jueves, 13 de marzo de 2008

La historia de Cristo, G. Papini ( Callando u omitiendo, sin pudor ni ética, la verdad de los hechos.

Los pasajes que describen la Pasión me recordaron la polémica película de Mel Gibson -que no he visto- pero, según he leído, sus imágenes han sido calificadas de muy crudas y crueles. Creo que Gibson bien se habría podido inspirar en este libro, porque, con sólo leerlo,  se sufre hasta casi sentir los palos, las bofetadas, los pinchazos de las espinas, los salivazos, el desgarro de la piel por los clavos. En suma, los innumerables y crueles golpes físicos que, colectivamente, le fueron asestados a una persona inocente. Debiendo sumar a la ignominia, la soledad en que los sufrió. Se quedó solo. Las únicas que siempre permanecieron cerca fueron las mujeres, entre ellas su madre, la Virgen María, la Magdalena(María de Magdala)  y  la madre de Juan y Santiago, María Salomé,... ¡Qué cosas! Los escasos gestos de conmiseración y de piedad recibidos por Jesús de Nazaret estando clavado en la cruz - señala Papini- le fueron proporcionados por gentiles.

Para finalizar, quiero resaltar que me resultó chocante la dura crítica que hace a la actitud de José de Arimatea y de Nicodemo, calificándola de " complicidad pasiva", y añade la siguiente reflexión:"Pero no pensaron que la complicidad, aun siendo pasiva, hace el juego de los asesinos, y que el abstenerse, cuando es un deber el oponerse, equivale a consentir. José de Arimatea y Nicodemo habían, pues, participado, aunque ausentes y no consentidores, en la muerte de Cristo, y su póstumo duelo pudo expiar, en parte, su culpa, pero no eximirlos de ella." Creo que muchos somos los “José de Arimatea” y los “ Nicodemo”. Que, conocedores con certeza, de injusticias y actos que claman al cielo, miramos a otro lado o hacemos oídos sordos sin exigir la inmediata resolución de tales iniquidades (*). Como - por citar algunos ejemplos - consentir que la autoridades no terminen con el tráfico de personas, tanto el de los inmigrantes ilegales como el de las mujeres extranjeras traídas a España y puestas a ejercer la prostitución; la manipulación o asesinato de embriones y fetos; lo del Carmel de Barcelona ; o las ínfimas pensiones de viudedad que cobran montones de mujeres que las condenan a la miseria, mientras los recursos públicos se despilfarran en eventos faraónicos como los del Fórum....
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(*) Mientras reviso estos comentarios me han venido a la mente otras  injusticias, para mí graves, consentidas por los ciudadanos de este país, como  que los padres no puedan elegir el centro escolar público ni concertado donde quieren que sus hijos se formen, siendo obligados a recurrir a trampas y falsedades con el fin de  conseguir esos elementales y legítimos derechos del ciudadano  en cualquier sociedad libre y democrática, como dicen es esta España de mis amores. Y, en el  caso concreto de Cataluña, tampoco la lengua, porque el nacionalismo cerril de la casta política dominante en los últimos años en esta Comunidad española, ha impuesto el catalán como  lengua única vehicular en la enseñanza.



24 de enero de 2016: Mis pesimistas reflexiones expuestas en este antiguo comentario - como evidencian los ejemplos aquí citados  a modo de muestra de la complicidad pasiva imperante en nuestra sociedad, ( España en general y  Cataluña en particular), creo, desgraciadamente, son de actualidad; y también mi creencia del aumento del grado negativo de esa complicidad pasiva, viendo- tal vez mejor decir- oyendo y leyendo, la nula reacción popular ante la sucesión de dislates graves ofrecidos por la actualidad política española, de modo irritante desde la noche del 20 de diciembre de 2015, conocidos los resultados de las urnas en los comicios para elección de los componentes de las Cámara del Congreso y Senado.  Del caso omiso y de oportunismo  descarado, hasta el bochorno ajeno que unos cuantos están haciendo con los resultados, sin que, insisto- se eleve un clamor general de protesta ante tanto desvarío  y canalladas, que arrastre a sus hacedores a recapacitar y, principalmente,  contener tanta y desmedida ambición personal, puestas con claridad manifiesta en el prolegómeno ofrecido por la formación, en el último momento y tras oscuros negocios, del gobierno catalán . ¿Por qué permitir que en el Gobierno Central se repitan semejantes "tejemanejes" ¿Qué legitimidad tienen? ¿Por qué consentirlo con nuestro silencio?


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23 de septiembre de 2017: Creo que, finalmente, estamos pagando el debido precio por nuestra complicidad pasiva. Porque hemos cerrado los ojos ante las evidencias, cada vez más claras, que los hechos y acontecimientos nos venían mostrando, con especial virulencia , pienso, desde 2003/2004. Se veía venir. Como también   la dificultad en resolver  el grave conflicto en que nos hallamos, con una sociedad(la catalana) dividida y desmantelada moralmente. 

Sociedad en la que desde finales del pasado siglo para acá se observa la confluencia de colectivos de inmigrantes entre los que destacan por su número y características diferenciales los  marroquíes, los chinos y los paquistaníes. Gentes a las que, según creo, intencionadamente se ha promovido su emigración a esta región, pero  sin la correspondiente y oportuna promoción de su integración real y efectiva en nuestra  cultura y tradiciones( europea y cristiana). 

Como tampoco deberíamos haber consentido la sistemática degradación del sistema educativo y su perniciosa influencia en nuestros niños y juventud. 

Cuando los sucesos parlamentarios de los días 6 y 7 de septiembre, tuvo nuestra sociedad catalana, oportunidad excepcional de romper la pasividad de su silencio cómplice. No lo hizo. Amén.


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