domingo, 1 de diciembre de 2013

Un hombre precavido, de Frederick Forsyth



Siempre he sentido admiración por la destreza de Frederick Forsyth para describir los entramados de poder, las maquinaciones bursátiles y las evasiones fiscales que abundan a lo largo del global mundo  económico financiero de la actualidad. Un mundo sin fronteras ni nacionalidades concretas. En el que los sujetos principales que lo componen, en sus múltiples categorías y grados, son los diferentes avaros y codiciosos,  que, sin al parecer capacidad de hartazgo, se mueven entre los hilos de la tramas de enriquecimiento fácil y de corrupción que imperan en el reino de este mundo; y cuyo dios es el dinero, al que adoran con fidelidad y pleitesía.

Este largo prolegómeno debiera figurar al final de mi comentario en relación al cuento titulado “Un hombre precavido”, penúltima de las ocho narraciones que componen la antología “El emperador” de Frederick Forsyth, publicada por Plaza y Janes, Edición primera, 1982. Es una bonita historia con un final edificante. Final que me ha traído a la memoria la preciosa y divertida película Ghost, protagonizada por Demi  Moore y Patrick Swayze, con la participación de la excepcional Whoopi Goldberg. Película que también tiene como telón de fondo la avaricia , las altas finanzas y el movimiento de capitales.

Esta interesante narración de Forsyth  tiene como protagonista a un maduro millonario, viudo y sin hijos, cuya fortuna es fruto de trabajo, dedicación plena y estrategias sencillas pero muy ponderadas. El cual, tras conocer que sufre una dolencia mortal,  se las ingenia, con el mismo cuidado y sencillez que ha practicado durante toda su vida  para que ni el fisco ni su detestada parentela más próxima como herederos legítimos,   vea un chelín del generoso caudal por él acumulado. ¡Chapeau! 
  

Particularmente al leer los cuidados que toma el protagonista para eludir los pagos a la golosa Hacienda británica, he reflexionado si de haber sido España el lugar seleccionado por Forsyth para su historia, el comportamiento hubiera sido distinto, ya que parece que allí Hacienda se lo toma muy en serio y no se le escapa uno, y menos de los “gordos”. Bien distinto de lo que aquí estamos acostumbrados en que el gran hermano de la Hacienda Pública Española no tiene conmiseración con los que viven de una nómina, mientras que las grandes fortunas y empresas grandes, entre las sicavs de las unas y las bonificaciones y exenciones fiscales de las otras,  la suma de su contribución al total de los fondos públicos no resulta proporcional a sus riquezas. Y no hablemos de los que se montan unos tinglados de empresas domiciliadas en paraísos fiscales que les permite legalmente eludir impuestos, ni de los que a pesar de las trabas teóricas para evitar  la fuga de capitales en maletines, después tienen no una , sino varias cuentas en Suiza,(1) en Jersey,(2) en Liechtenstein, etc. (3)


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(1) Bárcenas y el club de los españoles con cuentas en Suiza

(2) Cuentas en paraísos fiscales europeos
Los españoles tienen al menos 12.500 millones en cuentas opacas
Los contribuyentes españoles mantienen cuentas en paraísos fiscales europeos por valor de, al menos, 12.500 millones de euros, un 1,2% del PIB, según se deriva de los datos del Tesoro. La directiva del ahorro obliga a países como Suiza, Andorra o Austria a aplicar una retención sobre los intereses que obtenga un no residente europeo. Y parte de la recaudación obtenida se envía a los Estados de origen de los contribuyentes.

(3)ANTES DEL 2002  Artur Mas, "beneficiario" de una cuenta opaca en Liechtenstein, según 'El Mundo' El juez archiva por prescripción el delito fiscal del padre del candidato de CiU