lunes, 17 de marzo de 2008

El difunto Matías Pascal, de Luigi Pirandello, (1) octubre, 2005

Colección Biblioteca Básica Salvat, Libro RTV número 95, correspondiente a la edición conjunta de Salvat Editores y de Alianza Editorial, año 1971, con interesante prólogo de Carlos Pujol, en el que se dan algunos datos biográficos y los rasgos que caracterizan la obra de Pirandello. 

La novela fue escrita  en los inicios del XX,hace cien años, cuando su autor, con treinta y siete años, desconocido por el público, atravesaba problemas graves familiares y económicos. A pesar de estas circunstancias, dotó a su obra de un tono desenfadado y de humor. Pirandello fue galardonado con el Nobel de Literatura de 1934.

Leyéndolo, he reflexionado sobre ese don de que gozan pocos autores de saber contar con ternura, paz e incluso gozo, temas y situaciones en el fondo tristes o trascendentales. Estilo o gracia que recuerdo en las obras por mí leídas de Cervantes, desde su “Don Quijote” hasta “El Licenciado Vidriera”; en “Don Camilo”, de Guareschi; en "En busca del Unicornio" de Eslava; en "El sombrero de Tres Picos", de Alarcón, en “Las flores de Hiroshima”, de Edita Morris… por citar algunos libros con cuya lectura he disfrutado y hasta reído un buen rato que– dicen - es muy bueno y saludable.  Algunos pasajes de este libro de Pirandello son muy divertidos . Aunque reconozco que en mi primera lectura, hace ya unos cuantos años, me parecieron aún más graciosos. En esta ocasión el final me pareció algo soso, pero, pensándolo bien, sea lo justo para un impostor.

La historia, escrita en primera persona, nos relata con desenfado las circunstancias que inducen a una persona rota por la pérdida de seres queridos y acosada por numerosos reveses económicos, a consentir se le dé por muerta. Hay un protagonista único, acompañado de otros personajes que le sirven de comparsa. Entre ellos, cabe destacar por su singularidad, un viejo espiritista  funcionario público, jubilado anticipadamente, que, con tanto tiempo libre y no sabiendo bien en donde emplearlo, le da por lo sobrenatural . En la búsqueda, según parece, se le funde alguna de las bujías que iluminaban la totalidad de su razón. Este personaje del viejo ido es utilizado por Pirandello – pienso - para, a través de los diálogos con él cruzados, transmitirnos ideas, creencias o disquisiciones en torno a temas como la democracia, el alma, la otra vida...

Don Anselmo, nombre del vejete, sostiene la teoría del farolillo encendido, tan singular como él mismo. Estas son sus argumentaciones:

Para el espiritista  todo ser humano al nacer es dotado con el "triste privilegio", así lo denomina , de tomar como una realidad exterior a sí mismo, el sentido interno de la vida, que cambia y varía a tenor de los tiempos, casos particulares y fortuna individual.

Sentido de la vida que es "como un farolillo que cada cual lleva consigo encendido y gracias al cual vemos(...)cómo andamos por el mundo y discernimos el bien y el mal;(...)que proyecta a nuestro alrededor un círculo de luz más o menos amplio y más allá del cual empieza la sombra...medrosa...que no existiría de no estar encendido el farolillo(...)

Los farolillos- afirma - son de múltiples colores, pues depende del color del cristal proporcionado por la ilusión(...)y que en determinadas épocas de la historia, y lo mismo en ciertos períodos de la vida del individuo, podría determinarse el predominio de un color particular(...)

En todas las épocas llega a establecerse entre los hombres cierta armonía de sentimientos que provee luz y color a esos farolones que son los términos abstractos: verdad, virtud, belleza, honor,(...) luz de una idea del sentimiento colectivo, que, en viniendo a faltar éste, podrá…seguir en pie el farolón del término abstracto, pero la llama de dentro empezará chisporrotear y a desmayar y a lanzar suspiros...

Añade que no son raras en la historia las ventoleras que apagan de golpe y porrazo todos los faroles...."En la repentina oscuridad ármese entonces un revuelo de farolillos individuales indescriptible: éste tira hacia acá; el otro, hacia allá, los hay que retroceden y los hay que empiezan a dar vueltas de un lado para otro; ninguno atina ya con el camino, chocan...se agrupan...no lográndose ponerse de acuerdo...confusión...angustiosa furia... Y  - concluye - nos encontramos actualmente en uno de esos momentos históricos. ¡Gran oscuridad y gran confusión! Todos los farolones se apagaron. ¿Adónde debemos enderezar nuestros pasos? ¿Por ventura hemos de volver atrás? ¿En busca de las lucecillas sobrevivientes que los próceres muertos dejaron encendidas en sus tumbas?(Págs. 142 y 143)

Leyendo y oyendo todo el lío, constante y sonoro que, desde hace unos tiempos para acá, es la tónica generalizada en este país llamado España, pienso que, quizás, la teoría puesta por Pirandello en boca del ido don Anselmo no vaya nada desencaminada. Me pregunto si finalmente, debido a la posible discrepancia entre los farolillos individuales (realidad y sentimientos personales) con los farolones o abstracciones de la ficción política, habrá apagón general. ¡Esperemos que no!

Ver comentario (2)
https://silvialeyendo.blogspot.com/2008/06/la-tirana-disfrazada-de-libertad.html
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4 de febrero de 2015: Acabo de releer este antiguo comentario sobre la inmortal obra de Pirandello, "El difunto Matías Pascal" . Han pasado diez años de entonces y muchas son las cosas que han pasado y pasan en esta vieja nación europea llamada España. Aunque no sólo en España, sino también en Europa, que nos traen aires, acaso más propio llamarles "ventoleras" que- como nos advierte el escritor italiano por boca del viejo espiritista, "apaguen de golpe y porrazo todos los farolones" y quedemos sumidos en la más profunda oscuridad.


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