viernes, 7 de marzo de 2008

El cuarto protocolo, por Frederick Forsyth enero, 2007.

Edición del Círculo de Lectores, año 1985; título del original inglés, "The Fourth Protocol", traducido por J. Ferrer Aleu. Novela llevada al cine. Según la reseña del libro se trata de un plan, “Plan Aurora”, urdido por los soviéticos para destruir la OTAN. Este sería, en resumen, su argumento.
Algunos capítulos me resultaron algo plomizos; los de las explicaciones del funcionamiento de determinados departamentos de los servicios secretos británicos y los extensos informes librados para el mandamás de los soviéticos por un agente británico, traidor a su país.

La historia se sitúa a mediados de los 80, del pasado siglo XX. Teniendo como principales escenarios, el Reino Unido y el Moscú soviético.  En muchos de los  personajes y de los hechos descritos en la novela hay una mezcla, con extraordinarios tintes de verosimilitud, de lo real con lo estrictamente, “hijo” de Frederick Forsyth. Es decir,  fruto de su creación, de su rica y portentosa imaginación. Así, nos encontramos con Preston, el protagonista de la novela, un disciplinado funcionario sometido a las leyes y también a las arbitrariedades de sus superiores jerárquicos. Entre estos últimos, destaca la figura del " trepa", personaje sin escrúpulos ni límite alguno a sus ambiciones personales de poder, que aspira  a suceder  al director general. La iniquidad con que este individuo actúa con Preston, un muy válido y fiel subordinado,  es descrita, a mi entender, de modo magistral , a través de estas dos maquiavélicas acciones suyas : primero, archivo de un informe elaborado por Preston, vital para la seguridad del país; y, seguidamente, por el método conocido vulgarmente como "la patada hacia arriba", quitarle del medio colocándole en un puesto de nula efectividad  y así,  inducirle  a marchar del cuerpo, asqueado y aburrido.  Este personaje del influyente trepa, insisto,  está “bordado”. Principalmente cuando al final de la novela se explica que su demostrado fracaso e ineficacia en la gestión pública no tiene sanción alguna y pasa a ocupar  un relevante puesto en el consejo de administración de una entidad de crédito. Ejemplos  reales tenemos unos cuantos aquí en España. Sólo hay que contar los ex ministros y altos cargos del gobierno, tanto central como autonómico, que son miembros relevantes de los consejos de bancos, cajas, o multinacionales españolas.¡Demasiado parecido a la realidad!

En esta novela hay descritas una serie de claves de actuación de la izquierda- comunista para apoderarse del poder político, en este caso del Reino Unido, que constituyen, según creo, el mayor valor de esta obra. Me pregunto si, como otras muchas cosas de las que escribe Forsyth , son sólo producto de su “portentosa imaginación” o, por el contrario, realidad disfrazada de ficción; fruto de sus conocimientos e investigaciones, sumados a su experiencia como ex miembro de la RAF y ex periodista. Supongo que la respuesta válida es la que nos dice que habrá un poquito de todo. Una eficaz y proporcionada mezcla de verdad contrastable con invención personal.  Como muestra de lo que quiero decir, en las páginas 120-122, se exponen las bases fundamentales de un plan fraguado sobre el fallido atentado ejecutado por el turco Alí Agca contra Juan Pablo II, “cuyos errores no quieren que se repitan”, de forma que “el verdadero asesino quede vivo y pueda ser capturado” y sea ineficaz la “trama para culpar a otros de la presunta conspiración”. Colmó mi asombro leer la fecha escogida como conveniente para su ejecución: una semana antes de unas elecciones generales para elegir nuevos parlamentarios. Desde luego, sólo me resta exclamar, ¡qué prodigio de imaginación la de este Forsyth! No obstante, por si las moscas, yo le pediría a este escritor, no vaya dando tantas ideas a cerebros desequilibrados y malignos que se dediquen a tratar de hacer realidad la pura ficción.

El autor británico  nos ofrece con esta obra una muestra más de su buen conocimiento de la realidad y  también saber  plasmarla.