Réquiem por un campesino español, de Ramón J. Sender. (*) Ediciones Destino. Colección Destinolibro, Volumen 15. Undécima edición en Destinolibro, diciembre 1984.
Libro pequeño que se lee
de un tirón. La novela fue publicada en México en 1953,
bajo el título “Mosén Millán”. Editada por primera vez por Ediciones Destino ,
según información en el propio libro, en octubre de 1974. (1)
También hay una película, realizada en 1985, con un joven Antonio Banderas en el elenco
artístico.
Antes de comentar la obra, busqué información sobre el autor, Ramón J. Sender. Y ello me llevó al conocimiento del uso de esta obra, en la actualidad, como paradigma de la España durante la guerra civil y de la
posterior dictadura franquista, dándole a sus personajes una interpretación simbólica, pero, considero, en el aspecto ideológico, demasiado sesgada.
Porque aunque Sender pintara
su cuadro en color negro y rojo, visto
desde su parcial lado izquierdo, y olvidara,
o no le interesó, pintar lo también muy oscuro y en muchísimas ocasiones teñido
de rojo de lo acontecido en el otro bando por los a él afines ideológicamente
hablando, la historia aquí contada por Sender, nos habla, sin duda, de situaciones y
actitudes humanas que se dieron, se dan y se darán, desafortunadamente, en todo lo largo y ancho
de este mundo. Son universales, porque universal, común a todo el género
humano, son la cobardía, el abuso de
poder, el arribismo, querer nadar entre dos aguas, la hipocresía, el aprovecharse del prójimo, la envidia, la
avaricia, la injusticias, etc. etc. Y se dan realizadas por los individuos, por las personas, indistintamente que éstas
sintonicen ideológicamente con las ideas progresistas o conservadoras. Pues el
problema no está en las ideas, sino en la catadura moral de los que las
sustentan. Y “en todas partes cuecen habas”. Realizadas, pues, estas
consideraciones personales paso a comentar la obrita.
Es una conmovedora historia. Los hechos narrados fijan la acción en los años treinta del
pasado siglo XX, durante la II República Española y la Guerra Civil, en un
pequeño pueblo de la franja entre Lérida y Aragón. Las simpatías ideológicas del autor, ya
apuntadas por mí, no escapan al lector,
pues carga las tintas, o dicho de otro modo, demoniza en demasía, al
menos desde mi modesto entender, a los
personajes representativos de los nacionales o derecha. Todos ellos son
dibujados como seres malos, inmisericordes y asesinos.
Coincido con lo leído en relación a esta pequeña gran obra de Sender en su
tono simbólico, pero con diferente
interpretación y la que, según mi humilde parecer, la hace universal. Porque a mí
el argumento de esta novelita me ha
recordado “La Historia de Cristo”, deGiovanni Papini. Obra en la que con crudeza extrema el escritor italiano habla
de la crucifixión de Cristo, de sus responsables y de las actitudes de los
intervinientes. Conductas genéricas,
extensibles a otros momentos
históricos y lugares, tal como por
ejemplo el de la novela de Sender. Un país, España, en plena contienda civil,
en una pequeña población en donde los
del bando nacional son los que mandan, el establishment,
encarnado por los personajes de Valeriano, alcalde
y administrador del duque, por Gumersindo, terrateniente rico, y por Cástulo, comerciante. Los “eternos” fariseos y escribas, los verdaderos
responsables de la muerte de Paco el del Molino. Pues ellos temían por sus privilegios y prebendas.
Paco el del Molino,
representa a la persona altruista,
que percibe la injusticia social
existente y trata de cambiar dicho orden por uno más justo. Persona honrada,
trabajadora y formación cristiana. No ha cometido delito alguno, salvo querer
cambiar las cosas.
La timorata actitud del cura Millán la comparo con la de José de Arimatea y la de Nicodemo, que Papini califica de complicidad pasiva, pues ellos tenían la obligación moral de defender al inocente;
inocencia que además eran conocedores, pero temieron enfrentarse al establishment y perder sus privilegios de
clase.
Pero donde hallo los mayores parecidos es en la actitud general de la
población, ayer todos alabando y admiradores del Paco, y de lo que hacía el Paco
en defensa de ellos y por ellos, especialmente por los más débiles y
necesitados; pero luego más sólo que la una. Tanto "el Paco" como los suyos, sus padres y
esposa. Recordemos que entre la entrada triunfal de Jesucristo en Jerusalén
sobre un asno y su muerte en cruz , con sólo las tres Marías
y el discípulo amado, Juan, acompañándole en la ignominia, habían transcurridos
escasos días. Todos le abandonaron, tenían miedo. También sus apóstoles. Actitudes, en fin, comunes y
universales. En la obra de Sender escenificadas en un pueblecito en el bando
nacional. Pero, idénticas a las que en similares modos y encarnaciones humanas
se dieron, y son sobradamente conocidas,
en el bando rojo.
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(*) Versión en Pdf, con
prólogo de Enrique Múgica: https://docs.google.com/viewer?a=v&pid=sites&srcid=ZGVmYXVsdGRvbWFpbnxjYXN0ZWxsYW5vZW5nZXNpfGd4Ojc3NDA0OTFhNTRmYzVhYTk
(1) En España fue publicada en 1960, durante la dictadura del
General Franco, muerto en 1975. Y Ramón José Sender fue galardonado con el Premio Planeta,
1969, que recogió, por su novela “En la vida de Ignacio Morell. Todo lo cual me lleva al recuerdo de Julián
Marías y su preocupación por la Verdad, hecho al que dediqué el comentario aquí
detallado:
Y del que extraigo un párrafo
con las consideraciones del insigne filósofo español expuestas en su artículo “Impunidad
de la mentira", publicado en ABC 22-XI-2001
“(...) En la actualidad la
mentira es demasiado frecuente y demasiado inquietante. No me refiero a los
errores, …, sino a la falsedad deliberada, buscada, difundida con grandes
recursos, lo cual puede producir una intoxicación de la sociedad, una especie
de septicemia que puede poner en peligro la salud colectiva. Se miente a
sabiendas, como un programa, como un arma que es sin duda desleal y muy
peligrosa. La enorme difusión y la eficacia de los medios de comunicación
permiten que el cuerpo social quede contaminado por la mentira.”