Las
hermanas Bunner, de Edith
Wharton, Editorial Contraseña, edición abril 2011, título original: “Bunner
Sisters”, traducción de Ismael Attrache y prólogo de Soledad
Puértolas. Según nota de la editorial la obra fue escrita en 1892, pero no
se publicó hasta 1916. Dato a mi modesto entender interesante ya que nos habla
de la antigüedad de la ficción, ficción cuyo interés ha persistido en el tiempo
porque recoge situaciones y sentimientos universales y atemporales.
Es un libro pequeño de páginas mate
y tipo de letra grande que se lee con facilidad y también con rapidez. Lo leí
hacia finales del 2011 y no me gustó. La razón es que me agradan las historias
con final feliz, más aún si lo contado tiene trazas de ser posible. La
trama es muy simple y los personajes seres corrientes, vulgares, unas mujeres
de muy modesta condición que tienen como sustento básico y patrimonio único
familiar una mercería, en la que trabajan y viven de ella. La imagen física de
estas hermanas, así como su vida cotidiana, descritas antes de la entrada en
ella de un nefasto reloj, que trajo tras sí la de un vividor y farsante, es la de placidez,
sobriedad, laboriosidad, concordia y gran cariño fraternal. Este panorama es
truncado y la hasta entonces monótona existencia de las hermanas da un giro
dramático y conmovedor. El causante de este siniestro giro es para mí lo más real
de la historia. Un lobo feroz, disfrazado de ovejita mansa, que persigue
quedarse con la canastita de míseras viandas que lleva Caperucita. Y,
desgraciadamente, lo consigue.
En suma, que no es libro, según
creo, para leer en momentos de moral baja.
Ángeles Caso señala en su prólogo su creencia de que haya algo propiamente de Sampedro(***); en el protagonista,
Bruno, un ser que describe “negado
a la hipocresía y la superficialidad. Un hombre vulgar que delicadamente parece
encontrar el valor de la vida que se le escapa en los pequeños detalles”. Aclaro que no es esta la idea que
yo saqué del tal Bruno, un abuelo sesentón que sabe tiene contados sus días de
existencia. Me pareció un ser de ideas fijas y poco dado a ponerse en la piel del prójimo. Compartiendo parte de la historia, que no protagonismo,
está Hortensia, también mayor y como aquél viuda. Este personaje dará el
necesario contrapunto al “egoísta vejete”. Después de este calificativo ya he
anticipado mi idea sobre el personaje en cuestión. Tipo humano, por cierto,
bastante frecuente, lógicamente con sus oportunas variaciones según sexo, lugar
y raíces sociales.
Los recuerdos del abuelo de esta
historia están centrados exclusivamente en él, en su origen, sus duros
comienzos, la guerra que vivió y el partido que abrazó, así como las mujeres de
su vida, entre las que, sin casi mención
ni desde luego reconocimiento alguno, está la que fuera su esposa y madre de
sus hijos, a pesar de haber sido mujer de condición económica muy superior a la
suya, con cuyo matrimonio pasó de común trabajador a amo del cotarro. De los
hijos y sus problemas tampoco habla ni le vienen recuerdos, salvo reproches. La
guerra, y su eterno contrincante, de antes y de ahora, un vejete de su mismo pueblo, que cuando la guerra estuvo en el bando contrario, y él considera un fascista, son su leit motiv , tanto en materia ideológica- si así
se le puede llamar- como en cuestiones más prosaicas como el reparto de tierras y de
prebendas.
Tras esta descripción del
personaje principal tal vez pueda pensarse que el libro me resultara un tostón. ¡Qué
va! Lo leí con verdadero interés y su lectura me resultó amena, ya que las
situaciones descritas por Sampedro, utilizando al rústico sesentón como centro,
son verosímiles por su simpleza y cotidianidad y también simpáticas y entrañables. (**) El fondo planteado por Sampedro- pienso- es el de la
persona ya mayor de criterio fijo y hasta entonces autosuficiente, que se ve obligada
por circunstancias mayores a dejar no sólo su casa y por ende “su mundo”, mundo que echa muchísimo en falta, - en
la novela un pueblecito de Calabria - , para vivir en
el frío Milán, sometido, pues, a duros y constantes contrastes, no sólo por ser
del Sur y ahora vivir en el Norte de Italia, que como en España, ofrecen
planos sociológicos bien distintos, tanto en costumbres y formas de vivir como, al parecer,
hasta de pensar. Sus gentes parecen diferentes. Duros contrastes a los que se unirán los propios
de las diferencias generacionales y de la convivencia en familia. El recurso de
la utilización de las relaciones del abuelo con su nietecito, como centro y punto de los encuentros y
desencuentros allí narrados, me ha parecido especialmente hermoso por su
ternura y expresión de sentimientos eternos que demuestran la superioridad del ser
humano en relación al resto de las criaturas cuando es guiado por el amor, la caridad.
------------ (*)El pensamiento económico de Sampedro: Copio y pego algunos de los párrafos del artículo titulado "El pensamiento económico de José Luis Sampedro" por Carlos Berzosa, publicado en nuevatribuna.es.
"...fue un competente economista que ejerció su función profesional en la Administración Pública y en El Banco Exterior de España, pero su labor más destacada la desarrolló como docente, investigador, escritor de libros y artículos de economía. Sampedro perteneció a la primera promoción de economistas graduados en la universidad española en 1948. (...) Sampedro, se matriculó en la rama de economía, porque las clases eran por las tardes y eso le permitía asistir a estas nuevas enseñanzas debido a que por las mañanas trabajaba como técnico de aduanas, oposición que obtuvo en los años treinta pero para la que no se necesitaba título superior. Obtuvo el premio extraordinario y eso le permitió dedicarse a la enseñanza a propuesta del entonces decano Castiella. Se encargó de la disciplina Estructura Económica que modificó sustancialmente,(...) la transformó en una disciplina que pretendía no solamente describir sino analizar. Desde entonces desarrolló el concepto de Estructura Económica, que en la ciencia económica ya usaban algunos autores, pero en el que aportó novedades, convirtiendo esta categoría en un instrumento esencial para analizar la realidad que a su vez se concebía configurada como estructuras(...)El pensamiento económico de Sampedro ha evolucionado a lo largo de los años, haciéndose sin lugar a dudas cada vez más heterodoxo y radical. Pero siempre ha tenido un denominador común y es, precisamente, el uso del análisis estructural para la comprensión de la realidad.
(**)Me recordó mucho, muchísimo, al singular personaje del abuelo maño interpretado por Martínez Soria, en "La ciudad no es para mí", la divertida película de los años sesenta, dirigida por Pedro Lazaga y en cuyo elenco figuraban tan conocidos actores como Sancho Gracia, Sacristán, Gracita Morales y otros muchos, con parecida temática de fondo, un abuelo que alucina, escandalizado, ante las costumbres adoptadas por los suyos y se afana por tratar de enmendar lo aun enmendable y encarrilarlos por lo que él entiende buen camino, especialmente a los más chiquitos.
(***) J.L.Sampedro: copio y pego, algunos datos biográficos del autor , conocido hasta ahora por mí por sus obras de contenido económico,especialmente por su manual sobre estructura económica.
"Nace en Barcelona de una familia con raíces cosmopolitas, lo que ahora llamaríamos una familia "globalizada": su padre nació en La Habana, su abuelo en Manila, su madre en Argelia y su abuela en Lugano, en la Suiza italiana. Su infancia, hasta los 13 años, transcurrió en Tánger, la ciudad marroquí que entonces estaba bajo estatuto internacional.Estudia Ciencias Económicas en Madrid, consiguiendo la Licenciatura con Premio Extraordinario en 1947. En 1948 empieza su labor docente en la Universidad Complutense en la que será Catedrático de Estructura Económica de 1955 a 1969. Compagina esta actividad con la de economista en el Banco Exterior, donde se ocupa de crear un servicio de estudios, y actuando como asesor del Ministerio de Comercio. En 1966, al ser expulsados de la Universidad española los profesores Aranguren y Tierno Galván por su manifiesta oposición a Franco, se une a ellos, junto con otros profesores, para crear el Centro de Estudios e Investigaciones (CEISA) que sería cerrado por la dictadura tres años después. Ante esa situación y las deportaciones de catedráticos de la Universidad de Madrid, decide aceptar un puesto de "Visiting Profesor" en las universidades inglesas de Salford y Liverpool. A su vuelta pide la excedencia en la Universidad de Madrid. Como teórico de la Economía, defiende la necesidad de un enfoque global y sistémico, enfrentado a la economía ortodoxa. Desarrolla unas concepciones estructurales originales de carácter dialéctico e histórico. Son importantes sus contribuciones a la teoría del desarrollo, desde un punto de vista estructural, siempre dominado por concepciones éticas y humanísticas. En 1971 regresa al Ministerio de Hacienda como Asesor Económico de la Dirección General de Aduanas y retoma su labor docente, impartiendo cursos en la Escuela Diplomática, el Instituto de Estudios Fiscales y en la Universidad Autónoma de Barcelona.Tras la muerte de Franco, es nombrado Senador por designación real en las primeras Cortes democráticas y vicepresidente de la Fundación Banco Exterior. ... En 1990 es elegido miembro de la Real Academia Española de la Lengua. En los últimos años de su vida se convirtió en un referente del movimiento de los "indignados" ..."
Siempre he sentido admiración por la
destreza de Frederick
Forsyth para describir los entramados de poder, las maquinaciones
bursátiles y las evasiones fiscales que abundan a lo largo del global mundo económico financiero de la actualidad. Un mundo sin fronteras ni nacionalidades
concretas. En el que los sujetos principales que lo componen, en sus múltiples categorías y grados, son los
diferentes avaros y codiciosos, que, sin al parecer capacidad de hartazgo, se mueven
entre los hilos de la tramas de enriquecimiento fácil y de corrupción que
imperan en el reino de este mundo; y cuyo dios es el dinero, al que adoran con
fidelidad y pleitesía.
Este largo prolegómeno debiera
figurar al final de mi comentario en relación al cuento titulado “Un hombre
precavido”, penúltima de las ocho narraciones que componen la antología “El emperador” de Frederick Forsyth, publicada por Plaza y Janes, Edición
primera, 1982. Es una bonita historia con un final edificante. Final que me ha
traído a la memoria la preciosa y divertida película Ghost, protagonizada por
Demi Moore y Patrick Swayze, con la
participación de la excepcional Whoopi Goldberg. Película que también tiene como telón de fondo la
avaricia , las altas finanzas y el movimiento de capitales.
Esta
interesante narración de Forsyth tiene como protagonista a un maduro millonario,
viudo y sin hijos, cuya fortuna es fruto de trabajo, dedicación plena y estrategias
sencillas pero muy ponderadas. El cual, tras conocer que sufre una dolencia mortal, se
las ingenia, con el mismo cuidado y sencillez que ha practicado durante toda su
vida para que ni el fisco ni su
detestada parentela más próxima como herederos legítimos, vea un chelín del generoso caudal por él
acumulado. ¡Chapeau!
Particularmente al leer los
cuidados que toma el protagonista para eludir los pagos a la golosa Hacienda
británica, he reflexionado si de haber sido España el lugar seleccionado por
Forsyth para su historia, el comportamiento hubiera sido distinto, ya que parece
que allí Hacienda se lo toma muy en serio y no se le escapa uno, y menos de los
“gordos”. Bien distinto de lo que aquí estamos acostumbrados en que el gran
hermano de la Hacienda Pública Española no tiene conmiseración con los que
viven de una nómina, mientras que las grandes fortunas y empresas grandes,
entre las sicavs de las unas y las bonificaciones y exenciones fiscales de las
otras, la suma de su contribución al
total de los fondos públicos no resulta proporcional a sus riquezas. Y no hablemos
de los que se montan unos tinglados de empresas domiciliadas en paraísos
fiscales que les permite legalmente eludir impuestos, ni de los que a pesar de
las trabas teóricas para evitar la fuga
de capitales en maletines, después tienen no una , sino varias cuentas
en Suiza,(1) en
Jersey,(2) en
Liechtenstein, etc. (3)
(2) Cuentas en paraísos fiscales europeos Los españoles tienen al menos 12.500 millones en cuentas opacas
Los contribuyentes españoles mantienen cuentas en paraísos fiscales europeos por valor de, al menos, 12.500 millones de euros, un 1,2% del PIB, según se deriva de los datos del Tesoro. La directiva del ahorro obliga a países como Suiza, Andorra o Austria a aplicar una retención sobre los intereses que obtenga un no residente europeo. Y parte de la recaudación obtenida se envía a los Estados de origen de los contribuyentes.
Por dos veces he comenzado el
comentario de esta apasionante biografía, leída a finales del 2009, acerca del
célebre Napoleón Bonaparte, escrita por
Emil Ludwig, Editorial Juventud, Colección “Libros de Bolsillo Z”, núm. 15,
5ª edición, año 1974.
Es una obra concienzuda y muy
elaborada como lo evidencian los muchos datos e informaciones aportadas, los
detalles personales y los hechos relatados, tanto del protagonista como de su
numerosa familia, así como sobre los
innumerables personajes históricos allí citados, algunos famosos y otros menos
conocidos, contemporáneos de Napoleón.
Leyendo este libro he conocido figuras y hechos históricos relevantes,
principalmente europeos, muchos de los cuales, hasta esta lectura, habían
pasado desapercibidos o ignorados, como,
y es sólo un ejemplo, Alejandro
II de Rusia. En esta obra, tal vez
por compartir nacionalidad, su autor destaca los testimonios sobre Napoleón
de escritores afamados alemanes como Goethe y Wieland,
coetáneos de aquél. De hecho el primer capítulo de la biografía, titulado “La
Isla” lleva incorporado a modo de encabezamiento una cita de Goethe,
acerca del célebre corzo, que reproduzco a continuación porque nos indica, ya de entrada, la dificultad intrínseca
del personaje, incluso para el universal escritor alemán:
“La historia de Napoleón me
produce una impresión semejante a la del Apocalipsis de San Juan. Todos
sentimos como si debiese haber en ella algo más, pero no sabemos el qué.
Goethe”
Múltiples fueron los aspectos de
la biografía de Napoleón que me
impactaron como su “italianismo” ya
que los Bonaparte, originariamente eran “Buonaparte”,
es decir, corsos de lengua y origen
italiano; circunstancias de las que, por
cierto, hacían honor. También su más que pequeña talla y su físico. Bien
distante de la del flamante
caballero sobre un blanco caballo que me viene a la mente cuando pienso en
él. De parecido modo a como sucede con muchísimos detalles de su vida
privada, y primordialmente política,
donde destacó por su habilidad y también desmedida ambición personal y
familiar. Conocidos, pues, los detalles
de la vida privad del general, desconozco por qué, entre las parejas de amantes
famosos, se incluye la de Napoleón y Josefina, porque ésta siempre lo utilizó,
se valió de él para vivir a su costa. Y, además no le fue fiel. Pienso que esta
fama correspondería a
la condesa polaca María Walewska.
Pero volviendo a la cuestión
principal, he de decir que singular donde los haya me pareció, en suma, este
Napoleón. Singular en muchos aspectos; pero aún más, si cabe, me llamó la
atención su amor a los suyos, a su familia, madre y numerosos hermanos y
hermanas. A todos los protegió y hablando en tono coloquial, los “colocó” bien.
Siempre los tuvo en cuenta a la hora del reparto de sus conquistas. Creo
recordar, pero no tengo seguridad ni tampoco el libro a mano, que su gran héroe
a quien quiso imitar, fue el insigne Alejandro
y como él, por tanto, ampliar sus conquistas a Oriente. De su capacidad en las
estrategias militares y políticas no hablo porque son harto conocidas y a mí me
interesan aquellas cosas nuevas leídas en la obra biográfica escrita sobre él
por Emil
Ludwig, el célebre escritor alemán de origen judío. Y entre esas cosas ya he mencionado algunas,
pero mención especial merece su extraordinaria capacidad de esfuerzo, ser que
se crecía en la adversidad, en la que estaba acostumbrado a desenvolverse y se
desenvolvió con audacia hasta el final de su existencia. Existencia
definida por Ludwig como “poema
épico, escrito por la mano del Destino” y cierra su biografía de Napoleón con
este hermoso final:
“Renazca, pues, a los ojos del lector,
esta tragedia imperecedera, tal como fue en la realidad. Lo que un hombre puede
alcanzar por la conciencia de sí mismo y el valor, por el ardimiento y la
imaginación, por el trabajo y la voluntad, Napoleón Bonaparte nos lo ha
enseñado.” Y hoy día…la ardorosa juventud europea no podría encontrar ejemplo
ni advertencia mayores que la vida de aquel hombre que, de todos los hombres de
Occidente, fue el que más tremendas convulsiones creara y sufriera”.
Antes de
rescatar de mi memoria los recuerdos sobre esta lectura, voy a hablar
un poco de la autora, una célebre
poetisa cubana que vivió en el siglo XIX( 1814-1873). Y he
dicho cubana porque nació en aquella isla, cuando ésta
era una colonia de España, entonces un imperio cuyas
relaciones económicas y comerciales eran las propias de un
sistema colonial en el que la esclavitud era lícita y legal.
Gómez
de Avellaneda pertenecía a la élite cubana y
desde muy joven destacó por su actitud poco convencional.
Entre los españoles célebres de la época con los
que se relacionó están Fernán Caballero,
Espronceda, Zorrilla y el escritor andaluz Alberto
Lista. En buscabiografias.com se destaca que Menéndez
Pelayo vetó su entrada a la Real Academia de la Lengua.
Escribió muchas obras de distintos géneros literarios,
pero, pienso, que fue en la poesía donde destacó. A
continuación y como homenaje a esta insigne escritora y a sus
dos patrias, Cuba y España, copio y pego dos de sus poemas:
Al
partir
(Soneto)
¡Perla
del mar! ¡Estrella de Occidente!
¡Hermosa
Cuba! Tu brillante cielo
la
noche cubre con su opaco velo,
como
cubre el dolor mi triste frente.
¡Voy
a partir!. . . La chusma diligente,
para
arrancarme del nativo suelo
las
velas iza y, pronta a su desvelo,
la
brisa acude de tu zona ardiente.
¡Adiós,
patria feliz, edén querido!
¡Doquier
que el hado en su furor me impela,
tu
dulce nombre halagará mi oído!
¡Adiós!.
. . Ya cruje la turgente vela. . .
El
ancla se alza. . . El buque, estremecido
las
olas corta y silencioso vuela.
Al
pendón castellano
¡Salve,
oh pendón ilustre de Castilla,
Que
hoy en los muros de Tetuán tremolas,
Y
haces llegar a la cubana Antilla
Reflejos
de las glorias españolas!
La
media luna -que ante ti se humilla,-
Recuerda
ya que entre revueltas olas,
De
la raza de Agar con hondo espanto,
Se
hundió al lucir el astro de Lepanto.
Y
esa morisma -de la Europa afrenta-
Que
el rugido olvidó de tus leones,
Hoy
al golpe cruel -que la escarmienta,-
Forjando
en su pavor fieras visiones,
De
siete siglos a la luz sangrienta
Juzga
que mira alzarse entre blasones,
-Sus
turbantes teniendo por alfombras,-
Del
Cid, de Alfonso y de Guzmán las sombras.
¡Oh!
¡sí! contigo van, por ti pelean
Esos
nombres augustos; de su gloria
Los
rayos en tus pliegues centellean,
Como
fulguran en la hispana historia.
¡Que
así triunfantes para siempre sean
Símbolos
del honor y la victoria,
La
civilización mirando ufana,
Que
hoy te hospeda Tetuán, Tánger mañana.
oooOOOooo
Asimismo,
copio y pego, el primero y último de los párrafos de la
introducción al personaje que he leído en la Biblioteca
Virtual Miguel de Cervantes, firmado por María Angeles Ayala
Aracil:
“Gertrudis
Gómez de Avellaneda fue considerada en su tiempo como una de
las mejores expresiones del movimiento romántico. Su vida y su
obra siguen interesando a los estudiosos actuales, tal como se
aprecia en los numerosos trabajos de investigación publicados
en estos últimos años. Sus personales circunstancias
biográficas, su apasionado carácter, su generosidad y
su marcada rebeldía frente a los convencionalismos sociales,
que la llevó a vivir de acuerdo con sus propias convicciones,
la apartan de la mayoría de las escritoras de su época,
convirtiéndola en precursora del movimiento feminista en
España(...)El Portal dedicado a Gertrudis Gómez de
Avellaneda en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes obedece a un
claro objetivo: contribuir al análisis y reconocimiento de una
de las escritoras más representativa e interesante del siglo
XIX. Sin lugar a dudas, su buen quehacer literario ofreció una
nueva visión de la mujer, en un momento histórico en
que ésta se hallaba sujeta a trabas sociales que impedían
su natural vocación literaria. En este sentido, Gertrudis
Gómez de Avellaneda fue un eslabón fundamental en la
reivindicación de la mujer en un contexto social adverso y
plagado de prejuicios sociales. "
Después
de esta larga introducción toca ya hablar de la obra, o sea,
de “Sab”, novela original, escrita por Gertrudis Gómez deAvellaneda en 1841, es decir, más de diez años antes de
la publicación en 1852 de “La
Cabaña del Tío Tom”, la archiconocida novela
de Harriet Beecher Stowe que logró despertar la conciencia de
los estadounidenses a
la
abolición de la lacra de la esclavitud.(1) El ejemplar leído corresponde a Ediciones Orbis,1988, Colección Grandes Escritoras, Biblioteca de Grandes Éxitos, diseño de la cubierta de Elisenda Bachs y director de la colección Virgilio Ortega.
Dos
son las cuestiones fundamentales tratadas por su autora en esta
novela, la denigrante y discriminatoria situación del sujeto
sometido a la esclavitud, y el amor, pero especifico, un amor
imposible por los convencionalismos sociales y económicos de
la época y del lugar. Ambas problemáticas están
personificadas en su protagonista, el mulato Sab. Un ser descrito
como superior, física y sobretodo, moralmente. La historia se
sitúa en Cuba, en plena época colonial, cuando aquella
Isla pertenecía a la Corona Española y el régimen
de esclavitud era legal. La obra, pues, tiene un marcado tono
sentimental, tanto en su fondo como en el estilo , que, según
su propia autora es un producto de juventud(tenía 22 años) que decidió
publicar luego de que el escritor Alberto Lista se lo recomendase.
--------
(1)
A Olsen, firmante de un comentario sobre esta novela, debo la observación de la mayor
antigüedad de esta obra(1841) que La Cabañadel Tío Tom,(1852), el libro más leído entonces en los EEUU de Norteamérica
después de la Biblia y que tanta repercusión tuvo entre
los ciudadanos de aquel país, al disponerlos en contra
de la esclavitud. Recojo la afirmación de Abraham Lincoln, en 1862, en plena Guerra civil de Secesión, cuando
conoció a Harriet Beecher Stowe autora del libro y le expresó: "De manera que es usted la pequeña
mujer, que escribió el libro que provocó esta gran
guerra"
oooOOOooo
29 de noviembre de 2013: Acabo de echar un vistazo a las biografías de Abraham Lincoln y Harriet Beecher Stowe y comprobar la formación religiosa y arraigada moral y principios cristianos como denominador común de estos dos seres que tanto contribuyeron a la abolición, al menos legalmente, de la lacra de la esclavitud a la que las ominosas leyes materialistas de aquel país, los EEUU de Norteamérica, condenaba a los miembros de aquella sociedad de raza u orígenes negros.
¡Era un santo! primera de las diez narraciones que componen el Tomo III de “Pinceladas del
Natural” del jesuita Luis Coloma,Editorial “El Mensajero del C. de Jesús, 1920, octava
edición,Colección de narraciones breves del Padre Coloma(**).
Narración que
cuando la leí me impresionó su desenlace, porque, además, está
inspirado en un hecho real, según aclaración del propio autor en nota a pie de
página. Al presente, mientras elaboro el comentario, me estoy dando cuenta que
lo que antes llamó mi atención y dio importancia al relato, lo es sólo en un
segundo plano, porque su mayor trascendencia está , según creo, en enfrentar al creyente católico que la lee con el recuerdo de su
obligación de frecuentar el sacramento de la confesión y penitencia (*)de sus
faltas. Más si éstas fuerangraves, ya que le
alejan de Dios y en caso de morir sin haberse puesto en paz con el Creador, ponen en peligro la salvación de su alma.
Su lectura me resultó amena y edificante. El protagonista indiscutible, “el
santo”, es el páter familias de una acomodada y bien situada
familia andaluza, cónsul de un país centroamericano, ex alcalde, y recién
galardonado(porque la había comprado) con la Cruz de Isabel La Católica. Estamos,
pues, ante un prohombre, cuyos inicios, sin embargo, fueron modestos, la de
un simple abogado pasante de una notaría. Numerosas son las pinceladas de
humor, puestas por el autor a través del personaje del yerno, Sancho, un
señorito andaluz, cuya lengua mordaz, especialmente con su suegra, logra en
muchas ocasiones hacer reír al lector. Sirve también esta figura de
contrapunto, poniendo en sus acciones, expresiones y respuestas, la simpleza y
la naturalidad de los hechos humanos que salen del corazón, de un corazón
bueno, verdades como puños, sin ambages ni medias tinta. La mayoría de las muy frecuentes citas y
reflexiones de autores clásicos y refranes de honda sabiduría popular corren,
también, a cargo de este personaje.
La historia nos
sitúa en los últimos días de vida del protagonista, enfermo tras el latigazo de un primer ataque cerebral y el
definitivo toque mortal, describiéndonos sus angustias y terrores , reclamando la asistencia de un sacerdote para conciliar su alma con Dios. La espléndida descripción de esta situación logra dar a la narración su verdadero alcance, que es inducirnos a plantearnos la importancia de morir en paz con Dios,
tras implorar de su Misericordia Infinita, el perdón por nuestros
pecados.
En un plano
menos trascendental, esta lectura nos da la imagen de un tipo humano
universal, es decir, que se da en todos los tiempos y lugares, la del tipo contemporizador,
sin ideología política concreta, pero nadador experto en aguas turbulentas, quien de la nada se ha hecho con fortuna y bienes obtenidos mediante métodos que aunque legales(lícitos) son moralmente condenables(ilícitos), en detrimento y con perjuicio descarado de alguno o de alguna de los que se hayan cruzado en su existencia. Individuos, en resumen, que gozan de honor y respeto de
la sociedad, pero en la práctica y de hecho, son de plena insolvencia moral.
(*)Sacramento de la Penitencia: Copio y pego algunos de los párrafos del artículo publicado por Aciprensa en relación sacramento de la Penitencia, pero recomiendo su lectura íntegra:
"El sacramento de la Penitencia, o Reconciliación, o Confesión, es el sacramento instituido por Nuestro Señor Jesucristo para borrar los pecados cometidos después del Bautismo. Es, por consiguiente, el sacramento de nuestra curación espiritual, llamado también sacramento de la conversión, porque realiza sacramentalmente nuestro retorno a los brazos del padre después de que nos hemos alejado con el pecado(...)La confesión es la manifestación humilde y sincera de los propios pecados al sacerdote confesor(...)Estamos obligados a confesar todos y cada uno de los pecados graves, o mortales, cometidos después de la última confesión bien hecha(...)Las faltas objetivamente mortales más frecuentes son (siguiendo el orden de los mandamientos): practicar de cualquier modo la magia; blasfemar; perder la Misa los domingos o en las fiestas de preceptos sin un grave motivo; tratar mal de manera grave a los propios padres o superiores; matar o herir gravemente a una persona inocente; procurar directamente el aborto; buscar el placer sexual en solitario o con otras personas que no sean el propio cónyuge; para los cónyuges impedir la concepción en el acto conyugal; robar una suma relevante, incluso sustrayéndose en el trabajo; murmurar gravemente del prójimo o calumniarlo; cultivar voluntariamente pensamientos o deseos impuros; faltar gravemente el propio deber; acercarse a la Sagrada Comunión en estado de pecado mortal; callar voluntariamente un pecado grave en la confesión(...La confesión es un medio extraordinariamente eficaz para progresar en el camino de la perfección. En efecto, además de darnos la gracia "medicinal" propia del sacramento, nos hace ejercitar las virtudes fundamentales de nuestra vida cristiana. La humildad ante todo, que es la base de todo el edificio espiritual, después la fe en Jesús Salvador y en sus méritos infinitos, la esperanza del perdón y de la vida eterna, el amor hacia Dios y hacia el prójimo, la apertura de nuestro corazón a la reconciliación con quien nos ha ofendido. En fin, la sinceridad, la separación del pecado y el deseo sincero de progresar espiritualmente.)"
(**) El Padre Coloma fue el creador del Ratoncito Pérez, y el autor de "Pequeñeces", la más conocida y controvertida de sus novelas. Prolífico autor.
Las faltas contra la
reputación del prójimo deben ser reparadas. A este respecto dice el Catecismo:
“Toda falta cometida
contra la justicia y la verdad entraña el deber de reparación aunque su autor
haya sido perdonado.( …) reparar un daño públicamente, (…)si el que ha sufrido
un perjuicio no puede ser indemnizado directamente, es preciso darle
satisfacción moralmente, en nombre de la caridad. Este deber de reparación
concierne también a las faltas cometidas contra la reputación del prójimo. Esta
reparación, moral y a veces material, debe apreciarse según la medida del daño
causado. Obliga en conciencia” CEC 2847.
Esta
cita del Catecismo Católico me ha hecho recordar otra de las lecturas de estos
últimos años, pendiente de comentar. Su título “Privilegio”
y su autor Frederick Forsyth. Es una de las ocho narraciones que componen el libro titulado “El Emperador”, editado por
Plaza&Janes, 1982, título original “The Emperor”, traducción de J. Ferrer
Aleu, portada de Domingo Álvarez. Narraciones cortas acerca de diversidad de cuestiones
que despiertan el interés del lector. Al igual que los últimos libros
comentados, éste lo leí hace ya unos cuantos años, en el 2009. Los ocho
cuentos me agradaron, son cada uno de ellos buena muestra del dominio de Frederick
Forsyth en sus ficciones para narrar actitudes y hechos
humanos verosímiles aunque insólitos para los comunes mortales como yo.
Pero
no divagaré más y me meteré en las enseñanzas que la lectura de “Privilegio” me
ha proporcionado:
1º “En todas partes cuecen habas”.
Según este relato, la Justicia del Reino Unido tiene, en líneas generales, los
mismos graves defectos que la de aquí, la española. Es burocrática, consecuentemente
lenta, pero principalmente costosa y por lo tanto inaccesible para la mayoría.
Y, además, con jueces que no buscan dar razón al que la tiene, ni justa
satisfacción al agraviado, sino la aplicación literal de normativas y leyes, cuyo espíritu en
ocasiones, se aleja del sentido común o derecho natural, de dar a cada cual lo
que le corresponde, que eso es, en definitiva, la Justicia, con inicial
mayúscula y como sinónimo de Equidad.
2º
La extensiva mala praxis periodística aquí
descrita, y tema de fondo de la narración,
en la que se nos cuenta cómo un afamado periodista, de un acreditado
medio, hace un artículo con afirmaciones graves pero sin verificar sobre una persona. Tanto al medio como al periodista
en cuestión les importa un ápice de las consecuencias para la persona o entidad
de lo publicado. En el caso inglés, quiero decir en el cuento de Forsyth, las
empresas periodísticas cuentan con seguros, amén de asesorías jurídicas con
expertos en litigios por adulteración de la verdad o difamación.
3º
“Beber de la misma medicina” En este punto es donde, particularmente, más me
agradó el cuento. De cómo la simple y desamparada
víctima agraviada no se desanima, y con mucho ingenio y esfuerzo personal, en
solitario, le da al prepotente periodista una buena cucharada de su maléfica
poción informativa. ¡Me encantó el final!