viernes, 7 de marzo de 2008

El cuarto protocolo, (II)( Los "privilegiados " del Este)

Siempre me ha llamado la atención el generalizado silencio de los medios de comunicación españoles sobre las realidades cotidianas del pueblo llano de los países otrora comunistas. Tanto de antes, cuando existía la URSS y sus satélites, como de los de ahora, países ya independientes. Poco o nada sabemos de sus necesidades, costumbres, formas de vida. Tampoco de sus esperanzas y quimeras, etc., a pesar de estar en distancia física tan cercanos a nosotros y de que, cada vez en mayor número, muchas de sus gentes vienen y se establecen por toda la geografía española. Sólo son noticia cuando cambian de gobierno o si ocurre algún grave suceso colectivo. De lo otro, nada de nada.Estas ideas me han venido a la cabeza porque en su novela, publicada en 1984 Forsyth alude, en varias ocasiones, a las ventajas y privilegios que gozan - quizás debiera escribir 'gozaban', no lo sé - la clase dirigente, los vlasti. Quienes, en virtud de su jerarquía en el aparato político y de gobierno, se repartían todo tipo de prebendas, como por ejemplo, disponer de un coche que corre por un carril reservado (pág. 83). En resumen, lo de la igualdad de clase, la distribución equitativa de bienes y recursos, y el todo para todos, no deja de ser falsedad; o sea, mentiras, grandes mentiras.

Pienso que sería muy interesante que alguna que otra vez se nos mostrase cómo vivían antes aquellas gentes. Así como su parecer, de lo de entonces y de lo de ahora. Lo que para ellos significó, su trascendencia e influencia particular y personal. Pero, insisto, el de la gente llana, la corriente, no la que ocupó un sitio que le permitió vivir por encima de los demás y ser clase privilegiada.

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