miércoles, 4 de junio de 2025

“Los curas comunistas”, José Luis Martín Vigil

 “Los curas comunistas”, José Luis Martín Vigil. Riochard Grandio, Editor, mayo 1966, 10ª edición.

La muerte del Papa Francisco acontecida el pasado Lunes de Pascu
a, seguida del Cónclave para la elección de un nuevo pontífice de la Iglesia Católica, hechos ampliamente cubiertos por todos los medios informativos, trajo a mi memoria este libro, leído hace unos diez u once años, publicado en los sesenta del pasado siglo, que aborda la cuestión del papel de la Iglesia en el mundo obrero. Espacio en el que según el autor la izquierda comunista se ha movido con eficacia y aciertos, recogiendo como propias las reivindicaciones obreras, aunque en realidad sean los intereses del “Partido” lo que les mueve y persiguen.

La trama está ambientada en la época de Franco, mediados los 50 del pasado siglo, en una ciudad industrial cuyo nombre no se especifica. Su protagonista es el padre Francisco Quintás, un cura joven, de unos treinta y pocos años, quien, inspirándose en los curas franceses, los llamados curas comunistas, decide encauzar su labor sacerdotal entre el colectivo obrero, porque entiende que éste ha desertado de la Iglesia. Persiguiendo este fin, con la aprobación de su obispo, vivirá en un bloque de pisos en una barriada obrera periférica y trabajará como un obrero último en el escalafón profesional.

Es una historia de desengaños y frustraciones personales en las que el cura, que, válgase la  aclaración, de comunista no tiene un pelo, sino  un ferviente cristiano que quiere llevar a la práctica, a través del ejercicio de la función sacerdotal, las enseñanzas evangélicas, de justicia, verdad y caridad, en especial este último concepto, se enfrentará a serios obstáculos y adversarios tanto fuera como entre los suyos, es decir, otros miembros de la Iglesia, que no comulgan con las ideas y mucho menos con las formas evangelizadoras del padre Francisco.

Cuando mi primera lectura, en el 2014, recogí mis impresiones en dos comentarios a los cuales me remito y seguidamente detallo:

silvialeyendo: Los curas comunistas, José Luis Martín Vigil

https://silvialeyendo.blogspot.com/2014/03/los-curas-comunistas-de-martin-vigil2.html

 

 

 

 

 

jueves, 29 de mayo de 2025

“La coartada perfecta”, Patricia Highsmith.

 “La coartada perfecta”, Patricia Highsmith. Biblioteca El Mundo, Las novelas del verano, nº 1, publicada por El Mundo y La Revista, Unidad Editorial, 1998.

Librillo compuesto por cinco narraciones cortas de género policíaco. Es una segunda lectura, la anterior fue hace muchos años.

“La coartada perfecta”, y “La seguridad en el número” son las dos que más me han impactado.  Especialmente la última citada. Pero todas, las cinco, son un derroche de tortuoso ingenio.

 

viernes, 9 de mayo de 2025

“El retrato de Dorian Gray”, Oscar Wilde

 El retrato de Dorian Gray”, Oscar Wilde. Colección Millenium, las 100 joyas del milenio, publicada por “El Mundo”, Unidad Editorial. Prólogo de Luis Antonio de Villena. Título original: “The picture of Dorian Gray”. Traducción de José Luis López Muñoz.

Segunda lectura, la primera fue hace unos cuantos años.

De este autor he leído algunas de sus otras obras; entre ellas “De Profundis”, una larga misiva dirigida a su amante, escrita durante su prisión en la cárcel de Reading, condenado por “sodomía y grave indecencia”. La fue escribiendo en la cuartilla diaria que le daban en la prisión. Cito esta obra  porque considero que tanto los personajes como el ambiente allí descrito,personajes y hechos reales, coinciden con los reflejados en “El retrato de Dorian Grey”.  Oscar Wilde lo tuvo todo, y todo lo perdió, salvo su fe cristiana que se robusteció.

En 1891, cuando  escribió “El retrato de Dorian Gray”,  Wilde estaba en el apogeo de su gloria personal y artística. Éxito literario debido al ingenioso talento satírico derrochado en sus obras, en las que hablaba sobre las imposturas e hipocresías  de la alta sociedad inglesa, mundo bien conocido por él y en el que se desenvolvía y brillaba con luz propia. Tres son los principales personajes de la novela: el narcisista Dorian Grey, el cínico Lord Henry Wotton y Basil Hallward, el pintor, y desde mi punto de vista, el más “corriente” de los tres.

Los tres pertenecen a la élite inglesa compuesta por aristócratas, parlamentarios, banqueros, magistrados, altos funcionarios del Imperio, diplomáticos, etc., o sea, “la creme de la creme”. La mayoría, convencidos de su superioridad por el mero hecho  de ser  miembros acaudalados del entonces poderoso imperio británico, cuya vida transcurre en fiestas, comidas, cacerías, tertulias, conciertos, exposiciones… De refinadísimos gustos, amantes de lo bello y muy sensibles a todas las artes.

Esa es la fachada, luego, en la práctica, están cargados de prejuicios sociales, liviandad en las costumbres, empedernidos adúlteros y falsa moral.

La historia nos habla de un  adonis, Dorian Grey, a quien un pintor de moda y amigo personal, Basil Hallward, le hace un retrato, donde queda reflejada la hermosa imagen del entonces casi un adolescente. Reproducción perfecta de belleza y de juventud, ante cuya visión Dorian siente terror perder al envejecer; y ello le induce a desear, con toda su alma, conservarse siempre así, joven y bello, y que sea el retrato quien sufra los pertinentes cambios. La ficción de Wilde hace posible tan inconcebible transmutación, y poder ver, a través de la imagen reflejada en el cuadro, la degradación moral máxima a la que un individuo puede llegar, impulsado por su egoísmo y sus más bajos instintos , sin freno alguno.  Exteriormente bello,  monstruoso en su interior.

Pero, ¿y cuántos como Dorian Grey?

aquellos_ primeros_ libros: El retrato de Dorian Grey, Oscar Wilde

 

 

viernes, 2 de mayo de 2025

Un asunto tenebroso, Honoré de Balzac




Un asunto tenebroso
, Honoré deBalzac. Biblioteca Básica Salvat. Libro RTV 37. Prólogo de Carlos Ollero. Traducción de Pedro Darnell.

La novela va precedida de un rico prólogo que nos habla del genial  escritor francés  y del conjunto de su colosal obra comprendida dentro de “La Comedia humana”. Introducción cuya lectura recomiendo.

Es la tercera vez que leo esta novela, y pienso que no será, DM, la última. En alguna parte he leído que está considera como novela policiaca. A mí, particularmente, en todas las ocasiones, lo que más me ha atraído es la recreación de unos hechos reales, inspirados en acciones de los poderosos del momento y lugar. En este caso nos hemos de remontar a los primeros años del siglo XIX, en Francia, y a los tiempos entre el primer consulado y el imperio de Napoleón, con los históricos Talleyrand, Fouché y Sieyès, aparte del ya citado Napoleón, entre otros, como personajes intervinientes en la trama novelesca.

Balzac se basó en el hecho real del secuestro del senador Clément de Ris y el posterior juicio de los falsamente inculpados. Históricos sucesos que conmocionaron a la sociedad francesa. Y a mí, dos siglos más tarde, también me han sobrecogido, principalmente, porque lo allí descrito y contado, según creo, puede suceder en cualquiera de nuestras modernas sociedades, en la que,  ahora, un poderoso, de fortuna  de oscuro origen, con fuertes vínculos con el poder político, auxiliados por éstos, utilice el engranaje policíaco y judicial del estado en su particular interés propio, y mediante oscuras artimañas, dados sus contactos e influencias, provoquen la ruina y hasta eliminación de un inocente.

Es una historia realmente intrigante, en la que destacan los personajes de Laurence, Condesa de Cinq-Cygne y el administrador Michu, el Judas, secundados por los gemelos Simeuse, nobles y primos de Laurence, y los hermanos Hauteserre.

Balzac es prolífico en detalles y descripciones tanto sobre la psicología de los personajes y sus historias, como en las normas y leyes entonces imperantes, que pueden hacer algo liosa la narración.

Cuando mi primera lectura, lo que más me impactó fue la intriga política y, en especial el cerebro que la urdió, Fouché, sobre quien Stephen Zweig, escribió una de sus más celebradas biografías, “Joseph Fouché. Retrato de un hombre político”. Pero en mis posteriores lecturas la figura que más llamó mi atención, fue Michu, un bello personaje.

 


 

Comentarios anteriores sobre esta misma obra de Balzac:

silvialeyendo: Un asunto tenebroso, (I) por Honoré de Balzac, septiembre 2006

silvialeyendo: Un asunto… Fouché, la perversidad desenmascarada. (II)

silvialeyendo: Otra vez con Balzac, diciembre, 2006

 

  

miércoles, 30 de abril de 2025

La condición humana”, André Malraux.

 La condición humana”, André Malraux. Colección Millenium, las 100 joyas del milenio, núm. 87, publicada por El Mundo, Unidad Editorial. Prólogo de Mario Vargas Llosa. Título original: “La condition humaine”. Traducción de César A. Comet. En 1933 ganó el premio Goncourt.

Terminé de leer esta novela de ficción histórica muy pocos días antes de morir VargasLlosa, el laureado escritor peruano, Nobel de Literatura 2010, y autor del prólogo. Una espléndida introducción que nos habla de Malraux y de  esta  obra que califica de “ maestra”, “libro, inmejorable…”.

Para mí, sin embargo, ha sido una lectura deprimente, acaso mejor llamarla “odiosa”. Desde sus inicios hasta el final. En numerosas ocasiones tuve la tentación de cerrar el libro y buscar nueva lectura.

La ficción aquí dibujada por el escritor francés está sobrecargada de tonos oscuros y rojos, pues nos habla de avaricia, represión, odios, miedos, traiciones, drogas, violencia, venganzas y de sangre, torturas y muerte. Reflejo, sin duda alguna, de la condición humana, vista desde su lado más triste o mísero. Pero olvidando la otra parte, la para mí, opinión mía particular, superior, que nos habla de bondad, compasión, empatía, tolerancia…

Está basada en las revueltas de Cantón, en 1925, vividas por Malraux, sucesos que trasladó a Shanghái, año 1927, cuando los enfrentamientos entre los del Partido Comunista chino y el Kuomintang (comunistas estalinistas), aliados contra los militares liderados por Chiang Kai Shek.

Entre sus principales personajes están: Kyo, inspirado en Chou-En-Lai, hombre de Mao, dirigente revolucionario y uno de los organizadores de la insurrección; el terrorista Chen; Gisors, padre de Kyo, intelectual adicto al opio; el barón de Clappique, un buscavidas y Ferral, franceses ambos. Este último, presidente del Consorcio empresarial, respaldado por el estado francés,  con grandes inversiones en China, representante paradigmático de los intereses colonialistas y  cuyos  modos de ser y hacer, allí descritos, nos muestran los perniciosos efectos del colonialismo sobre las gentes comunes del lugar, en este caso, el pueblo llano chino, último mono , en las contiendas de intereses de los imperialismos ruso, japonés   francés  y norteamericanos.

En un  segundo plano están Katow, Helmmelrich, Köning y Chpilewski, que, como por sus nombres podemos apreciar, son occidentales, “desechos de guerras civiles de China y Siberia”. Y también a May, esposa de Kyo y Valeria, querida de Ferral, ambas occidentales.Y, para mí muestra del triste papel del sexo femenino en aquella sociedad. Las unas, las europeas, muy liberadas  y objeto de deseo, la china un nulo objeto.(cosa).

Resumiendo, no me ha gustado.


viernes, 25 de abril de 2025

“La bodega”, Noah Gordon

“La bodega”, Noah Gordon. Rocaeditorial, 7ª edición, diciembre 2007. Titulo original: The Bodega. Traducción Enrique de Hériz.

Su autor es un escritor estadounidense de origen judío, famoso por su trilogía de “El médico”, “Chamán” y “La doctora Cole”, del que he leído “El Rabino”, su primera novela, publicada en 1965.

“La bodega”, publicada en el 2007, es, contrariamente, su última obra y, según he leído, su tributo a España, en especial, pienso, a Cataluña y más concretamente a la comarca vinícola del Penedés. Como también creo que, en lugar de “La bodega”, el título más adecuado hubiese sido, “La cava”, (cueva) denominación dada en Cataluña a los almacenes, usualmente en sótanos, donde son conservados para su maduración los vinos.   Su protagonista, Josep Álvarez, es un joven con talento natural para la uva, segundón de una familia de viñadores, propietaria de un pequeño viñedo, en una población próxima a la ciudad de Barcelona. Los hechos narrados transcurren en los tan difíciles como turbulentos años del último tercio del XIX, marcados por la caída de Isabel II, la Tercera Guerra Carlista, la primera sublevación independentista de Cuba, o la proclamación de la 1ª República española. Contexto histórico dentro del cual se desarrolla una sencilla trama argumental, cuyo protagonista, el ya citado Josep, enredado en el atentado mortal contra Prim, se ve obligado a huir y marchar de España. Se refugiará y trabajará en los viñedos del viticultor francés Mende, en la zona del Languedoc, allí aprenderá a elaborar vino. La muerte de su padre le traerá de nuevo a casa, en Santa Eulalia, población de viñateros pobres, cuyas cosechas son vendidas para la producción de vinagre. Su hermano, Donat, el hereu, ha decidido vender la heredad, y marchar a trabajar en una fábrica textil en Barcelona. Los hechos y las circunstancias harán que Josep, siguiendo los consejos y pautas aprendidas en Francia, termine produciendo sus propios vinos. La historia concluye cuando ya, en la vecina Francia, la filoxera hace estragos.

Con la lectura de esta novela ha sido con la que he disfrutado más en lo que va de año, finales de abril. Debido, en parte, a los ambientes o escenarios, los para mí cercanos paisajes de masías y viñas de las zonas del Alt o Baix Penedés, y también a la sencillez, a la par que universales, de los personajes protagonistas, tal como “el Josep”, un campesino duro, honesto y esforzado trabajador, amante de los suyos y de su  tierra; la muy seria Marimar, joven viuda que saca a su hijo adelante trabajando como un hombre más; Nivaldo, el muy controvertido tendero cubano y casi un padre para los hermanos Álvarez; Mendes, el viticultor francés  o, la cuñada Rosa, mujer emprendedora y muy práctica , por citar algunos.

Resumiendo, lectura amena y opino muy documentada.

 

 

 





sábado, 12 de abril de 2025

“El hereje”, Miguel Delibes

“El hereje”, Miguel Delibes. Ediciones Destino. Premio Nacional de Narrativa 1999. Dedicado a Valladolid.

La leí antes que “Demian” y que “Misterio en el Caribe”, pero desconozco los motivos por los que he ido posponiendo su comentario. Parece que ahora, por fin,  llevo ánimos de hacerlo. 

Novela clasificada como histórica. Fue la última de Delibes y, como antes cito, dedicada a su ciudad natal, Valladolid, contándonos sobre sus gentes, paisajes, costumbres e históricos y tracendentales hechos que la conmocionaron, en tiempos de los Austrias, en relación a la  persecución de los seguidores de Lutero y la ejecución, en el auto de fe de mayo de 1559, de los considerados cabecillas . 

Con el fin de amenizar tema tan espinoso, Delibes utiliza el personaje ficticio de Cipriano Salcedo como eje vertebrador, cuya semblanza personal y andanzas vitales suavizarán la historia y, en alguna ocasión, hasta te harán reír.  Bueno, a mí me hicieron reír.

Cipriano es descrito como un hombrecillo muy menudo, dotado de fuerza extraordinaria, velludo, y más bien feo. Huérfano de madre e hijo único de un acomodado comerciante que no tuvo ni mostró afecto alguno por el hijo. Desafección que marcó, y mucho, al personaje.

En la trama se compaginan realidad y ficción, es decir, hay personajes y hechos históricos mezclados con los  fruto de Delibes. Entre los primeros tenemos a  la familia Cazalla, incluida la madre de éstos Doña Leonor de Vivero, a Carlos de Seso, a la jovencísima Ana Enriquez  y a Herrezuelo , por citar alguno de los más sonados. Y, en cuanto a los de ficción, encabezados por Cipriano, tenemos a su padre y a su tío paterno, a Minervina, la jovencísima nodriza que lo crió, a su suegro y a Teo, su esposa; estos dos últimos, particularmente, muy singulares, y los capítulos e historias, protagonizados por los mismos, fueron para mí, los de mayor amenidad.

Pero, como antes ya apunté, el tema de fondo es la expansión , represión  y aborto del protestantismo, en su rama luterana, por la zona de Valladolid, en tiempos de Carlos V y Felipe II, con el Tribunal de la Inquisición, el Santo Oficio,como  látigo o mazo castigador, encargado de mantener la ortodoxia católica en todo el imperio. Convulsivos tiempos en los que la delación, el miedo, el fanatismo religioso, la tortura, las envidias y los odios se enfrentaban, en lucha desigual, a la rectitud o integridad moral, la fe sincera, la lealtad, la tolerancia y la libertad de conciencia.De lo que,el capítulo último "Libro III:El auto de fe" es máximo exponente. 

No quiero cerrar el comentario sin señalar que, en múltiples ocasiones, tuve que echar mano del diccionario,  dado el rico léxico de este escritor castellano viejo, del cual he leído varias de sus otras novelas, entre ellas “El camino” y “El príncipe destronado” que recuerdo con especial agrado. Pero todas, absolutamente todas las novelas de Delibes, han sido lecturas con las que no sólo he disfrutado sino también he aprendido mucho.