandamiento”.​ Escrita en 1918 y premio Pulitzer de Literatura año 1919. Llevada al cine, en 1942.  Película dirigida por Orson Welles .

En 1972 y 1982; apareció respectivamente en octavo y séptimo lugar de la lista de “ Sight & Sound de las diez mejores películas de todos los tiempos.

​ En 1991, la película fue considerada «cultural, histórica y estéticamente significativa» por la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos y seleccionada para su preservación en el National Film Registry.

 

viernes, 4 de septiembre de 2020

“Zalacaín el Aventurero”, de Pío Baroja.

 “Zalacaín el Aventurero”.  Historias de las buenas andanzas y fortuna de Martín Zalacaín de Urbía.(*) Pío Baroja. Espasa-Calpe, decimoquinta edición, 1982. Colección Austral, nº 346.

Segunda lectura.(**)¡ Libro precioso!  La primera vez me gustó,  y la segunda me encantó.

Tal como nos sugiere el título, la novela versa sobre los periplos de Martín Zalacaín, un mozalbete vasco,  cuando la última de las Guerras Carlistas en el  último tercio del siglo XIX, durante la I República Española.

Un muy  singular sujeto este mozuelo vasco, un aldeano sin recursos que desde muy chiquito demostró la particularidad de su temperamento, en el que  llevaba inscritas en su ADN la astucia, la lealtad y el coraje, características que a lo largo de toda su vida le distinguirían. Parecidas a las de su tío abuelo, Tellagorri, un espíritu libre que no conoce ataduras, el cual le enseñará  a vivir bajo sus mismas pautas de conducta. Y quien vé en su sobrino nieto su continuación.

Martín es un contrabandista. Este es su negocio. De Francia a España y  de España a Francia, por la zona rural del PaísVasco, corriendo por los montes y caseríos a uno y otro lado del Bidasoa, junto con su cuñado, un vasco-francés. Su lengua es la vasca, pero también hablan el castellano y el francés, las otras dos lenguas usadas por aquellas gentes.

Las aventuras relatadas son aventuras de guerrillas y de guerras. Tiempos como dice la linda habanera,"El meu avi", “de perfidias y de traición” . Fue un Panchito López, que vivió como un ciclón.

El personaje me ha parecido muy hermoso, tan hermoso como los paisajes y entornos descritos en esta obra correspondientes  a las provincias vascas, a Navarra y al País Vasco Francés.

¡Una gozada de libro!

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(*)Pertenece a la tetralogía «Tierra vasca», en la que también se incluyen La casa de Aitzgorri (1900), El mayorazgo de Labraz (1903) y La leyenda de Jaun de Alzate (1922).

(**) Mi primera lectura fue en una edición de la Colección Millenium, Las 100 joyas del milenio, editada por Unidad Editorial, periódico El Mundo.

martes, 1 de septiembre de 2020

Rojo y Negro, Stendhal

 Rojo y NegroStendhal (Henri Beyle). Sociedad General Española de Librería, Madrid 1982. Colección “Clásicos universales”. Edición, introducción y notas de Francisco Javier Hernández. Traducción: Emma Calatayud.

Edición crítica a cargo del profesor Francisco Javier Hernández. Un concienzudo estudio sobre Stendhal, su trayectoria vital, su obra en general y  de esta novela histórica en particular, en la que el autor reflejó muchas de sus vivencias propias, personajes y hechos reales de la época.

Ha sido  una segunda lectura. Lo leí ya hace unos años. (1) Entonces  no me gustó. Su protagonista, Julián Sorel, me desagradó. Un ególatra consumado de ambición ilimitada cuyo objetivo vital era subir en la escala social y obtener privilegios y fortuna personal. ¡Qué envidia tenía a todos los poderosos y ricos que le rodeaban! Pero principalmente no me gustó su actitud hacia las mujeres. En fin, un personaje odioso.  

El resultado fue que soslayé lo fundamental de esta novela, su valor  testimonial, ser reflejo  del modus vivendi de las pretendidas clases superiores  de  la sociedad francesa, tanto la de provincias como la parisina. O como bien dice el dicho: “Los árboles no me dejaron ver el bosque”. Un bosque rico en hechos históricos concernientes a la Francia  de  la Restauración Borbónica tras la caída del Imperio Napoleónico. La Francia que ha pasado, tras  sucesivas etapas (Revolución, Terror, e Imperio) del Antiguo (monarquía absoluta) al Nuevo Régimen (soberanía popular). Tiempos convulsivos y hasta sangrientos, en los que unos subían mientras  otros bajaban en la escala social, unos asesinaban y otros eran asesinados, unos se empobrecían y otros se enriquecían, unos huían y marchaban  al exilio y otros regresaban…Pero, en definitiva, la sociedad francesa seguía dividida en clases y los ricos y poderosos continuaban con su saco de privilegios y sus vidas transcurriendo de maneras y modos bien diferentes y muy lejanos  a las de la mayoría de las gentes, es decir, el pueblo llano. Antes: aristocracia y pueblo llano, después aristocracia, burgueses y pueblo llano.

Pero vayamos al comentario. La novela consta de dos partes o libros. En el primero  se ofrece, con multiplicidad de detalles,  el mundo de la élite de provincia. En la obra escenificado en Verrières y Bezançon, ciudades  del Franco Condado, al este del país, colindando con Suiza. Las autoridades locales son  la  nueva élite, los nuevos ricos; en su mayoría seres codiciosos y corruptos, especialmente desde una perspectiva moral, de orígenes tan oscuros como sus fortunas. Funcionarios, comerciantes y propietarios rurales, de riquezas recientes de las cuales hacen ostentación y cuyo lema es el “tanto tienes tanto vales”. Les encanta aparentar.  Un mezquino panorama humano. Un  mundo estrecho y hasta insoportable, pese a la belleza del entorno natural que lo rodea.

En esta parte también se muestra la atmosfera, la llamaremos así,  de un  seminario de la Francia del XIX. Cuyos pupilos son, mayoritariamente, aldeanos pobres sin vocación  que” ven en el estado eclesiástico una larga continuación a esa dicha: comer bien y tener un traje que les caliente en invierno” (pág.198) Individuos limitados, de pobreza material pero, mayormente, espiritual. En palabras de Stendhal “seres toscos, no muy seguros de entender las palabras latinas que repetían una y otra vez a lo largo del día (…) y preferían ganarse el pan mascullando palabras latinas a tener que hacerlo cavando  en la tierra” (pág.192). De cuyo conjunto sólo un tercio estaba atraído por una vocación sincera. Siendo la hipocresía, las envidias, la delación y el espionaje actitudes generalizadas, mientras que la excelencia en el aprendizaje de dogma, de historia eclesiástica, etc. que se seguían en el seminario era un pecado espléndido (pág. 192). Y el que de ellos, los seminaristas, tuviera espíritu crítico  bien hacía en disimularlos, porque esta característica  era imperdonable. Ése, pobre, allí, en el seminario, sólo alcanzaría  antipatías, rechazo generalizado y marginación.

Según el cuadro dibujado por Stendhal en su novela, la estrechez de miras no quedaba circunscrito tan solo a los seminaristas, también entre los padres que regentaban el centro se daban serios conflictos e intrigas, que estaban divididos entre jansenistas y jesuitas; y sus luchas eran terribles.

 A todo lo largo de la obra salen muchos sacerdotes , de categorías distintas en la Iglesia, siendo dignos de citar por su ejemplaridad , el padre Chélan, el preceptor, si así se puede llamar, de Julián Sorel. Él le enseñó Latín y le facilitó lo pocos libros que le iniciaron en el maravilloso mundo de la lectura. Un piadoso hombre de Dios, que vela por los pobres y necesitados, busca la justicia social  y vive en pobreza. Y el Padre Pirard, un jansenista, director del Seminario. Los dos guiarán por  buen camino y ayudaran a Sorel, confiados en la falsa vocación del joven.

Un, pienso, muy triste cuadro el pintado por el escritor francés en relación a la conducta nada cristiana de muchos de los personajes eclesiásticos que aparecen en la novela, ocupados y  entretenidos en intereses  mundanos y en sus luchas  por el poder político y la colocación de amigos y deudos en puestos de privilegio . Y olvidados de su función principal de llevar a los hombres el mensaje evangélico para la salvación de las almas.

 

En la segunda parte del libro, el escenario principal es París. El París de la clase rica. La de aristócratas retornados del exilio, alto clero, pares, y militares de rango, con sus espléndidos palacetes dotados de amplios y numerosos salones y estancias en los que el lujo y la riqueza muestran la magnificencia de sus dueños. Son los que mandan y están convencidos de su superioridad.  Superioridad por el hecho del linaje familiar. Duques, condes, marqueses, obispos,…en su mayoría gentes ociosas de doblez  moral, que sólo persiguen aumentar sus fortunas y rango social. Mundo diametralmente distinto al otro, al de Verrières y Bezançon. Allí unos rústicos, aquí unos opulentos sofisticados, convencidos de su superioridad sobre el resto. ¡Unos fatuos!

Muchos son los personajes intervinientes en esta novela, pero sólo comentaré tres. Y empezaré por el protagonista, Julián Sorel. Ya dije que no me agradaba. Según explica el profesor Hernández en su introducción, el autor, Stendhal se identifica con él en unos cuantos aspectos. (¡¡¡!!!)

Sorel es un individuo ambicioso, racional e hipócrita. Odia a los suyos, a su padre y hermanos, y a todos los que tienen lo que el desearía tener: nobleza de cuna, dinero y poder. No hubo un enamoramiento pasional hacia ninguna de sus dos amantes, sino que estas mujeres eran de clase muy superior a la suya. Del mismo modo que abraza la sotana para hacer carrera, cuando su inclinación primera fuera seguir carrera militar. Tiene como cualidad excepcional una espléndida memoria que le permite reproducir literalmente en latín, la Biblia. Este facultad excepcional le servirá de catapulta para sus ambiciones personales..

El personaje de la Sra. de Rênal, la dama rica de provincias, me ha parecido real.  Es una mujer joven casada a los dieciséis años con un hombre veinte o más años mayor que ella. Mujer de convicciones religiosas, y amorosa madre. Cuando conoce a Sorel tiene unos veintiocho años y es madre de tres hijos cuyas edades oscilan entre los doce y los siete años. Vive por y para ellos. Son su realización.

Matilde de La Mole, es una joven aristócrata de París, favorecida por la fortuna y además muy bella, aunque, a mi juicio, carente de moralidad, si bien aparenta todo lo contrario. Un mirlo blanco que arrastra tras de sí una corte de caballeretes de alta cuna y riqueza, compitiendo por su amor. A los que ella considera vacíos, pero son muy parecidos a ella.

Trama  y principalmente el desenlace final  muy fantasiosos, al menos así me lo parecieron a mí, aunque  el profesor Hernández en unas de sus citas a pie de página, advierte que están basados en hechos reales.

El valor de la novela, en resumen,  está en las numerosas alusiones a hechos y personajes históricos de la Francia de la Restauración Borbónica,  y la descripción de  situaciones y ambientes  que en aquella época se dieron y, principalmente, los tipos humanos  descritos. Entre los que destacan los universales vividores sin convicciones propias y carentes de prejuicio o moral que tratan de situarse en puestos públicos para enriquecerse o medrar.  Los ambientes descritos son corruptos. Los que están en las instituciones y lugares privilegiados  de la sociedad, incluidos en los estamentos religiosos, no lo están por méritos personales: el nepotismo, “los enchufes” y demás métodos de corrupción son los que allí les han aupado.

Para terminar  quiero explicar el porqué del titulo. El rojo representa la carrera o el mundo militar, y el negro la clerecía. Dos ámbitos, militar y religioso, en los que los  oportunistas de la época se lanzaban a su lucha por alcanzar fama, dinero y poder.

 

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1) Aquella primera lectura fue en una edición de Editorial Alba, año 2002. Entonces no me gustó. Su personaje protagonista, Julián, me resultó muy  antipático, un ser ambicioso, sin sanas convicciones,  desleal, rencoroso y  con unas ganas locas de subir. Un oportunista.

 

sábado, 29 de agosto de 2020

Los nuevos aristócratas, de Michel de Saint-Pierre

 Los nuevos aristócratas, Michel de Saint-Pierre. Círculo de Lectores. Título del original francés, “Les nouveaux  aristocrates”. Traducción, Rafael Sarró. Publicada en 1963.

Hace ya unos años la leí por primera vez. Ahora, la he vuelto a leer y me doy cuenta que hay cuestiones de interés que antes me pasaron desapercibidas.

 Michel de Saint-Pierre está considerado como escritor tradicionalista, conservador y católico. Entre sus otras novelas más conocidas están “Los nuevos curas” y “Los escritores”. Esta última la leí hace unos años y desearía  volverla a leer.

La sociedad descrita por Saint-Pierre en su obra  es la  clase alta francesa, de mediados del siglo pasado. El protagonista, Denís, un jovenzuelo de diecisiete años, pertenece a una familia adinerada. El padre es un prestigioso cirujano del corazón. El muchacho se educa en un  colegio de jesuitas, donde asisten otros muchachos de también elevado estatus social y económico.  Un magno centro dotado de biblioteca, capilla, amplios jardínes, etc., donde asisten  ochocientos alumnos.

 Denís es descrito como un engreído personajillo muy pagado de su talento. En la práctica, debido al ambiente familiar, un pobre niño rico que tiene y le dan todo en cuanto al orden material, pero no lo que él necesita y reclama que es, simplemente, “Amor”, cariño, y, además, que se le demuestre.   Como resultado de esta estéril  búsqueda, el muchacho se ha vuelto rebelde, rechaza y ataca todo lo convencional que le rodea. Principalmente las creencias religiosas, su fe en Dios y en Jesucristo, porque las identifica con la de sus mayores.

El padre Maubrun, profesor de Filosofía en Bachillerato Superior, junto al director del colegio, el Padre Dalival son otros dos personajes principales de esta obra. A través de sus diálogos y reflexiones personales, el autor expone sus opiniones en materias de educación, morales, religiosas y evolución social.

Entre ellas quiero resaltar las siguientes:

Mundo sin cultura.

 “…caminamos hacia un mundo sin cultura (…) se sacrifica todo a la enseñanza de las ciencias y las técnicas. Y no se hace nada para exaltar el humanismo, el florecimiento armonioso del conocimiento. Fijaos que digo del conocimiento y no de los conocimientos.”(…) ¿Y sabéis cómo se aprende a conocer? Aprendiendo a decir. De tal forma que nunca se llegará a hacer una cultura que tenga como base las Matemáticas o la Economía, lo cual está contra la naturaleza del hombre. Ni con cualquier otra ciencia tampoco. Una cultura humana se hace con la “lengua materna, que es nuestro “humus” profundo (…)Nuestra moderna sociedad no quiere conocer, sino hacer. Esta es la razón de que se deshaga (pag.91 y 92)

Invasión de Occidente.

 “Es (…) un complot que prepara la gran invasión: la de Occidente por un materialismo científico lleno de vitaminas, de insolencia y de salud…” (pág. 94)

 

 

El ideal cristiano.

El ideal cristiano es la única arma que hemos tenido siempre al alcance de la mano los alumnos de colegios religiosos. Pero el cristianismo, bajo su forma actual, nos parece sospechoso, débil, objeto de vuestras controversias, pasado de moda, carcomido(…)educados(más bien no educados)por padres que tenían siempre algo más importante que hacer que ocuparse de sus hijos – o temían pasarles sus complejos, entregados sin defensa a una literatura confusa, debilitante y sin ideal…(págs.119 y 120)

Retribución de un médico:

…le parecía monstruoso que el oficio de médico pudiera reportar al que lo practicara tanto dinero, tanto bienestar refinado. Pensó : “Un cirujano no debería cobrar más que un sacerdote!” (pág. 136)

La moral

”no existe moral personal que valga. La moral debe ser divinamente exigente o no es nada. Debe elevarse hasta el sacrificio total y hasta la última caridad. No se mide según las fuerzas; exige más allá de las propias fuerzas. No es una receta de  higiene individual, familiar o social. Porque la única moral es de la misma naturaleza que la fuente: la palabra de Dios. ¡Y nadie puede encontrarla en otra parte”.(pág.219)

 

Visiones, en fin, pienso,   anticipadas sobre la problemática de la juventud, así como de su adecuada formación  y educación intelectual y moral, en las  sociedades occidentales del presente. Están perdidos, vacilan entre el modelo marxista y el capitalista o burgués. La familia tradicional se ha roto( divorcios, separaciones, infidelidades), los padres están más preocupados por otras cuestiones que no por ser guía y tutor real de sus hijos, y , en muchísimas ocasiones, han dejado esta función al centro religioso al que van sus hijos, creyéndose con ello ya cumplidas sus obligaciones. El resultado es finalmente malo. Para ellos y para la sociedad en su conjunto.

Con la primera lectura disfruté, con ésta aún más.


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https://silvia-aquellosprimeroslibros.blogspot.com/2011/07/los-nuevos-aristocratas-por-michel-de.html


 

 

 

 

domingo, 23 de agosto de 2020

Tirano Banderas. Novela de tierra caliente, de Ramón del Valle – Inclán.

 Tirano Banderas. Novela de tierra caliente. Ramón del Valle – Inclán.(*) Colección Millenium, las 100 joyas del milenio, publicada por El Mundo, Unidad Editorial, 1999. Número 32. Prólogo de Darío Villanueva.

Es un libro pequeño  cuya lectura me resultó algo enrevesada debido a los vocablos propios de distintos países de habla hispana, allí mezclados, empleados por el autor  para contarnos sobre un figurado país enclavado en el cono sur del continente americano, mirando al Pacífico,   que vive  los últimos días bajo la tiranía de un déspota dictadorzuelo. Personaje cruel y ladino. Ésta es, en suma, la trama argumental.

Una severa crítica, según estimo,  sobre los resultados ciertos de la labor colonizadora de España en el Nuevo Mundo. Hecha a través de esta novela escenificada en la República de Santa Trinidad de Tierra Firme. Una joven nación en la que imperan toda clase de injusticias, desigualdades sociales, económicas, incluso étnicas , con la paradoja de que los naturales o indígenas son los últimos en la escala social, la existencia de una religiosidad falsa y más bien supersticiosa, instituciones corruptas, prensa comprada, los grupos de presión (hacendados ricos, comerciantes,   prestamistas, etc., entre los cuales son numerosos los oriundos de España, “los gachupines”) hacen con impunidad negocios no precisamente lícitos y moralmente muy condenables  , así como la hipocresía de los países extranjeros  que velan exclusivamente por sus intereses coloniales mientras hacen caso omiso ante los abusos y flagrantes transgresiones de los Derechos Humanos por parte del tirano.  Un mundo, en fin, nada deseable.

 

 

 

 

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(*) Según he leído en el prólogo suscrito por Darío Villanueva, esta novela se publicó en 1926, durante la dictadura del General Primo de Rivera, y muy cercanas las revoluciones Rusa y la institucionalización de la Mexicana, hechos históricos que al parecer tuvieron fuerte influencia sobre el autor, especialmente la última. Así, en 1928 Valle -Inclán  explicaba a Gregorio Martínez Sierra uno de los fundamentos claves para la concepción del " Ruedo Ibérico" y de "Tirano Banderas":

"Creo que la novela camina paralelamente con la historia y los movimientos políticos. En esta hora de socialismo y comunismo, no me parece que pueda ser el individuo humano héroe principal de la sociedad sino los grupos sociales. La historia y la novela se inclinan con la misma curiosidad sobre el fenómeno de las multitudes". 

 


viernes, 14 de agosto de 2020

La historia de San Michele, de Axel Munthe


"La historia de San Michele", Axel Munthe, Ed. Juventud, 1957, Colección Z, núm.7, SÓLO OBRAS MAESTRAS. Traducción directa del sueco por Nanny Wachsmuth de Zamora, revisión literaria de Carlos del Corral Casal.



Las numerosas citas sobre  Axel Munthe y su obra, del también escritor nórdico
Göran Schildt, en su novela "En la estela de Ulises", me movieron, hace ya unos años, a mi primera lectura de este singular libro. (*) Muchas son las “cosas descubiertas” en esta última lectura que, inexplicablemente, antes no tuve en cuenta.

No sé catalogarlo, porque no es novela ni tampoco biografía. Alguna ficción- pienso- mezclada con anécdotas e historias reales vividas por el autor. Un singular sueco de alta posición económica,  graduado en  Medicina en París, discípulo del famoso neurólogo fundador de  la escuela de neurología del Hôpital de la Salpêtrière,  Jean-Martin Charcot. Y, también un enamorado empedernido de Capri (Italia) en donde se empecinó en levantar “su morada”, sobre y con los restos de la quinta donde transcurrieron los últimos años de la vida del emperador romano Tiberio.
Aunque con predominio de las médicas, que nos hablan de sus inicios como médico en la Salpêtrière de París, o durante la epidemia de Cólera de Nápoles, y en el devastador terremoto de Mesina en 1908,  hay historias para casi todos los gustos, con la intervención de múltiples personajes de heterogénea composición y orígenes, algunos desconocidos, o por el contrario muy conocidos como el ya citado  doctor Charcot, el científico Pasteur o los escritores Guy de Maupassant y Henry James, por citar algunos ejemplos. Historias entrelazadas que relatan sus gustos por los animales, sus pendencias, pues hasta narra un duelo con un antipático noble italiano, así como alguna de sus excursiones por tierras de Laponia. Experiencias, en fin, vitales,  contadas por un “bon vivant”. Su lectura, resumiendo, me ha resultado muy amena, y también lejana a lo que esperé o más bien temí por la profesión de médico y especialista en esa tan desconocida aún hoy cuestión de la "mente" humana. Pues yo esperaba muchas narraciones tristes sobre enfermedad, sufrimiento, dolor, etc.; y he hallado desde “Historia” hasta  consideraciones  morales y sociales de eterna vigencia. (1)
La novela lleva dos prólogos del autor, uno fechado en 1928, desde Torre di Materita,(Italia),  y otro de 1930, desde St.Jame's Club(Londres, Reino Unido). Este último,  más bien  memoria de los principales  personajes de la obra que, junto con su autor,  han aparecido en el libro. Las épocas descritas pertenecen a los finales del XIX y primer tercio del XX, con  París, Roma, Nápoles y las islas de Capri y Anacapri como principales escenarios de las andanzas contadas, y una breve incursión a los nórdicos lugares, cuna del autor.

En cuanto al título, "La historia de San Michele" , si bien es verdad que en ella se habla bastante de San Michele, hay, como ya dije, tal diversidad de otros temas, de cuestiones y de personajes allí trazados, que justificarían cualquier otro título, como, por ejemplo, "Historias de Axel Munthe". Algunas fruto exclusivo de la fantasía del autor, como, según creo, cuando habla de los duendes y trolls(2), de la nodriza que le amamantó, o de Mamsell Ágata, la vieja gobernanta "heredada" del hogar paterno, una especie de bruja de maligno aspecto capaz de intimidar al más valiente. Pero las que más abundan y entiendo dan particular valor a esta obra de Munthe son las referidas a su profesión de médico, por su valor de testimonio, son experiencias propias, por él vividas, bien como protagonista principal o partícipe.



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(*)Axel Munthe y Göran Schildt, de la lectura de sus respectivas biografías ha llamado mi atención la coincidencia en muchos aspectos de la vida de estos dos autores escandinavos. El uno médico y el otro arquitecto, ambos llegaron a la escritura de manera ocasional o azarosa. Estudios en París, pero, principalmente, su amor y atracción por el mundo y la cultura mediterránea.
(2) Trolls: Aquellos personajes marrones y peludos, que siempre les cuelgan los mocos y salían en una serie de dibujos animados de gnomos, alrededor de los años 80.




lunes, 20 de julio de 2020

Diez negritos, de Agatha Christie


Diez negritos”, de Agatha Christie, Editorial Molino (Barcelona),  Colección "Selecciones de Biblioteca Oro" Libro núm.15.

Las obras de
Agatha Christie se caracterizan por la narración de crímenes. Historias en ocasiones muy retorcidas, que no son de mi gusto, porque ofrecen las imágenes del lado más oscuro de la criatura humana. Aunque en todas,eso sí, el autor de la acción criminal es descubierto y sancionado. Este final, común a toda la prolija producción literaria de Agatha Christie, creo, puede ser la causa de su  éxito mundial.Principio éste, del proporcional castigo, que    buscamos cuando acudimos a los tribunales de justicia. Pero que, desafortunadamente, en muchas ocasiones se ve frustrado.

 "Diez negritos", (1) su novela más vendida, es buen ejemplo, porque el ejecutor de los  diez enrevesados asesinatos  persigue castigar a los autores de   delitos graves que permanecían  impunes .  

La reflexión sobre los delitos  descritos en la novela,  me induce a la triste conclusión de que, probablemente, en nuestra sociedad actual, haya unos cuantos " delincuentes " cuyo delito permanece( y permanecerá) impune. Así como, también, que Agatha Mary Clarissa Milles, conocida por Agatha Christie, con su  novela de acción policíaca,  dio una particular  lección de moral.


Veamos, pues,  los delitos impunes según criterio  del "justiciero" asesino:

1.- La reiterada conducción temeraria  de previsibles consecuencias graves.

2.- La omisión de auxilio a la víctima, agravado
 con el posterior silencio  acerca del autor del crimen, que nos hace cómplices.

3.- La autoridad que abusando de su poder jerárquico ordena a sus subalternos peligrosas acciones.

 4.- La avaricia.

5.- La doble moral .

6.- La arbitrariedad y prepotencia en la administración de justicia, es decir, el juez inicuo, un parcial intérprete de la ley escrita que trata siempre de sobresalir e imponer sus particulares criterios de justicia, alejados, por otra parte, del más elemental sentido común.

7.-La negligencia de los profesionales en el ejercicio de sus funciones(en esta historia, la Medicina)  de graves consecuencias para terceros y hasta la muerte.

8.- El falso testimonio de un funcionario corrupto para su promoción y ascenso, sin importarle las consecuencias para la víctima inocente y sus próximos.

9.- El mercenario, la persona que se vende y hace lo que sea por una paga, va a lo suyo, y lo suyo es sólo él y ganar dinero fácil. El  colectivo no cuenta.

10.- La dejación por parte de los maestros y profesionales de la enseñanza de su labor de educación  y promoción real de los niños.

Sin duda le he dado yo una muy particular interpretación.

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(1)Diez Negritos: Según Wikipedia: “ Diez negritos (en inglés: And Then There Were None), también conocida como Y no quedó ninguno, (antiguamente titulada en inglés como Ten Little Niggers y modificado en 1939 por las connotaciones peyorativas de la palabra nigger en lengua inglesa), es una novela policíaca de la escritora británica Agatha Christie, publicada originalmente en Reino Unido por Collins Crime Club el 6 de noviembre de 1939. El título, que hace referencia a una canción infantil, fue cambiado a And Then There Were None en la primera edición de Estados Unidos, y el título de la canción de la novela fue cambiado a Ten Little Indians”.

La canción infantil que yo cantaba, en mi ya muy lejana infancia, hablaba de diez perritos, que se iban muriendo . Sólo perritos. Transcribo la letra, hallada en la Red.

Yo tenía diez perritos
Uno se murió en la nieve
Nada más me quedan nueve,
De los nueve que quedaban
Uno se fue con Pinocho
Nada más me quedan ocho,
De los ocho que quedaban
Uno se subió en un cohete
Nada más me quedan siete
De lo siete que quedaban
Uno se tragó un cien pies
Nada más me quedan seis
De los seis que me quedaban
Uno se mató de un brinco
Nada más me quedan cinco
De los cinco que quedaban
Uno se perdió en el teatro
Nada más me quedan cuatro
De los cuatro que quedaban
Uno se lo llevó Andrés
Nada más me quedan tres
De los tres supervivientes
Uno se murió de tos
Nada más me quedan dos
De los dos que me quedaban
Uno se lo llevó Bruno
Nada más me queda uno
De ese uno que quedaba
Lo mató una bicicleta
Y quedó el pobre aplastado
Debajo de la banqueta
Aquí se acaba este cuento
De los perros que perdí


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