lunes, 17 de marzo de 2008

Henry Morton Robinson, diciembre 2005

Antes de continuar con mis comentarios sobre "El cardenal", hablaré de su autor Henry Morton Robinson. De quien sólo sé los pocos datos que constan en la tapa del libro que indican que nació en Boston, en 1898. Estudió en las Universidades de Malden y Columbia; y  cuando la PGM se enroló en la marina de guerra norteamericana. Se señala también que fue colaborador en un estudio "harto dificultoso" sobre James Joyce que le llevó cinco años de investigaciones. Estuvo casado y tuvo dos hijos. Se estableció en Nueva York y murió, en 1964. Otros libros suyos son "El círculo perfecto " y "The great snow", pero el de mayor éxito fue "El Cardenal", también llevado al cine.

Pocos datos, pues, tengo que me permitan enlazar al autor con su obra. Esta concienzuda novela acerca de la vida con sus vicisitudes de un servidor de Dios, que con tanto detalle y conocimiento profundo de la Fe Católica Romana, su ministerio, su historia, liturgia y de sus santos y principales figuras nos da muestra ejemplar.

Esta falta de  información me obligó a releer el prólogo de la obra, firmado por el propio autor, Morton Robinson, fechado en Nueva York, en 1950, donde explicita que es católico romano, y no tuvo aspiraciones al sacerdocio. La razón que le llevó a escribir este libro fue el nacimiento en su interior de un temor respetuoso por la función sacerdotal,(*) unida al deseo de indagar en torno al lugar vedado que constituye el alma del sacerdote como ser humano cumplidor de su sagrado destino de mediador entre Dios y el hombre.
Su prólogo termina con estas bonitas palabras: "Categóricamente afirmo que no es un tratado teológico ni un manual de historia, sino una obra de imaginación, un relato urdido por un observador de la realidad que cree, a pesar de tanta maldad aparente; que la fe, la esperanza y la compasión animan a muchos hombres de buena voluntad en todas partes".


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5 de abril de 2015, Pascua de Resurrección: He rectificado algunas cosas y a fin de completar el comentario, seguidamente, "copio y pego" la explicación del sacerdocio cristiano según Wikipedia:

"La religión cristiana concibe el sacerdocio también desde una perspectiva bíblica que llega a ser otra interpretación de la doctrina levítica. Ante todo, desde la perspectiva judía, Jesucristo no habría sido un sacerdote al no pertenecer a la tribu de Leví, sino que era descendiente de David de la tribu de Judá. El judaísmo, en contraste con el cristianismo, reconoce en cambio en Jesús a un rabino, es decir, un maestro, más que cualquier otra cosa.
Los cristianos creen en cambio que Jesucristo se ofreció en sacrificio por los pecados de la humanidad entregando su vida en la Cruz y, siendo Sumo y Eterno Sacerdote según el orden de Melquisedec. Dado que Cristo es Sumo Sacerdote y su sacerdocio es perpetuo, se convierte en el Redentor. Pero la visión de la participación del pueblo en este sacrificio varía entre las distintas ramas del cristianismo. Si bien Jesús es, dentro de la lógica y la teología cristiana, el único Sacerdote capaz de efectuar tal sacrificio, él mismo instituye a sus apóstoles como los anunciadores de la fe a las naciones y en dicho magisterio se construye la nueva lógica levítica. El cristianismo toma entonces de la antigua tradición judía el concepto de "Pueblo de Dios", "Nación Santa" y "Pueblo Sacerdotal", y éste se extendería a todos aquellos que entran dentro de la dinámica del "Nuevo Pueblo de Dios".
Para las enseñanzas cristianas, es importante la doctrina contenida en la Epístola a los hebreos, que justifica la mayor perfección del sacerdocio de Jesucristo sobre el antiguo sacerdocio de Aarón. En esta epístola se llama al nuevo sacerdocio «el sacerdocio de Melquisedec», para indicar que es un sacerdocio no vinculado a la herencia levítica. Se le llama sacerdocio de Melquisedec, o más propiamente dicho: Sacerdocio según el orden de Melquisedec, porque el personaje bíblico Melquisedec poseyó este sacerdocio, el cual es el Santo Sacerdocio según el Orden del Hijo de Dios, el mismo sacerdocio con el cual Cristo efecturía la expiación en el meridiano de los tiempos."

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