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lunes, 17 de diciembre de 2012

De las historias para niños,(leyendo a Sánchez Silva) diciembre 31,2005

Esta mañana, mientras revisaba algunos de los post o comentarios archivados en borradores, halle éste, realizado a finales del 2005 y dentro de los cuatro dedicados al autor de "Marcelino Pan y Vino". Pienso que las reflexiones de entonces están hoy , más aún si cabe, vigentes.Por ello he decidido actualizarlo.

"Ayer empecé a hablar del alma, elemento primordial e intangible del ser humano de cuya existencia parece que algunos nos hemos olvidado. Y si no olvidado, si relegado al último lugar de nuestras preferencias y objetivos. Nos preocupamos mucho de todo lo material, alimento, vestido, bienes, riquezas, confort, viajes, ocio, distracción, etc. Disponemos y supeditamos nuestro día a día e interés a su consecución, mantenimiento y acrecentamiento, habiendo creado un muy difícil sistema de vida. Repleto de nuevas y mayores necesidades de realización de toda cosa material. Metidos de lleno, desde los pies a la cabeza, en una vorágine de consumo y dispendio generalizado, en que gastamos, y gastamos, sin - para muchos- límite ni freno; tanto de lo que tenemos como de lo que no tenemos. A la tenencia del bien se ha sabido añadir el rasgo diferenciador de la etiqueta. Así, no es la necesidad lo que te induce a comprar, sino el ostentar, mostrarlo a los que te rodean. Ser uno más de los muchos testimonios o ejemplos de este absurdo contraste (contradicción) que nos brinda la sociedad moderna actual. De cuyas nefastas consecuencias son objeto, en primer lugar, nuestros niños y juventud.

Niños y jóvenes alimentados, muchos de ellos, en sobremanera con alimento material de todo tipo, cantidad de proteínas y calorías, que no son capaces de consumir porque no saben jugar a correr, a saltar, ir tras la pelota, cantar en corro, buscar bichitos y guardarlos en potes de cristal, o jugar a los escondidos, a la gallinita ciega, izar una cometa de papel que ellos hayan construido, etc. etc. En su mayoría, saturados de comida insana, hamburguesas, pizzas y bollería industrial, consumida - muchas veces, delante de un televisor. De este modo se lleva a cabo la doble contaminación de cuerpo y espíritu. En las nuevas fábulas e historias infantiles - contadas casi siempre en soporte visual, es decir, películas, porque poco se lee y algunos ni entiende lo que leen- vemos los cambios y evolución de sus personajes protagonistas y de los mensajes a transmitir. En los que el elemento mágico de hadas buenas y de duendecillos, en su mayoría gentiles y trabajadores, así como la enseñanzas de rectitud, obediencia, esfuerzo, prudencia, etc. etc. se ha substituido por magos, brujos, brujas, guerreros, feroces deportistas de competición, máquinas y robots inhumanos , etc. cuyas acciones y actos no les diferencian del malo o antagonista, ni parecen distinguir entre bien y mal o bueno y malo, ni tampoco practican ningún tipo de virtud . Sólo van al logro de lo que quieren, burlando o incluso engañando para ello. Su supremacía sobre el contrario está en sus ardides y fuerza, casi siempre ayudados por algún "poder" sobrenatural de maléfico origen. En resumen, ¡horroroso horror!"

http://silvialeyendo.blogspot.com.es/2008/03/marcelino-pan-y-vino-y-otras.html

http://silvialeyendo.blogspot.com.es/2008/03/la-tregua-de-jos-m-snchez-silva-enero.html

http://silvialeyendo.blogspot.com.es/2008/03/tres-rosas-rojas-de-jos-m-snchez-silva.html

martes, 18 de marzo de 2008

Tres Rosas Rojas, de José Mª Sánchez-Silva

Es la segunda narración del libro, la que sigue a Marcelino Pan y Vino, y me resultó de mucho contraste. La moraleja de la historia, si había intención de ello por parte del autor, es bien sencilla: no te puedes fiar de la veracidad de los hechos ni de la identidad real de los personajes mostrados por "esos que andan escribiendo en los periódicos". Dicho de otro modo, cualquier parecido con la realidad, o verdad, de lo que algunos "periodistas" escriben, puede ser sólo pura coincidencia. Extensiva a todos los medios de comunicación de este país.

La verdad, pura y dura con sus protagonistas reales, pocas veces es mostrada tal como ha sido en el momento en que se produjo. Se nos hacen ver las cosas que les interesa, cuando y como mejor les convenga. Así, la información unas veces se corta y acomoda convenientemente, haciendo "trajes a la medida". Otras, se le resta importancia colocando la noticia, con pocas líneas, en páginas y lugar recónditos. Y la mayoría de veces, las más, tenemos omisiones y silencios. ¿Ejemplos concretos? Creo puede servir la prensa catalana, cuyos periódicos tradicionales y de mayor divulgación y peso dentro de la opinión pública local se caracterizan por su parcialidad o partidismo ideológico, casi siempre en favor del poder político o económico que gobierna. La información es rigurosamente filtrada, revisada y finalmente discriminada, manipulada y retocada en virtud del tamiz ideológico apoyado. Muestras evidentes las tenemos en: el affaire del Carmelo; el abuso y discriminación de las políticas lingüísticas practicadas por la Generalitat; los silencios absolutos o parciales ante los distintos escándalos económicos financieros surgidos estos últimos veinte o veinticinco años en los que están involucrados o protagonizados por alguno o algunos de sus factótums. Pero, para muestra más reciente me remito a la noticia publicada en El Mundo sobre las historias médicas de diversos pacientes de nueve de los grandes hospitales públicos de Cataluña que han sido usados- indebida e ilegalmente- por la Administración Pública Autonómica. Hecho en sí grave, muy grave, por atentar al derecho a la intimidad y privacidad de datos y porque quienes ha infringido este delito son las máximas autoridades que gobiernan en esta Comunidad. Además lo han hecho con el fin innoble de fiscalizar, averiguar, si los médicos y sanitarios adscritos a estos centros públicos usan el catalán. ¡Cómo que ello es vital para la salud pública!

Volviendo al cuento de Sánchez-Silva, cuando el lector descubre la falsedad de lo escrito, anhela hacer pedazos diminutos las hojas leídas. Entre las frases con que termina su historia, transcribo ésta:"Soy impresionable. Temo a los fantasmas, a esos seres inventados que son los fantasmas de verdad."Sólo me cabe añadir: ¡Yo también!

La tregua, de José Mª Sánchez – Silva, enero 06

Narración muy distinta de la de "Marcelino", tanto por sus personajes como por las situaciones descritas. Aquí hay sordidez, crimen, maldad y falsía. Se nos habla del lado oscuro de la condición humana. Los personajes son simbólicos y nombrados en su mayoría, excepto cuatro de ellos, por la característica que les define, así aparecen la madre, el padre, el sátiro, el falso, el asesino, la asesina, el ladrón, el ebrio, la de los pecados ajenos, el capataz, el adúltero, la adúltera,…

Hay un guardián en el campamento minero. Este guarda me recordó a otra figura de ficción últimamente leída, Matiana, la de "Las tierras flacas" de Agustín Yáñez. Como ella, hace de mediador entre Dios y el hombre, en un lugar en donde no hay sacerdotes; como aquélla, conoce de los males y  las enfermedades del alma. Las gentes acuden a él, buscando remedio o ayuda en ocasiones de importancia como la muerte. Sus leyes o Ley, es la natural o de Dios, es decir, lo justo, la verdad y amor que lleva y conlleva la paz. Al menos la interior o consigo mismo, porque la paz humana, la basada en los criterios humanos, es efímera y como la del relato, ondea cual blanca bandera durante un tiempo y… se acabó. Puesto que, curiosamente, los mismos que la izan, más tarde la bajan, y continúan tal como antes: los asesinos asesinando, los adúlteros engañando, los ladrones robando y tratando de recuperar lo perdido o dejado de robar, y  etc., etc.

Marcelino Pan y Vino y otras narraciones, de José Mª Sánchez-Silva enero, 2006

Marcelino Pan y Vino y otras narraciones.  Libro RTV núm. 31 de la Colección Biblioteca Básica Salvat, edición 1969 que recoge ocho de los cuentos escritos por Sánchez- Silva, prologado por José García Nieto, académico de la Real Academia de la lengua Española, en el que 
resalta las dotes excepcionales de Sánchez Silva como  autor de  narraciones para niños,
"almas puras". Al mismo tiempo que señala que, en este tipo de escritor (Perrault, Amicis, Grimm...) al mérito de la tarea de creación hay que añadir el esfuerzo de expresar la acción con más intensidad y con la mayor claridad posible, sin retóricas ni adornos sobrados, para lo cual se precisa acertar en la elección de fondo(tema) y en la forma (prosa limpia y clara)tildando ello de "rara disposición de iluminados por ese don misterioso de conseguir con los menores elementos la perfección, la sencillez y la unidad...válido para todos los públicos, sin que pierda jamás altura y entidad". 

Me pregunto, pues, si ese "don" - calificado así por el ilustre académico - se sigue dando entre los escritores para niños, para las almas puras de hoy, luego de ver  los anuncios de los próximos estrenos de películas y oír el título de los libros, destinados ambos para un público infantil. Repletos de personajes de seres más que fantásticos, fantasmagóricos, colores oscuros, brujos, brujería, monstruos violentos...

Pero, vayamos al libro. Debo decir que solo conocía "Marcelino Pan y Vino” por una película muy exitosa, que entonces, un montón de años atrás, vi y de la que aún conservo el recuerdo de la carita redonda y la mirada tierna del artista infantil, Pablito Calvo, que encarnaba a Marcelino. Imagen que constantemente venía a mi memoria mientras leía la narración. Así como la pegadiza melodía de Renato Carosone, muy popular a mediados del XX.

Conocer el argumento no me impidió disfrutar con la lectura de esta sencilla narración que nos habla de un niñito que se cría entre doce frailes franciscanos en un convento - tal como dice la poesía de Fray Luis de León - apartado del mundanal ruido; ante cuyas puertas había sido abandonado cinco años atrás, el día de San Marcelino. La existencia de Marcelino transcurre como la de los frailes: vida austera y comida en la que abundan los frutos de la huerta y del campo en general, siendo la carne un manjar de carácter excepcional, circunstancias que obligarán al gato a ser vegetariano. No hay juguetes, ni tampoco compañeros de su misma edad. Es descrito como niño corriente, ni más listo ni más tonto, jugando y escapándose de la disciplina siempre que puede. Hasta que un día, arrastrado por la curiosidad y ganas de aventura propias de su espíritu infantil, topa con Jesucristo, colgado en Su Cruz, en el desván del convento, lugar  en donde se apilan las cosas inservibles y los trastos viejos. El Crucificado y Marcelino se hacen amigos.

En el prólogo de García Nieto he leído que una historia, contada por la madre de Sánchez - Silva , fue la base de este cuento tan enternecedor,  y ello me induce a pensar que quizás el autor  también quisiera, con esta narración, brindar reconocido mérito a la figura materna.


oooOOOooo

25 de enero de 2015: Han pasado unos cuantos años desde que escribí el comentario  sobre este para mí precioso cuento de Sánchez Silva que fue llevado a la gran pantalla. 

El pasado domingo, el Canal " 13TV " puso la película y tuve ocasión de deleitarme de nuevo con la visión de la carita del pequeño y oír los comentarios y las anécdotas referidos por los invitados al programa, entre ellos un joven cura,   y el escritor Luis del Val. 

El sacerdote resaltó como valor principal de la narración el elemento espiritual, hoy, según creo,  desaparecido del todo de los cuentos y producciones para niños, sustituido por conceptos y mensajes que hace muy difícil distinguir, - estimo que hasta para algún adulto -,  entre "lo bueno" y "lo malo" y  "el ser bueno" del "ser malo", al mismo tiempo que afirman el recurso a lo fácil a través de "lo mágico" y  de " los poderes ultra humanos".  

Particularmente me asombro, por no decir, me espanto, cuando veo  "las figuras deformes o de apariencia más bien malignas" de los  personajes de las actuales historias infantiles y público más joven. Como buen ejemplo destacaría el personaje de "La Maligna" protagonizado por Angelina Jolie,  que tiene "encantados" a tantos,   incluida alguna chiquillería.