Hace unos días dejé inconcluso mi comentario sobre la monumental obra de Honoré de Balzac,
"La comedia humana", esa monumental edificación, ese palacete literario acerca de la sociedad humana, con el que Balzac pretendía explicar efectos (estudios de costumbres), causas (estudios filosóficos) y, finalmente, a través de sus estudios analíticos, juzgarla.
Siguiendo con el símil de la edificación, pienso en la enorme cantidad de ladrillos, cemento, pinturas, piedras, adornos, hierros, etc. necesarios para tal construcción. ¡Qué enorme cantidad de recursos y tiempo necesarios! ¡Qué ingente laboriosidad para reunirlos y con ellos levantar tan monumental construcción! Si, además, se tiene en cuenta que había sólo un obrero, sin otro medio que su imaginación y su pluma, resulta casi imposible de creer, salvo que ahí están sus obras, como fiel e irrecusable testimonio de ello.
En fin, que
Balzac es un grande entre los grandes de todos los tiempos de la literatura universal. Mi más profunda admiración y elogios a
Balzac -escritor.
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